Que el anime de la temporada es Shingeki no Kyôjin no hay lugar a dudas. La impactante mezcla de terror, gore, futuro distópico y venganza personal atrae y fascina a partes iguales. Nadie queda indiferente a una serie que, casi a media andadura de temporada (escribo esto recién visto el episodio 9), ya nos tiene a todos al borde del sofá.
Para mí, que toda serie que veo debe tener altas dosis de azúcar y buenrollito, esto no es moco de pavo. Aunque con sus sorprendentes dosis de humor, Shingeki no Kyôjin no tiene ni una pizca de lo uno ni de lo otro. Oscura, angustiosa y sangrienta, no es una serie recomendada para los sufridores.
EL ARGUMENTO
En un futuro lejano, la humanidad se ha visto casi aniquilada y acorralada en un último reducto. Muros de 50 metros son la única protección contra un enemigo cuya única misión parece devorarnos: los titanes. Estos seres humanoides carentes de intelecto pueden llegar a medir más de 5 metros. Los tres niveles de muralla de la ciudad han protegido lo poco que queda de la raza humana durante 100 años hasta que aparece un misterioso titán de más de 50 metros, que rompe el frágil equilibrio.
Nuestro protagonista, Eren, se enrola en el ejército, los únicos preparados para enfrentarse a los titanes. Juntamente con sus amigos, Mikasa y Armin, deben sobrevivir a un duro entrenamiento, unas misiones que aseguran una muerte prematura y un pasado que siempre les persigue.
¿Y QUÉ ES LO QUE VOY A VER EXACTAMENTE?
Mucho titán comiendo humano, eso asegurado. No escatiman planos y momentos de horror con soldados siendo capturados (vivos y bien conscientes) y masticados en todo su esplendor.
Pero también tienes la radiografía de una sociedad hambrienta, asustada y encolerizada por su situación. Nada sabemos de los titanes al empezar y nuestros cadetes deben descubrir cosas nuevas en cada misión a riesgo de sus vidas y de las de toda la humanidad.
Sin embargo, lo más interesante que vas a ver en Shingeki no Kyôjin es, sin duda alguna, sus personajes. Eren, Mikasa, Armin, Jean, Anne, Sasha… más de 10 personajes regulares que forman parte de la promoción de nuestro trío protagonista. Y, sin embargo, en 9 episodios todos se han hecho un hueco en tu corazoncito, con sus fortalezas y sus debilidades. Algo que tiene mérito, teniendo en cuenta que la serie viene cargada de escenas de acción,intriga política y flashbacks.
Mención especial a la altísima calidad de la animación y las escenas de acción. Acostumbrados a que después del primer episodio todo es horrible, aquí mantiene el tipo y casi diría que vale la pena verla sólo para disfrutar de las acrobacias de los personajes con el “equipo de maniobras 3D”.
¿PERO TIENE ROLLO BOLLO O NO?
¡Lo tiene! Aunque secundario y no sabemos si tendrán tiempo de desarrollar la historia de Ymir y Crista. Ya hemos tenido un momento bastante adorable en el episodio 7, ¡Esperamos que no nos decepcionen!
La parejita canon: Ymir y CristaSi el canon no es suficiente, la relación de Mikasa y Sasha es, cuanto menos, para echarse unas risas. Si los momentos de buen rollo ya son raros y preciosos en esta serie, ellas dos se llevan la palma en lo que a humor absurdo se refiere. Un agradable respiro en medio de tanta sangre.
CURIOSIDADES
– El subtítulo de la serie, “Attack on Titan”, nos demuestra que los japoneses, no sólo hablan fatal el inglés, es que tampoco les importa una mierda. Ya es bastante grave que el autor del manga no se documentara sobre la corrección gramatical de la frase, es que directamente nadie en el estudio de animación ha creído conveniente cambiar semejante atrocidad.
– La línea temporal del anime es diferente a la del manga, que tira bastante de flashbacks mientras que en la serie de animación es bastante más lineal. Para que os hagáis una idea, vamos por el tomo 2 y no es hasta el tomo 3 que nos explican la instrucción de los cadetes.
– La serie se ha hecho bastante conocida en Internet gracias a los trajes del ejército. Aunque tienen toda su razón de ser en la serie, más de una tiene mucha imaginación acerca de lo que se puede hacer con tanta tira de cuero…
Y para terminar de convencer al indeciso: ¡Tiene un opening cojonudo!