Ariadna, a sus treinta y tantos años, se entera de que su padre ha muerto en extrañas circunstancias. En una sola noche, la mujer tendrá que hacer frente a las sombras familiares del pasado para descubrir por qué y cómo murió su padre, y también tendrá que lidiar con sus propias sombras para hacer frente a su vida y su caótico presente. Y como la “vida se decide entre versos”, Ariadna tendrá muchos aliadas en ese viaje introspectivo: las palabras, las líneas y los versos que escribieron las autoras y los autores que, de alguna forma, marcaron su vida y consiguieron que la delgada línea entre la ficción y la realidad se diluyese.
Los amores diversos nos presenta un monólogo de Ariadna, interpretada por Rocío Vidal, en el que la protagonista va recorriendo los romances “secretos, anónimos y diversos” que han pasado por su vida, de la mano de los poetas y literatos que han forjado las definiciones de amor y de la propia vida que le han ido acompañando en el camino. Y entre esos autores, indispensables para entender a Ariadna –porque quizá seamos lo que comemos, pero también somos lo que leemos–, se cuelan en esta obra de teatro escrita por Fernando J. López las letras de dos mujeres lesbianas: la española Gloria Fuertes y la chilena Gabriela Mistral.
Gloria Fuertes (1917-1998) y Gabriel Mistral (1889-1957) y sus legados literarios marcan en esta obra la visión del feminismo y el papel de la mujer en el imaginario de Ariadna. Fuertes como “llamada de atención a la visibilidad del esencial papel de la mujer en la historia cultural y literaria”, y Mistral –primera mujer iberoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1945 y busto en los billetes de 5.000 pesos chilenos– como “reivindicación de la mujer en una sociedad donde la batalla por la igualdad aún sigue librándose cada día”. Los amores diversos se representa todos los lunes a las 20.15 en el Teatro Lara de Madrid, y, si vais a verla, os dejará con una pregunta en la cabeza: ¿cuántas páginas son una vida?