¡Gokigenyou, croquetillas! Como la semana pasada hablé de la nueva etapa de Love Live, hoy toca hablar de 22/7, o con palabras: “Nanabun no Nijyuuni”. Que realmente tengo ganas de hablar de Hamefura, pero le daré una semana más para poder ver el capítulo 5 y poder comentar mejor de qué va esa maravilla. Y también aprovechaba el haber hablado de Love Live para hablar de un proyecto similar.
Ojo, 22/7 no es plagio, simplemente sigue el formato. Es un grupo de idols. Sacaron su primer single, “boku wa sonzai shiteinakatta” [no existo] en 2017. De nuevo es un grupo cuya imagen es anime, pero obviamente hay chicas detrás. En este caso, son 8 chicas. Y hasta aquí los parecidos con los grupos de Love Live, porque en el resto de cosas se parecen lo que un higo a una castaña.
El grupo de momento lleva 4 singles y un anime de 12 capítulos [más uno extra que sale en agosto con los discos, y para mi gusto da pie a continuación].
Su primer single es este:
Yo al comienzo omití esta serie porque parecía [y lo es] bastante dramática. Pero cuando había acabado me la recomendó una chica que entró al canal de discord de Bara, me animó a ver el anime y al final me enganché. Admito que cuando la serie me ganó fue en el tercer capítulo cuando cantan juntas como grupo por primera vez. Por eso digo también que no se parece en nada a las chicas de Love Live, tiene un enfoque totalmente distinto, a veces hasta opuesto.
¿De qué va la serie? Empezamos conociendo a Miu, el centro del grupo. Es una chica que no lleva una vida fácil. Su madre enferma no trabaja, y ella compagina estudios y trabajo como puede. También tiene una hermana pequeña. Como no viven muy bien, Miu ha tenido que renunciar a muchas cosas. Para colmo, la echan del trabajo por quejas un poco injustas, porque Miu no tiene precisamente don de gentes y es muy tímida y reservada. A Miu la conoceremos en los dos primeros capítulos. Luego iremos conociendo al resto de las chicas. Mientras conoceremos a cada una de ellas vamos viendo también cómo generan el grupo. Una productora envía cartas a 8 chicas, citándolas en un zoo. Las chicas pensarán que es para un casting, y cada una lo afronta a su manera. Pero no, la productora ya ha decidido que ellas 8 serán el grupo.
La gracia de la serie es ir viendo la historia de cada chica, cada capítulo está dedicado a una de ellas. Y mientras vemos los métodos raros de la productora. Cada decisión que afecta al grupo se toma de forma muy curiosa, ya que hay una pared que va soltando, expulsando o escupiendo, como queráis verlo, unas tarjetas con órdenes a seguir. Las órdenes de la Pared son absolutas y hay que seguirlas a rajatabla. Aparte, el propio edificio de la productora tampoco es muy normal. Y solo tienen un uniforme para actuar, un traje de instituto bastante simple y poco colorido. La intriga de la serie es ir viendo la historia de cada chica y cómo hacen las cosas según lo organiza la Pared dichosa. Aparte, el capítulo 13 que es extra de los discos, se titula “8+3”, que con ese título y cómo acaba el capítulo 12, se deduce que habrá más. E imagino que será tan intrigante como la primera serie.
Realmente no puedo añadir muchas cosas, porque es una serie, más que de idols, de intriga y toques de angustia, aunque tiene momentos muy bonitos y emotivos.
Mi recomendación es que le deis una oportunidad, que tiene su encanto.
La próxima semana hablaré de Hamefura que es una joya absoluta.
¡Gokigenyou!