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Dix pour cent comienza como cualquier serie nada interesante para nosotras, hasta que Andrea Martel (Camille Cottin) pide a su asistente cancelar la cita con Clementine, la última chica con la que ha salido: “Dile que es genial, pero me aburro un poco con ella”.
Situada en la industria francesa del cine, Dix pour cent, nos regala un paseo por la vida de los agentes de las grandes estrellas. Andrea Martel es una de las agentes de la exitosa firma ASK, en cuya cartera de clientes se encuentra la mismísima Juliette Binoche (quien es actriz invitada en uno de los capítulos).
El personaje de Andrea destaca en un elenco en donde es difícil distinguir al protagonista: de carácter atrevido, competitiva y con nulo interés en destinar tiempo a algo distinto a su trabajo, a menos que se trate devorar a alguna de las hermosas mujeres que le ofrece la noche parisina.
Es que el mecanismo básico de Andrea frente a todo lo que le interesa es siempre el mismo: mirar-enfocar-atacar. De ese modo marcha su vida, sin un segundo de reflexión o pausa, hasta que Colette Brancillon (Ophélia Kolb) se cruza en su camino, dejándola congelada con la frialdad de su mirada.
Colette viene de un mundo distinto: un tanto más joven que Andrea, esta rigurosa funcionaria llega como encargada de desnudar la vida financiera de cada uno de los agentes y de determinar qué tan alejada de las leyes tributarias ha estado operando ASK.
Si Andrea es una mujer desbordada, que ha construido su vida en medio del caos y las huidas al límite, Colette es una dama de emociones bien contenidas, creadora de orden y a la espera de poder asentarse en el momento y lugar correcto.
Si bien podría anticiparse como una simple historia de polos opuestos que se atraen, ese sería el resumen en blanco y negro de una historia que encanta por sus matices, texturas y temperaturas: si ves la serie en invierno, te hará sentir abrigada; en cambio, correrás riesgo de sofocos si la sigues durante el verano. Es un amor narrado de manera vívida, con miradas y gestos que nos harán recordar nuestros amores más intensos, aquellos que nos han hecho sentir que nos deshacemos frente a la otra.
El amor puede llegar de la mano de esa persona con las cualidades que siempre creímos detestar: la constancia, la ternura, el compromiso -en el caso de las más escurridizas-, o la inestabilidad, el desdén y el donjuanismo -en el caso de las hogareñas. Esta parece ser la piedra angular de la historia de Andrea y Colette, quienes se van quedando juntas cada vez que deciden saborear la dulzura de escenarios siempre imaginaron tremendamente amargos.
Las postales de la belle France y un guion brillante son razones adicionales para conocer la trama de estas dos mujeres que, a mi juicio, cumplen todo requisito para convertirse en una de nuestras parejas de culto. Son 3 temporadas de 6 capítulos cada una, disponibles en Netflix (bajo los nombres Call my Agent o Dix pour cent, según tu región).
.-Ale Pérez.