
El corto juega con el recuerdo y la nostalgia, enseñándonos imágenes de lo que fue y no será, o quizá de lo que nunca fue: eso queda a elección de la espectadora. Je suis Paris at night juega con la estética intimista y el apoyo musical, pero no tiene diálogos. No son necesarios para contarnos esta historia, que seguramente se pueda catalogar de universal. El corto se puede ver en este enlace. Si os animáis, también podéis votarlo.
Vía: Festival Nikon


