Dado que este es uno de los lemas del blog, creo que podemos estar de acuerdo en que es algo que le pasa más o menos a todo el mundo. PERO A MÍ MÁS.
Este no es un caso de “yo la tengo más grande”, sino que realmente es así. Yo voy por la calle y me cruzo una tía y lo primero que hago es intentar averiguar si entiende o no entiende. En parte está relacionado con mi necesidad de etiquetarlo y clasificarlo todo (podéis llamarlo trastorno de la personalidad, pero a mí me gusta llamarlo orden), pero os juro que lo hago mucho más desde que soy consciente de que pierdo más las bragas por Emma Stone que por Andrew Garfield.
Uno podría pensar que es un intento de ver con quién tengo posibilidades y con quién no, que en realidad lo hago como ejercicio de caza, pero os juro que no es eso (un beso a mi novia desde aquí, de verdad que no es eso, cariño). En realidad no sé por qué lo hago. Pero lo hago. Quizás es una forma inconsciente de entrenar mi gaydar, que la verdad es que falta le hace; quizás es un entretenimiento como otro cualquiera, pero ahí estoy yo, clasificando a la gente sin parar.
“Eso está mal”, diréis. “No hay que poner etiquetas”, diréis. “No todo el mundo tiene la necesidad de definirse”, diréis. (Y si no lo decís vosotras lo dirá mi novia, así que no os preocupéis). Y yo todo eso lo sé. LO SÉ. Sé que está mal y aún así no puedo evitarlo. ES MÁS FUERTE QUE YO.
Mis amigas dicen que creo que todo el mundo es gay. FALSO. Lo que pasa es que yo sólo anuncio el resultado cuando creo que es gay. Es decir, si tú me dices que “ese chico de ahí me parece monísimo” y mi gaydar está pitando sin parar, mi obligación como amiga es decirte que es gay. (Aunque sinceramente llevando un cardigan y unos pantalones color rojo igual y podrías imaginarlo).
Pero os informo de que pasarse todo el día decidiendo quién es gay y quién no es una carrera muy sacrificada y nada agradecida. Todo el mundo siente la necesidad de recordarte cuando te has equivocado. Desde aquí por cierto, aprovecho para mandar un mensaje: LA BISEXUALIDAD EXISTE. El hecho de que yo haya dicho que una tía “entiende” y luego se líe con un tío NO ME QUITA LA RAZÓN. Es verdad que hay pocas cosas en esta vida que me gusten más que tener la razón, pero es que, luego esa tía TAMBIÉN se puede liar con otras. ¿O soy la única que lo ve?
Y eso explica porqué es una carrera poco agradecida, pero no lo sacrificada que es. Exagerada, estaréis pensando. Sí. Cierto. Culpable. Totalmente verdad. Pero de verdad que es terrible: Imaginad estar viendo una entrevista a una actriz, y estar más pendiente de si es bollera de lo que te está diciendo; que te presenten a alguien y pensar lo primero: ¿será lesbiana?; engancharte un grupo y ponerte a buscar si las componentes entienden. ES MUY DURO. Es algo que requiere dedicación 24/7, el crimen no descansa las chicas nunca dejan de aparecer, te absorbe, te obsesiona, y al final no haces más que VER LESBIANAS EVERYWHERE.
Vas por la calle y piensas: lesbiana, y ves el telediario y piensas: lesbiana, y ves una serie y piensas: lesbiana. Y NI SIQUIERA ES ALGO REAL, ES UN PUTO PERSONAJE QUE INTERPRETA UNA ACTRIZ, ¿CÓMO VA A SER LESBIANA? Pero ahí estás tú, pensando y convencida de que es lesbiana. (Y lo peor: intentando convencer a todo el mundo de ello).
Y quizás es cierto que en proporción no son tantas, y que sólo es que te fijas más en las que son que en las que no son y que al final te parece que todas son y ni siquiera sé lo que estoy diciendo porque esto parece un trabalenguas, pero a lo que voy es que esto está consumiendo mi vida y necesito ayuda y HACED QUE DEJE DE VERLAS EN TODAS PARTES.