Aunque todavía no haya nada decidido en los Premios Óscar y solo podamos, por el momento, hacer especulaciones y porras, desde que se hiciese pública la lista de nominados y nominadas, hay algo que sí que podemos tener claro: que la diversidad en los mayores premios del cine brilla por su ausencia. Si no queréis jugárosla demasiado, podéis apostar a que ganará una actriz o un actor blanco, por ejemplo, o que un director hombre se llevará el Óscar a mejor dirección, y tendréis el cien por cien de posibilidades de no perder dinero. Porque es así: si algo está marcando los aún por decidir Óscar de 2016, es la falta de diversidad. Y la consagrada actriz Emma Thompson ha sido la última celebridad en cargar contra la polémica.
Seamos sinceros, los miembros de los Óscar son principalmente hombres mayores y blancos. Es un hecho. O esperas que todos ellos mueran, o los vas exterminando lentamente. Hay muchas opciones, ¿no?
Puede que Emma sea demasiado mordaz, pero pone el dedo en la principal crítica a la falta de diversidad de los premios Óscar: que sean unos galardones otorgados por un espectro de profesionales al que quizá aquello de la diversidad le viene un poco grande. Ya no es solo que los premios de la Academia sean so white. También son demasiado masculinos, y la diversidad sexual tampoco parece ser una variable a tener en cuenta. Los testosterÓscar han dejado fuera de las grandes categorías a Carol, una historia que ya era valiente allá cuando se publicó en los años 50, y que sigue siendo valiente sesenta años después cuando, a pesar de que los tiempos hayan cambiado, las élites cinematográficas parecen seguir premiando otro tipo de historias. Recordad, Óscar y diversidad; un binomio que dará que hablar para rato.
Vía: Vulture