Año 2010. En las nominaciones de los premios Oscar, una película con una directora lesbiana y que, además, contaba la historia de una familia homoparental. Los chicos están bien estuvo nominada a mejor película, mejor actriz, mejor actor de reparto y mejor guion original. A todas nos pareció fenomenal, un triunfo de la visibilidad, el inicio de algo bueno. Pero, diez años después, las críticas a la película no dejan de oírse, e incluso una de las protagonistas ha reconocido que a lo mejor ahora las cosas tendrían que hacerse de otra manera.
Julianne Moore, mujer heterosexual pero hondamente comprometida con la cokunidad LGBT, ha hecho unas declaraciones a Variety en las que, sin ningún tipo de duda, pone en negro sobre blanco lo que muchas pensamos de la cinta: que hay situaciones que nos chirriaban, y que no estaban bien.
Entiendo por qué hubo problemas con que el personaje lésbico tuviera un affaire con su donante de esperma. Por otro lado, creo que el personaje de Jules se describía como alguien fluido, sexualmente y personalmente. Flotaba en lo que respecta a su identidad, como mujer, como persona y en su carrera
La representación de la mujer lesbiana en el cine se ha hecho fatal durante décadas. Hemos tenido que tragarnos cómo si teníamos la fortuna de ver un personaje lésbico en la gran pantalla, su final solamente podía ser de dos maneras: o muerte, o reconducida al rebaño de la mano de algún hombre. Y esto último era lo que pasaba en la película de Lisa Cholodenko, para sorpresa de todos al tratarse ella misma de una mujer lesbiana.
Julianne también ha hablado de otra clase de polémica, la de que solamente personas homosexuales puedan interpretar a personajes homosexuales.
He pensado mucho en ello. Aquí estamos, en esta película sobre una familia queer, y todos los actores principales son hetero. Vuelvo la vista atrás y pienso: ‘Uff, vaya”. No sé si haríamos eso ahora, no sé si nos sentiríamos cómodos. Tenemos que dar representación real a la gente, pero agradezco toda la experiencia que he tenido como actriz porque mi trabajo consiste en comunicar una universalidad de experiencias al mundo
Está claro que hay que dar entrada, como se está haciendo cada vez más, a personas LGBT en producciones que cuenten estas historias, sus historias. En el caso de personas trans yo creo que no hay ningún tipo de duda, además por lo problemático que resulta seguir presentando una identidad como si fuera un disfraz. Pero, en este caso, si nos vamos hacia 2010, me parece que fue más relevante que dos actrices de la talla de Annette Benning, ganadora de un Oscar, y Julianne Moore dieran visibilidad a la producción. ¿Qué pensáis vosotras?
Vía: Cinemanía