Si me sigues en redes habrás visto que llevo una temporadita que se me echa el tiempo encima. No te sabes el gusto que me da haber sacado un rato para volver a mi sección de los domingos y hablarte de un nuevo juguete. Ya se sabe, los orgasmos relajan, y hablar de ellos también. Del responsable de los últimos solo puedo decirte que no me hizo falta más que un fin de semana para descubrir que es una pasada.
Empecemos por el principio: hace unos meses te contaba sobre Eva II y cómo Dame Products estaba luchando por eliminar el pleasure gap. Pues bien, me quedé tan encantada con el muñequito verde que cuando me llego Pom me hizo una ilusión tremenda.
Como puedes ver en la imagen, es un vibrador externo que encaja perfectamente bajo la mano. Parece como si lo hubieran diseñado a partir de un molde. En la punta lleva esa prominencia que concentra las vibraciones, pero lo mejor de todo es su flexibilidad. Es el juguete más blandito y ergonómico que he probado y puedes doblarlo ligeramente para que se adapte mejor a tus genitales.
Lleva una interfaz en dos fases: el botón de encendido y apagado es cuadrado se encuentra en la parte de fuera. Basta con pulsar varios segundos para una cosa o la otra. Para jugar con los cinco distintos patrones tienes que pulsar ese mismo botón una sola vez, y para las velocidades encontrarás un par de botones en la parte interna, mucho más a mano para que no tengas que hacer contorsionismo mientras lo utilizas.
Resistente al agua y recargable con su cargador magnético, es bastante potente, tiene mucha autonomía y es silencioso. Bajo las sábanas se pierde totalmente la sensación de ruido. No molesta en absoluto. Todas las veces que lo he usado he acabado sintiendo toda la experiencia como natural, orgánica. Entre su forma redonda, lo ergonómico que es y que apenas te das cuenta de que lo tienes encendido la sesión de masturbación es tranquila y agradable.
Es un juguete discreto que, a simple vista, pasa desapercibido, pero es una verdadera bomba. Me ha encantado cómo se adapta a mi cuerpo y, también, me he dado cuenta de que es ideal para el sexo. En parejas de dos vulvas se puede colocar entre ambas, así estimula a las dos personas de manera muy agradable por su suavidad y flexibilidad. ¡Ah! Está disponible en verde menta clarito y en color ciruela, como el que tengo yo.
Como su compañera Eva II, el packaging de Pom está cuidado hasta el más mínimo detalle. Lleva su cargador con ese acabado más duro para que no se rompa, una bolsa para guardarlo y una guía de uso. Aun así, es un juguete muy intuitivo y no resulta invasivo. Esto es perfecto para todas aquellas personas que quieran probar algo pequeño y no sepan por dónde empezar.
Después de utilizarlo, recuerda limpiarlo bien, especialmente en las hendiduras de los botones. Si ves que te cuesta, utiliza un bastoncillo para llegar a todos los rincones.
En tres palabras: pequeño pero matón. Es imposible que Pom te deje indiferente, porque ha sido creado para sorprender con su flexibilidad y potencia. Una apuesta segura, sin duda alguna, que te hará conocer esos orgasmos espontáneos y sinceros.
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