Podéis enviar los textos (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo.
Verte ahí durmiendo de costado tan vulnerable, me hizo sentir la necesidad de acercarme así que sutilmente sin querer que despertaras de tus sueños me incorporé en tu cama. Tenía tu espalda a pocos centímetros de mi y eso me impedía poder dormirme así que me recosté frente a tu espalda, me acerqué y te abracé.. Cualquiera que me estuviera viendo podría estar pensando que estaba loca pero más loca me volví cuando vi su cuello desnudo, lo acaricié. Ni se percató así que me di la libertad de seguir acariciándolo hasta que pensé en besarlo. Y así, lentamente acerqué mis labios hasta el cuello y empecé a besarlo suavemente, des de la oreja repasaba su silueta hasta el hombro y sentía su respiración aumentando.. Mi otra mano se encontraba justo en su cadera apoyada y, jugueteando, conseguí pasar por debajo de la ropa que me impedía sentir su espalda. Fui lentamente subiendo por ésta acariciando todas sus partes, sintiendo toda su piel recorriendo toda su suavidad mientras no paraba de besarle ese cuello que me volvía loca y en un momento mi mano quería descubrir más, quería sentir más y empezó a deslizarse por los hombros hasta acabar en su dorsal, adentrándose en su abdomen, queriendo saciar el deseo, queriendo sentir más partes de su piel y de pronto empezó a respirar más fuerte y sin darme cuenta me cogiste de la mano.
No estaba despierta, fue un acto reflejo. Te recostaste de nuevo hacia mi. La luna me iluminaba tanto que no veía ni tu tez… Te tenía delante y no sabía qué hacer ni tan si quiera sabía si te habías dado cuenta de lo cerca que me encontraba… Cerré los ojos intentando dormir. Fue en vano. Notaba tu respiración, sentía el olor de tu pelo, sentía tus manos cerca y tu piel debajo de esa ropa que tanto me molestaba. Intenté calmarme. Me alejé un poco y al moverme te volviste a incorporar más hacia mi. Estaba perdida. Salí de la cama, necesitaba mi dosis de nicotina, necesitaba calmarme.. Me fumé dos cigarros seguidos mientras te miraba a través de la ventana, allí estabas, tan lejos y a la vez tan cerca, pensé. Me fui a cepillar los dientes, odiabas el olor a tabaco aunque en ese momento no te ibas ni a dar cuenta. Me volví a incorporar sigilosamente, estabas tan cerca, tan vulnerable… Eran las 4:19, genial. Me puse boca arriba y cerré los ojos. ‘Tranquila’, no
paraba de decirme a mi misma. Volviste a respirar profundamente y te pusiste boca arriba también, menos mal. Pero no, tu cabeza estaba recostada hacia mí. Te miré, esta vez te veía bien, tus ojos tus labios tu tez, tu cuello otra vez.. Me acerqué, quería mirarte más, quería verte más de cerca, quería contemplar tu belleza. Y tus labios me pedían a gritos que los besara. Suspiré. Fue tan profundo mi suspiro que volviste a medio despertarse y giraste tu cuerpo hacía mi. Tu mano cayó encima de mi pierna y tenía tus labios a un centímetro de mi rostro. Notaba tu respiración, notaba el calor de tus labios, mi corazón no paraba de latir. No sabía que hacer, ¿me estaría aprovechando si te besaba?, ¿Podría volver a tener esa oportunidad? ¡Dios! Hazlo, pensé. Cerré los ojos, estiré mi cuello, y empecé a rozar mis labios con los tus tuyos muy lentamente y los besé de la forma más sensual que podía sentir, estaban ardiendo.