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Paula Alcaide: “No trabajo con mujeres que creen en psicólogos sino en mujeres que creen en ellas mismas”

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Paula Alcaide es una psicóloga especializada en atender a mujeres lesbianas y bisexuales en los diferentes procesos de su vida personal, desde ayuda para comprenderse a, por ejemplo, terapia de pareja cuando su vida en común con otra mujer presenta algunas situaciones que no pueden resolver por ellas mismas. Hemos estado charlando un rato con ella para que nos hablara sobre cómo es ella y cómo desarrolla su trabajo.

HULEMS: Paula, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional.

Paula Alcaide: Cuando aún estudiaba psicología colaboré con el departamento de psicología social de la Universidad de Barcelona trabajando con mujeres supervivientes al maltrato. Después gestioné el grupo LesCat (Lesbianas en Cataluña) de la antigua Coordinadora Gay Lesbiana durante varios años, ayudé a la creación de la Revista MagLes – llevando una columna y la consulta de psicología- y me metí en un montón de proyectos LGBT como creación de una web sobre reducción de riesgos de lesbianas y drogas, incluyendo también el Girlie Circuit, en el que impulsé la primera besada lésbica multitudinaria de Barcelona o el primer speed dating.

Hoy en día sigo organizando eventos y actividades para mujeres lesbianas como co-presidenta de la Asociación Afirma’t, la gestión del Grupo Gaviotas, para el crecimiento personal para mujeres lesbiana, y la organización de festivales como el Erostreet Festival.

También participo como formadora en másters, universidades y cursos de formación sobre temas LGBT.

Y tengo una consulta de psicología en Barcelona y online para mujeres lesbianas y bisexuales.

HULEMS: Toda tu trayectoria está ligada a las mujeres LGBT, entonces. ¿También haces terapia con sus familias, en el caso de que lo necesiten?

Sí, tanto con su pareja o familia (maternidades lésbicas) como con sus familias de origen, en especial con las madres homófobas – son mis preferidas ^^ porque puedes cambiar todo el sistema familiar y ayudar a tu paciente a sentirse más libre con la familia mientras haces que la madre cambie ciertas creencias equivocadas y prejuiciosas.

HULEMS: Muchas de nuestras lectoras se lo preguntarán: ¿Cuál es el mejor momento para acudir a una consulta psicológica?

El mejor momento es el momento en el que ves que empiezas a pasarlo mal, a estar preocupada y a no funcionar con naturalidad porque hay algo que te tiene angustiada. También cuando de verdad quieres mejorar cosas de ti misma.

Me gusta mucho las mujeres que llegan a consulta esperando una varita mágica o que te dicen eso de “no creo en psicólogas” como si fuéramos elfos: yo solo espero que crean en ellas mismas para ayudarlas a generar el cambio que desean.

 

 No trabajo con mujeres que creen en psicólogos sino en mujeres que creen en ellas mismas.

 

HULEMS: ¿Cuál es el perfil más habitual en tu consulta, o en tus terapias online?

Hay diferentes perfiles, lo que tienen en común es que son mujeres lesbianas, bisexuales o pansexuales que quieren sentirse mejor con su vida; ahora bien, pueden venir por diferentes necesidades: salir del armario con la familia o en el trabajo, porque han roto con la novia o porque tienen problemas de pareja, problemas de autoestima o de asertividad para poner límites y dejar de ser tan complacientes, etc.

 

HULEMS: ¿Dónde percibes más problemas, en el entorno laboral, familiar…?

El entorno familiar es el que más duele y en cambio el laboral es el que más cuesta. Normalmente cuando te “sacas la tirita” de salir del armario con la familia coges mucha fuerza y te reafirmas, pero en el entorno laboral es en el que se depositan más miedos (miedo a rechazo por parte de los compañeros, a comentarios y cotilleos, incluso miedo al despido). En este caso hace falta buscar evidencias y saber que la legalidad y procedimientos laborales protegen contra despidos improcedentes de este tipo.

 

HULEMS: Sin romper el secreto profesional: ¿de qué caso estás más orgullosa o te ha impresionado más?

Por un lado estoy muy orgullosa de una paciente que después de un proceso de diversas sesiones durante algunos meses fue capaz de salir del armario con sus hijos en un entorno conservador superando sus miedos y saliendo con la autoestima fortalecida del proceso, y cuyo caso inspiró este artículo.

Por otro lado actualmente llevo un caso de una mujer de 65 años que acaba de perder a su esposa después de más de 40 años que me ha impresionado mucho. En terapia estamos trabajando el duelo y la pérdida; tienen una historia de amor maravillosa que empezó en la época franquista y que ha superado obstáculos y giros de la vida y es emocionante escucharla hablar de ella y tener la oportunidad de ayudarla a darle sentido a algo tan duro.

HULEMS: ¿Es cierto eso de que cada vez vamos más al psicólogo? Muchas veces se dice que todas las personas deberíamos pasar alguna vez por un diván…

Sí, porque se tiene más consciencia de la utilidad y porque ya no se cree que es eso “para locos”. A mí me da especial manía (imagino que por mi formación en género) que se hable del psicólogo en masculino cuando el 90% somos mujeres y que se hable de diván cuando la mayoría de nosotras utilizamos un sillón que algo mucho más cercano. La gente piensa a veces cosas muy extrañas sobre ir a la psicóloga y en realidad es una persona que hace de espejo y te ayuda a ordenar el problema y a buscar conjuntamente soluciones para que vivas más tranquila.

HULEMS: ¿Han cambiado las consultas desde que comenzaste tu carrera profesional?

Sí, hace tiempo no recibía consultas sobre cómo abordar la maternidad y ahora empiezan a llegar mujeres que quieren liberarse de toda la homofobia y lesbofobia interiorizada (esos mensajes negativos sobre ser lesbiana de los que se han quedado impregnadas haciendo que se machaquen) para ser madres y no transmitir a sus hijos e hijas esa sensación sutil de vergüenza.

Aunque sigo teniendo las consultas sobre rupturas amorosas, exs, mujeres que quieren salir del armario y terapias de pareja para recuperar la pasión.

HULEMS: ¿Es cierto el tópico del bollodrama? ¿Tan complicadas son las rupturas entre mujeres?

Bastante cierto. Nos lo tomamos a la tremenda y lo vivimos todo muy intensamente. Son complicadas por el alto grado emocional que hay en la separación y porque normalmente vivimos las relaciones de pareja dando mucho y cuando eso se rompe hay una sensación de desamparo muy potente.

HULEMS: ¿Cómo podemos identificar una relación tóxica antes de que sea demasiado tarde? ¿Y qué podemos hacer en caso de que nosotras seamos las causantes de esa toxicidad?

Aunque sea un tópico, hay que pensar si nuestra pareja nos está aportando cosas o nos está restando, si nos sentimos libres a su lado o ansiosas, si al estar llegando a casa (si vivimos con ella) es un refugio o nos genera estrés y malestar. Hay que ser muy consciente que nadie nos obliga a estar con esa persona y que si estás con ella es porque la eliges cada día y que de forma general (no total porque ninguna relación es perfecta) te tiene que compensar.

En el caso de que nosotras estemos mal y lo paguemos con nuestra pareja hay que sacar empatía y entender que la otra persona tiene derecho a ser respetada, amada y no tiene por qué aguantarnos. No podemos ir por la vida sintiéndonos bien a costa de las demás sin responsabilizarse del propio malestar (los demás son solo un espejo de tus puntos de dolor). Empieza por trabajarte antes de exigir que el mundo se amolde a tus necesidades.

HULEMS: Siempre se habla del lesbian bed death syndrome, y se dice que las parejas de mujeres dejan de tener sexo después de un tiempo. ¿Qué hay de verdad en esto?

Hay más verdad de la que nos gustaría. Desafortunadamente mis terapias de pareja normalmente empiezan con esta demanda “ya no tenemos tantas relaciones sexuales como antes” o “ya no tenemos sexo nunca”. Las mujeres generamos mucha conexión e intimidad entre nosotras, algo que a priori es maravilloso y que hace que vivamos historias de amor muy mágicas, pero que a la larga se carga toda la pasión. No puedes desear algo que ya tienes y que conoces tan bien así que habrá que buscar otras estrategias para que iniciar el sexo no sea ni algo dañino para la autoestima ni algo inquietante y perturbador porque acabe en discusión.

HULEMS: ¿Cuál percibes que es la franja de edad en la que más mujeres salen del armario? ¿Se encuentra correlación de a más edad de salir menor autoaceptación?

Sí, considero que los avances legales y sociales de estas últimas décadas en países occidentales ha supuesto un cambio (aunque no tan radical como me gustaría) en la mentalidad de muchas mujeres que ya nacen en entornos muy libres de homofobia, con referentes LGBT y con la idea de que ser lesbiana no significa ser inferior a ser heterosexual. ¿Aún queda trabajo por hacer? Por supuesto, sobretodo en entornos rurales, en algunos países latinoamericanos y con población de más edad que se crió escuchando barbaridades sobre nuestro colectivo, algo que se traduce en vergüenza, culpa y ansiedad a la hora de decirlo.

HULEMS: Vamos a conocerte un poco más: dinos un disco, un libro y una película/serie. ¿Alguna recomendación croqueta de esos tres ámbitos?

Hay un disco muy lésbico que en un momento personal difícil me ayudó mucho de un grupo (que ya está disuelto) que se llamaba Los Seis Días. Os lo recomiendo sobretodo a aquellas que estéis pasando por pleno drama o apocalipsis lésbica.

Un libro me quedo con el de mi amigo Gabi, Quiérete mucho maricón, porque tuve el placer de supervisarlo y porque explica nuestra forma de trabajar como psicólogos LGBT (en su caso con hombres gais). También Desconocidas & Fascinantes que salió de un taller de literatura lésbica que hicimos con Isabel Franc hace años y del que yo era la peque del grupo, aprendiendo muchísimo.

Película… como sensiblona que llora siempre viendo películas me quedo con el dramón-obra maestra de Isabel Coixet Mi vida sin mí, a partir de la cuál relativizar muchas tonterías que nos pasan en la vida y de las cuales nos preocupamos en exceso.

Y como adicta total a las series no sabría elegir: The L Word por lo que significó en mi vida, un salvavidas de representaciones lésbicas en un entorno aparentemente heterosexual, cualquier serie de la maravillosa Shonda Rhimes; y alguna de cyberpunk, como The 100 o Sense8 por la visión de distopías futuristas que nos hace plantearnos a nivel social a dónde vamos – y no nos engañemos, si tienen protagonistas lesbianas son un plus para que las vea.

HULEMS: Ya la última: ¿qué pregunta echas en falta en esta entrevista?

Cómo se ponen en contacto conmigo: Mediante Facebook, Twitter o Instagramen mi web (servicios individuales o en pareja, presencial u online) y a través de la comunidad presencial Grupo Gaviotas, y online Salir del armario.

¡Un abrazo croqueta!

Paula ofrece terapia para mujeres lesbianas y bisexuales, así como terapia de pareja, en su consulta en Barcelona, pero también online a través de su página web www.palcaide.com

No, no da igual ser LGBT o no serlo

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No sé bien cómo empezar este artículo, así que me lanzaré a la piscina sin manguitos. No, no da igual ser lesbiana, gay, bisexual, que no serlo. Que ser heterosexual, vaya. Ser LGBT, en 2017, y en cualquier parte del mundo, importa. Y mucho.

A lo mejor no cambia la percepción que alguien tenga sobre nosotras. O, precisamente por eso, lo hace. Se nos niegan sistemáticamente derechos por el simple hecho de ser, de existir, y de vivir de acuerdo a cómo sentimos. O, en el peor de los casos, sufrimos física y psicológicamente por las mismas razones.

Así que algo importará, digo yo.

En un mundo ideal, nadie tendría que haber peleado por mis derechos para no ser ciudadana de segunda. Por la posibilidad de que pudiera casarme, exactamente igual que todas las personas heterosexuales que conozco. Porque no me dijeran que qué asco cuando voy con mi novia por la calle. O, mejor aún, cuando voy sola porque tengo “pintas de lesbiana”. Luchar porque me dejen en paz, qué sinsentido.

Por eso, cuando se apunta que qué guay que el Primer ministro de Luxemburgo acuda con su marido a la cumbre de la OTAN y éste pose en la tradicional foto de consortes y alguien dice que no hay que señalar la diferencia, no me parece bien. Porque si no se habla de que es el Primer caballero de un Primer ministro, puede parecer que su pareja es una mujer. En una foto oficial con mandatarios de muchos países, incluso algunos que no contemplan el matrimonio igualitario, él se convierte en estandarte de libertad, y no hacer hincapié en eso es ocultarlo. Un “así no se nota”. Que es, precisamente, lo que hizo la página web de la Casa Blanca cuando omitió su presencia. Así nadie pregunta.

O también cuando se comenta la posibilidad de que Jane Austen durmiera con mujeres, algo que, insisto, es una posibilidad que un investigador ha sacado a la luz, y se desprecia tal información bajo el eslogan de que no importa si lo fuera. Pues sí, sí que importa. Y no, no se hace en un ejercicio de machismo, como si fuera imposible que una mujer no se casara por únicamente ese motivo, ni mucho menos con un ánimo de “normalización” de las mujeres lesbianas bajo una misma etiqueta.

Precisamente la visibilización hace patente una cosa: la diversidad. Cada mujer es diferente de otra, cada una encierra una historia que puede guardar posos comunes con las de otras, pero que en forma y tiempo no se parece en nada a las demás. Su relato es personal e intransferible. Y por eso mismo el término lesbiana, en esencia, implica un paraguas y una apertura que hace posible que quepamos todas. Lo mismo con bisexual. Y lo mismo con cualquiera de las etiquetas que nos queramos aplicar a nosotras mismas.

Nombrar no es clasificar, ni categorizar. Nombrar es ser visible. Y ser visible nos hace ser. De otro modo, de ese que nada importa porque todos somos iguales en teoría, de ese que todo es relativismo, de ese que ya no queda nada que reivindicar, cuando es radicalmente falso y hay mucho que hacer, las personas LGBT nos quedamos anclados en la heterosexualidad por defecto y, por tanto, ocultos.

Ojalá algún día de igual. De igual del todo, que no importe nada, que todos tengamos los mismos derechos, oportunidades, plataformas, alegrías y penas. Que nada nos diferencie. Pero, hasta que eso ocurra, ser LGBT sigue importando.

Madrid también tendrá semáforos inclusivos

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Viena, Munich, Londres, San Fernando… y ahora también Madrid. La que va a ser capital del World Pride en este mes de junio ha instalado semáforos inclusivos, con imágenes de dos hombres o dos mujeres, por diferentes puntos de su plano urbano. La alcaldesa, Manuela Carmena, acompañada de la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, inaugurará el dispositivo hoy, lunes, a partir de las once de la mañana, con una rueda de prensa y un paseo por la ciudad para verlos instalados.

En muchos puntos de Madrid los semáforos no son de LED, como ocurría en otras ciudades, así que se ha procedido a instalar cristales con la silueta recortada. Desde la pasada noche y hasta el 26 de junio se cambiarán 288 lentes de 72 cruces. Un bonito guiño en la que se va a convertir, al menos durante unos días, en la capital mundial con más personas LGBT por metro cuadrado del planeta.

Vía: El Mundo

5 libros para leer durante este mes del Orgullo

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Parece que era aún ayer cuando tomábamos las uvas y hacíamos la lista de propósitos para el nuevo año que no vamos a cumplir, pero el tiempo pasa volando y ya estamos en junio, el mes del Orgullo y una buenísima manera de celebrarlo es leyendo. Leyendo, por ejemplo, historias sobre croquetas de ayer y de hoy, o sobre cómo hemos llegado hasta aquí, cada uno, de manera individual o como colectivo.

 

En una lista de libros  para leer durante este mes no podía faltar You know me well, la historia de Kate y Mark. La primera, enamoradísima de Violet, una chica a la que todavía no conoce en persona, pero con la que siente una conexión especial. El segundo, enamoradísimo de su mejor amigo, Ryan. Los dos no habían intercambiado más que un par de palabras en el instituto, pero tras una sucesión de eventos durante las celebraciones previas al desfile del Orgullo, se vuelven inseparables y un apoyo fundamental el uno para el otro. Puedes comprar You know me well aquí. 

El 28 de Junio de 1969 tuvo lugar un momento cumbre para la historia LGBT Las revueltas en el Stonewall Inn esa noche cambiaron por completo el futuro de las personas LGBT en la sociedad casi de un día para otro. Stonewall: The riots that sparked the gay revolution hace un exhaustivo análisis no sólo de lo sucedido esa noche en el bar gay de Greenwich Village, sino que también de cómo se llegó a una situación de opresión inaguantable. Puedes comprar el libro aquí. 

 

Ser LGBT no es fácil. Las series y el cine lo hacen parecer fácil, pero no vamos a engañar a nadie, no lo es. Todo mejor, eso es cierto, pero requiere tiempo. James Dawson busca, con Este libro es gay, servir de guía y apoyo, y facilitarle un poquitito la vida a las que les haya cogido por sorpresa el tema y se hayan sacado recientemente el carnet de croqueta. Un divertido y ameno libro que te dará las pistas clave para manejarse en el mundo LGBT y celebrar lo antes posible la nueva membresía en el club en el Orgullo. Puedes comprar Este libro es gay aquí. 

Todavía queda mucho por hacer y un largo camino por recorrer, pero no podemos negar que no ha existido mejor momento para ser croqueta. No hay que echar la vista muy atrás para verlo, pero si avanzamos todavía más en el tiempo, el contraste es brutal. La asfixiante sociedad reflejada en Carol es un buen ejemplo de ello. Patricia Highsmith nos ofrece una trepidante y cautivadora historia a la vez que una ventana por la que asomarnos a los años 50 y ver cómo era ser lesbiana en esa década. Puedes comprar Carol aquí. 

El tiroteo homófobo de Orlando el año pasado conmocionó al mundo y nos unió un poquito más para luchar contra esta clase de ataques. Eso es lo que han hecho un larguísimo número de artistas del cómic y de la cultura en general, en Love is love. Una antología en formato cómic que reúne historias de gente tan diferente entre sí como J.K. Rowling o Gail Simone y que celebra el amor, venga de dónde venga y en la forma que venga. Además, todas las ganancias van destinadas a la organización Equality Florida, defensora de la igualdad y los derechos de toda la comunidad LGBT. Puedes comprar Love is love aquí. 

Confirmada la secuela de ‘Wonder Woman’

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Mientras nos ponen los dientes largos, nos hacen salivar y mordernos las uñas mientras aquí tenemos que esperar al 23 de junio al estreno de Wonder Woman, en el resto del mundo nuestra amazona favorita lo está petando a lo grande con sólo un fin de semana en taquilla.

Ya ha ganado más de 200 millones a nivel mundial, ha batido récords en cuanto se refiere a recaudación de una película de acción dirigida por una mujer, a crítica y a público la está enamorando y, además, a Gail Simone le ha gustado. Y si a Gail le ha gustado, es que la película es una pasada. Punto.

La unión DC-Warner Bros. parece que puede tomarse un respiro y coger aire después de sus últimos batacazos con Batman vs. Superman y Suicide Squad. Wonder Woman parece que será su primer gran hit y no quieren dejar pasar la oportunidad de seguir explotando un buen producto y ya han confirmado que habrá segunda parte con Patty Jenkins al frente. Narrados los orígenes de Diana en la primera parte, Jenkins tiene intención de situarla en la actualidad.

Esta es una buenísima noticia, la mejor que podíamos tener, tanto para las directoras, para las superheroínas como para nosotras. Nos jugábamos mucho con Wonder Woman, y es que hubiera más superheroínas en el futuro más inmediato de las salas de cine, y visto lo visto, parece que las chicas han llegado para quedarse.

 

Netflix cancela ‘Sense8’ y nosotras estamos hartas

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*Spoiler de la segunda temporada al final del post*

Hartas. Al menos yo es como me siento. No sé si conoceréis el meme que dice ‘this is why we can’t have nice things’, es decir ‘Por esto no podemos tener cosas buenas’, pero creo que no hay un meme que represente al colectivo LGTBQ de mejor manera. No podemos tener cosas buenas porque NO. NOS. DEJAN.

Buena suerte si te enganchas a una serie que tiene una representación buena de diferentes sexualidades y/o identidades de género, porque las estadísticas no engañan y el resultante de esa combinación tiene unas posibilidades altísimas de sufrir al menos uno de los siguientes acontecimientos: Muerte absurda/innecesaria/vaga por parte de los guionistas, final absolutamente dramático e infeliz, y cancelación de la serie. Y esto es así, porque lo sabemos, y es verdad que hay excepciones pero se cuentan con los dedos de las manos.

Sense8 ha sido cancelada siendo una de las series con más representación del momento, con una pareja de lesbianas, una de gays, y una mujer transgénero, que a pesar de sus propios problemas y la homofobia y transfobia que esta serie SI trataba, podría decirse que eran las parejas felices de la serie. ¿Cuándo antes has empezado una serie y las parejas gays eran felices y adorables mientras que los heteros tenían problemas y dramas para estar juntos? ¿Cuando antes habíamos sido nosotros los que no sufríamos por amor? Os lo digo yo, NUNCA. Never, ever.  Así que guay, como veis la cancelación nos ha sentado genial.

Habrá gente que piense que ya no nos hace falta representación, todos conocemos a alguien que te dice ‘pero si ya os podéis casar y adoptar, ¿qué más queréis?’ y se queda tan ancho. Pues yo quiero que la próxima vez que un actor español tenga un papel gay donde los actores no se den solo piquitos, los medios y los fans no especulen con su sexualidad,  su virilidad/feminidad, etc. sorprendidos de que un “macho alfa” vaya besando hombres en lo que viene siendo su trabajo. También quiero no volver a oir/leer en mi vida que Jamie Clayton ‘está muy buena para ser un tío’ o que ‘no lo parece’. Estas series ayudan a normalizar a gente de la que todavía se hacen esta clase de comentarios, por lo que sí hacen falta.

Además de la representación LGTBQ, esta cancelación duele por más motivos. Sense8 tiene diversidad cultural, sin caretas ni maquillaje, sin whitewashing ni estereotipos. Su mensaje de aceptación, amistad, amor, y conexiones humanas es diferente a lo que hemos podido ver en otras series, y el argumento de la serie de verdad era interesante y original. Y ni hablemos del final abiertísimo de la segunda temporada, con todo por responder. TODO. 180º de apertura. Una manera terrible de despedir una serie, la verdad.

Y no creáis que no hemos cazado la ironía de que la hayan cancelado el primer día del #PrideMonth. Buen trabajo, Netflix. A ver si pilláis vosotros el sarcasmo.

De momento hemos recibido cero explicaciones, y se rumorea que es por el gasto que supone la serie y por el poco seguimiento que tiene. Lo segundo no se puede comprobar porque Netflix no da datos de audiencia, pero personalmente a mi esto no me convence. En cuanto al dinero, ¿quién iba a decir que grabar en 8 países fuera caro, eh? Yo no puedo entender que a la hora de dar el visto bueno a un proyecto como este no pensaran ‘jo, esto nos va a salir por un pico’. No nos des dos temporadas fardando de la originalidad de la idea y nos dejes con la miel en los labios con ese final para acabar cancelando la serie por tener un coste alto en la producción. Y además YA ESTABAN TODOS EN EL MISMO PAÍS. SE HABÍAN REUNIDO. NO HABÍA QUE PAGAR EXTRA POR VIAJES. Darle un final digno a esta serie y a estos personajes era lo mínimo.

En definitiva, y a menos que alguien compre la serie (psss, HBO, os miramos a vosotros), no nos queda más remedio que meter a Sense8 en el cajón de cosas que no nos dejan tener mientras esperamos poder dejar de abrir el cajón de una puñetera vez.

*Also alguien va a tener que pasarse por Ikea a por otra cajonera porque en la actual no entra ni un alma más. Si hay alguna voluntaria que nos lo haga saber.

‘One day at a time’: la preciosa historia de Elena Álvarez [SPOILERS]

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La serie One day at a time, estrenada en Netflix el pasado enero, es una sitcom que utiliza el humor más blandito del mundo para abordar temas serios como el feminismo, la depresión, la inmigración en EEUU o la situación de los veteranos tras la guerra. Pero hablar de todo eso desde la mayor dulzura posible no es el mayor mérito que tiene.

Cuidado, ¡spoilers!

Permitidme que os presente a Elena Álvarez, bollito máximo donde los haya (pun intended). Elena es la hija mayor de una familia monoparental americocubana. Tiene catorce años, es feminista, ecologista y vegetariana y pelea día sí y día también para que su madre y su abuela entiendan todo lo que defiende con tanta intensidad. Cosa que a veces se presenta difícil, ya que esta última, Lydia, es una señora religiosa y de mentalidad bastante anticuada, aunque adorable.

La serie comienza con una discusión sobre si Elena debería o no celebrar su fiesta de quinceañera. Toda su familia quiere que lo haga como tradición cubana, pero ella se opone por ser una fiesta misógina. Finalmente decide que sí, exclusivamente para demostrar que su madre, Penélope, puede manejar cualquier cosa a pesar de ser madre soltera.

Los quinces (o más bien, su abuela) obligan a la mayor de los Álvarez a buscar pareja para el baile, por lo que comienza a hablar con un chico de su clase. Lo que no sabe por aquel entonces nadie de la familia más que Alex, su hermano pequeño, es que Elena tiene dudas importantes respecto a su sexualidad.

Cuando lleva unas semanas viendo a Josh, se disipan del todo sus dudas. Elena es lesbiana.

La forma de enterarse que tiene, por ejemplo, Alex, no tiene nada que ver con el resto de la familia, y lo que más me fascina de esto es que cada uno de ellos reacciona de una forma distinta.

Alex se entera por accidente. Su hermana responde al teléfono hablando para sí misma, y él está escondido tras una cortina. Cuando sale, Elena le pide desesperada que no diga nada, porque no está segura de lo que significa. Sin embargo, la reacción de su hermano es la reacción ideal. “¿Y qué más da? No supone ninguna diferencia.”

Su madre es la segunda en saberlo. Cuando Elena decide sincerarse con ella, al principio Penélope parece no enterarse bien de lo que su hija le está diciendo. Finalmente se da cuenta y tiene una reacción que me parece preciosa. “Habla tú”, le dice. Y sencillamente la escucha.

Es maravilloso ver cómo a nuestra protagonista se le iluminan los ojos cuando habla de las ganas que tiene de encontrar a la mujer de su vida y ser feliz con ella. Es lo más puro de la Tierra.

La forma que tiene su madre de procesar la información es bastante tormentosa. A Penélope le cuesta mucho asumir que Elena sea lesbiana, pero se lo oculta porque no quiere hacerle daño de ninguna manera. Consigue superarlo cuando, sencillamente, se da cuenta de que, lamentablemente, la sociedad y heteronormatividad causan que le resulte complicado de encajar, pero eso no significa que quiera menos a su hija.

Es una reacción problemática, pero me pareció preciosa la actitud de aprendizaje y deconstrucción que adopta inmediatamente el personaje. Es la prueba de que, aunque los prejuicios sociales sean muy potentes, pueden derribarse por amor.

La abuela tiene una manera de encajarlo muy divertida. Inicialmente, por supuesto, está totalmente en contra, argumentando que es una mujer religiosa y que no puede comprenderlo. Pero sucede algo muy gracioso: mientras va hablando, su propio discurso va evolucionando. Termina diciendo que como mujer religiosa, debe aceptar que Dios nos hizo a su imagen y semejanza y que no comete errores. Añade que el Papa ha dicho que no es quién para juzgar, y tras un auténtico giro de los acontecimientos, pregunta “¿cuándo es el desfile?”. Demuestra así que la religión no es un impedimento a la hora de aceptar a los que quieres.

Y ahora viene la parte dolorosa: el padre de Elena. Como ya he comentado, la familia de Elena es monoparental, ya que sus padres están divorciados y él no vive con ellos, sino que se encuentra trabajando como soldado en Afganistán. Víctor aparece exclusivamente para los quinces de su hija, y ella, tras recibir el apoyo del resto de su familia, decide ilusionada compartir con él lo que ha descubierto sobre sí misma.

Pero no sale como ella esperaba. Su padre la rechaza instantáneamente, con frases como “es una fase”, “ahora es guay ser gay”. ¿El lado positivo de esto? Penélope se enfrenta a él como una auténtica leona. Todo el pesar que habíamos visto en ella cuando le cuesta entender a su hija, se transforma en ira cuando ve que Víctor no sólo no la entiende, sino que no tiene interés en entenderla.

De hecho, cuando el despreciable señor se larga en mitad de la fiesta de cumpleaños de Elena, toda la familia, encabezada por su madre, se levanta a bailar con ella y a cuidarla como se merece. No importa lo que pase: nunca estará sola.

One day at a time retrata la historia de una adolescente muy valiente que decide ser ella misma por encima de todo, con sus consecuencias buenas y sus consecuencias malas. Elena Álvarez es un ejemplo de coraje y amor propio y ojalá que todo le salga bien en esta vida y en las tres siguientes, porque se lo merece.

 

‘Supergirl’ desvela quién será la mala malísima de la tercera temporada

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Tras el finalazo de la segunda temporada, en Supergirl ya toca ir pensando qué se cocerá en National City. ¿Qué futuro tendrán Kara y Mon-El? *cof* Ninguno, espero *cof* ¿Qué les deparará el suyo Alex y a Maggie? ¿Volverá Cat Grant a ser la reina de los medios de comunicación 24/7? ¿Quién es el bebé que escapó de Krypton? Al 90% de esas preguntas todavía no podemos dar respuesta, y al 10% restante solamente a modo de conjetura.

Se ha hecho público quién será la villana principal de la tercera temporada de Supergirl y quién la interpretará. Odette Anable, a quién habéis visto en House o Pure Genius, ha sido la elegida para hacer el papel de Reign, villana salida de Los nuevos 52. Andrew Kreisberg, productor ejecutivo de Supergirl ha reconocido que está “más que emocionado de que [Odette] se haya unido al elenco en el temible, poderoso y desgarrador papel de Reign”.

Reign es un miembro de los Asesinos de Mundos, armas biológicas creadas por Zor-El, padre de Kara. Los Asesinos de Mundos conseguirían escapar de Krypton durante su destrucción y seguirían a Kara hasta la Tierra en busca de respuestas sobre quienes son y de donde vienen.

¡Bingo! Parece que podemos afirmar con casi total seguridad que es Reign quién se encontraba en la cápsula que vimos salir del planeta de Kara Zor-El y resolver al menos una de las múltiples dudas que nos han dejado y que no nos dejan dormir bien por las noches.

Vía: The Mary Sue

Miedo…

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croqueta librePodéis enviar los textos que queráis (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo. ¡Ah! ¡Y un título! 

A veces te miro y te deseo, otras tan solo te miro y no pienso y otras juego y me convezco hasta de que te quiero…

Mi indiferencia por ti a ratitos es tan solo una tapadera, una mentira que algunos días hasta yo misma me creo…

Te miro y tiemblo… Te miro y no te veo… Te miro y me miento…

Son mis ganas una vez mas, esas que son capaces de vencer hasta el mismísimo miedo… 

Mi miedo a dejarme ser feliz que tan a gustito vive dentro de mi…

Mis deseos, mis anhelos me ayudan a convertir a personas casuales en personas de verdad… Personas de verdad q en realidad son mentiras q no puedo, ni quiero parar de pensar…

Las creo, las invento y lo peor de todo es que me miento… Una vez y otra y otra vez mas… 

Son historias que quiero empezar con prisa, con ansias, con deseos de mas..

Y tu no eres de verdad, ni tan si quiera una remota posibilidad… una mentira que muere a gritos de la verdad… 

Esa verdad que me impide avanzar, mi única y verdadera verdad ,tengo miedo a alcanzar mi felicidad…

Me aterra pensar en la idea de que algún cuando ya la tenga, se pueda acabar… 

Miedo, tiene 5 letras, fácil de escribir pero difícil de entender y para mi imposible de superar…

Quizas de tu mano seria todo mas fácil y el miedo desaparecía en tu mirada o nos lo comeríamos a besos un domingo cualquiera abrazadas en mi sofá…

Por el momento voy a cerrar los ojos y dejar de pensar…

Miedo…

.- Pensando en L