Hace unos años Angela Robinson nos sorprendió a todas creando una webserie que tenía un tufillo de mafiosas de medio pelo que nos encantó. Se trataba de la historia de dos amigas, Tyler y Daisy, que no dejaban de meterse en problemas porque ¿para qué negarlo? son penosas cuando se trata de hacer trapicheos. La webserie se llamaba Girltrash y duró unos cuantos episodios que todas vimos en YouTube. Pero entonces yo creo que Angela Robinson tuvo una mala noche, discutió con la parienta, se le pinchó la rueda del coche, vaya, no lo sé, pero a muchas nos dejó un poco sorprendidas cuando anunció que Girltrash, aquel producto que se inclinaba más hacia una película de Tarantino que a Glee, se iba a convertir en un musical. Así, como lo oís. De los bajos fondos de Los Angeles la amiga Robinson se sacaba un musical como quien intenta encontrar un precioso pavo real en un estercolero. Alucinante.
Pero, bueno, el anuncio tenía un pase. Había que darle el beneficio de la duda y un voto de confianza. Es Angela Robinson, después de todo, y os diré que a ella le debo mi matrimonio, aunque esta es una historia larga, pero para que veáis que me siento agradecida con la directora.
He de advertir que yo de entrada ya no soy mucho de musicales, porque, vamos a ver, su esencia última es transformar en canción lo que no se puede decir con palabras, ¿no? Y si no vas a componer una canción que sea mejor que un diálogo, digo yo que a lo mejor lo más inteligente es consultarlo con la almohada…
Yo no sé quién le aconsejó que esto era una buena idea, pero llegados a este punto la Robinson estaba embalada. Así, enroló prácticamente a todo el reparto original de la webserie y se empezó a rodar Girltrash: All Night Long, una película que nos cuenta la noche loca de Daisy (Lisa Rieffel), Tyler (Michelle Lombardo), Sid (Kate French), Colby (Gabrielle Christian) y Misty (Mandy Musgrave), las cuales se pasan toda la peli huyendo de Monique (Rose Rollins) para no tener que pagarle los 5000 dólares que le deben.
Rodaje, producción, post-producción y demás carajos llevaron en total más de tres años. TRES AÑOS. Hasta que en 2013, por fin, nos presentaron la película, que vino acompañada de un bollodrama de proporciones épicas en el que la propia directora renegaba de ella. Mal asunto….
Pero una es croqueta hasta el final y si hay que ver un musical, se ve. Y si hay que sufrir croqueteando, se sufre. Así que por fin me hice con una copia de Girltrash, sobre todo porque soy muy fan del Spashley. A mí la de South of Nowhere fue una pareja que se me coló muy dentro y desde entonces sería capaz de ver hasta una versión de Double Dragon si ellas formaran parte del reparto. Imagino que no soy la única.
Total, que le di al play, y ahí estaba mi abnegada esposa, viéndola conmigo. A los cinco minutos de empezar la película ya se ponen a cantar. Y tú ya te das cuenta de que la calidad que tienen las canciones es cuanto menos dudosa, porque sus letras están hechas con frases tan profundas y memorables como:
- Levanta la mano si quieres follar esta noche
- No te cagues en mi sueño, es solo una fantasía
(Yo sé que aquí ya te están entrando ganas de comprarte la banda sonora). Pero espera, que sigue:
- Y después de tener sexo apasionado me dice que nunca me dejará (esta es una línea de Mandy Musgrave, que no sé si debo catalogarla como perturbadora o sexy)
- Cuando lleguen las 2 AM espero estar desnuda con ella
Etc, etc, etc. La peli dura 84 minutos y creo que las canciones ocupan como mínimo 30. El problema de esto es que la única que no parece compuesta con una guitarrita a la hoguera de un vivac de campamento de verano es la del final de la película y, encima, siento tener que anunciar que las actrices, por mucho que las aprecie, no son buenas cantantes. La monja de mi colegio interpretaba La bamba mucho mejor. Así que cada vez que llegaba un número musical, allí estábamos mi esposa y yo, cogiendo el móvil para pasar el rato. Tuiteamos, whatsappeamos, consultamos el Facebook… ofú, qué barbaridad, la de cosas que se pueden hacer con tanta canción…
De todos modos, cuando se ponían a hablar, nuestra atención volvía a centrarse en la película, especialmente en la historia de amor de Colby y Misty, que es lo que la salva. Porque Girltrash: All Night Long es un producto diseñado por y para las amantes del Spashley, de verdad. Si no eres fan, una de dos: o te haces de esta religión y acabas haciendo un maratón de South of Nowhere o pasarás los 80 minutos preguntándote por qué han convertido una webserie cojonuda en una película del montón.
Tengo que reconocer, además, que a mí me enfadó un poco el planteamiento de la historia de amor entre Gabrielle Christian y Mandy Musgrave, porque al final no es más que un rebote, el clásico un clavo quita a otro clavo, y no llegué a entender muy bien el porqué de todo esto. Pero como se trata de Gabrielle y de Mandy mi religión me obliga a perdonárselo. Además, tienen alguna escena muy adorable que no os desvelo por si os animáis a verla y también varios momentos sujetador que harán del amarillo vuestro color favorito.
Mi parte preferida, en cualquier caso, creo que es todo lo que aflora del papel de Rose Rollins. Palo de golf y una sola línea en toda la cinta: “¡Mis 5.000 dólares! ¡Quiero mis 5.000 dólares!” y aun así es de lo mejor que tiene Girltrash: All Night Long.
Con el corazón en la mano os diré que ojalá Angela Robinson hubiera decidido ser fiel a la webserie, centrarse en los diálogos y ahorrarse estos experimentos de canto. Tres años para esto es mucho tiempo para tamaño resultado, mi querida Angela.
Dicho esto, podéis verla, que no muerde ni contagia nada malo. Bodrios mucho peores rondan por ahí y nadie se queja. Así que, oye, dale una oportunidad, a lo mejor te gusta el vivac.