Joder, tía, qué difícil es encontrar novia.
No sólo tiene que ser una chica que te atraiga físicamente, sino que tenéis que compartir ciertas cosas importantes. A saber:
- Misma visión de lo que es una relación*
- Mismos objetivos en la vida (casa, matrimonio, niños… esas cosillas)
- Mismos gustos en Netflix (os vais a pasar la vida en el sofá viendo la tele, más vale que os molen las mismas series)
- Ser capaces de respetar la independencia y personalidad de la otra persona
Por fin, lo consigues: estás flotando en una nube, sientes mariposas en el estómago cada vez que vas a ver a tu chica, o cada vez que recuerdas vuestro primer beso, o cada vez que piensas la última vez que estuvisteis desnudas… Bueno, aquí las mariposas se sienten en otro lado.
Y cuando mejor estas, viene el (o la) gilipollas de turno y os dice: No pegáis nada.
Mira, tío (o tía), estamos en la era de la diversidad.
Nos han taladrado tanto con la idea de cómo tiene que ser una pareja ideal que cuando vemos algo que se sale de la norma, nos rompe los esquemas y lo rechazamos.
Nos han taladrado tanto con la idea de cómo tiene que ser una pareja ideal (chico-chica, él más alto que ella, por supuesto -y más mayor, pero no demasiado no vayan a tacharte de cazafortunas-, los dos igual de guapos/feos, mismo tono de piel, etc.), una idea metida dentro de ese constructo social que tenemos de lo que significa el amor romántico, que cuando vemos algo que se sale de la norma, nos rompe los esquemas y lo rechazamos.
Así que aquí va una ración de parejas “que no pegan”, para que nos vayamos acostumbrando la mirada.
*Que se lo digan a las blumettra de GHVip: Elettra Lamborghini, más tradicional pese a su apariencia, no parece aceptar el hecho de que Daniela (Alexandra) Blume sea poliamorosa. Y ahí estamos las carpeteras, pendientes de cómo se va a desarrollar esta trama lésbica.