Kate Bolick es mi nuevo amor literario y, desde que terminé Solterona, no dejo de suspirar por la maravilla de libro que nos ha dejado.
Con quién te casas y cuándo, son dos preguntas que definen la existencia de toda mujer.
Todo comenzó con su artículo para The Atlantic, All the single ladies, donde Bolick habla de la soltería a sus 39 tras muchas relaciones fallidas y de lo cansada que está de escuchar una y otra vez la misma cantinela, que, o bien se conforma con el primer muchachote que pase y que valga mínimamente la pena, o los gatos se le comenzarán a ir acumulando por la casa. Solterona es el punto y final de ese All the single ladies. Un interesante ensayo feminista en el que, más que defender la soltería, que también lo hace, Kate Bolick defiende el derecho de la mujer a escoger cómo quiere vivir la vida y, si la quiere vivir o no con una media naranja y un pedrusco en el dedo, sin ceder a las imposiciones sociales y familiares. Bolick se rebela contra la idea que todavía se mantiene en el imaginario colectivo de muchos, alimentado poderosamente por la mano hollywoodiense, de que la mujer es un ser que “nace, crece y se casa”. Punto. Ella, en cambio, se pregunta, “¿qué pasaría si no lo hiciera? ¿Qué pasaría si una niña creciera como un niño, con el matrimonio como un abstracto, un pensamiento futuro, algo en lo que pensar en el futuro, algo que pudiera hacer o no, dependiendo?”
Mezclando hechos autobiográficos e históricos de la vida de cinco mujeres, ya fallecidas, solteronas, como ella (Edith Warthon, Maeve Breenan, Neith Boyce, Edna St. Vicent Millay y Charlotte Perkins Gilman), incomprendidas y marginadas por querer vivir en sus propios términos, Bolick los enlaza inteligentemente con sus experiencias personales, relaciones amorosas y su largo período de soltería.
Reconozco que recuperar el término solterona es una tarea monumental. Mi objetivo es más modesto: ofrecerlo como palabra clave para designar el hecho de aferrarte a esa parte de ti que es independiente y autosuficiente, estés soltera o en pareja
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