A pesar de ser una superestrella, asistir a eventos y galas con vestidos caros, codearse con famosos de toda índole, y recibir más de un premio, Jenni sigue siendo una más, una chica normal y corriente como tú, como yo y como la vecina del quinto.
Le gusta lo mismo que a nosotras.
Exactamente lo mismo.
Sabe tan bien como nosotras que hace de su vida en cada momento.
Tiene las mismas crisis existenciales.
Y también ha vivido alguna ocasión en la que hubiera deseado estar ebria para justificar racionalmente su comportamiento.
Nos representa a todas cuando nos cruzamos con una famosa.
Y camina con la misma gracia y agilidad con la que lo hacemos nosotras cuando decidimos subirnos a unos tacones.
Se hace las mismas preguntas que nos hacemos nosotras.
Y nos comprende. Sabe cuales son nuestras verdaderas preocupaciones, porque también son las de ella.
Nunca nadie antes nos había entendido tanto.
Y es por seguir manteniéndose como una mera mortal más a pesar de vivir en el Olimpo de los Dioses, que la seguimos queriendo tanto.