Venga a recomendarte el anime del año por su parejita lésbica y resulta que, aunque has disfrutado como una enana la primera temporada de Shingeki no Kyôjin, de Ymir y Christa poco, tirando a nada. Y es que el anime ha llegado al tomo 8 del manga, pero no es hasta el 10 que las cosas entre nuestras dos chicas se ponen interesantes. ¿Cómo de interesantes? En este post recopilamos sus mejores momentos hasta la fecha (Ni que decir tiene tantos spoilers que no llegarás virgen a la segunda temporada).
Antes de entrar en materia, por eso, avisaros que aunque Hajime Isayama cumple perfectamente con el apartado narrativo y la historia se lee perfectamente, su dibujo puede llegar a ser un poco chocante si vienes con las ideas preconcebidas del anime. Vamos, que el dibujo es feo de cojones, para hablar claro. (Recordad que el manga se lee de derecha a izquierda ;))
De ambas sabemos poca cosa hasta la fecha: Ymir y Christa son dos cadetes que entran en el ejército al mismo tiempo que Eren, Mikasa y Armin. Cuando Christa le da de comer a Sasha después de su castigo, Ymir hace su primera aparición, interesada por la rubia. Más adelante, en la primera misión de los cadetes a terreno real, Christa intenta poner paz ante la actitud beligerante de Ymir ante la tensión y el miedo de la situación. Encantada ante su temple, Ymir le pide en matrimonio de la manera más despreocupada posible.
Poco más sabemos de ellas durante al menos 6 tomos hasta que llegamos a la captura de Annie y nos cuentan que, mientras en Stohess se libraba el gran drama, nuestra promoción 104 está secuestrada por el ejército al sur del Muro Rose. Si Annie ha resultado ser una traidora a la causa, la búsqueda de más elementos peligrosos se centra en nuestros recién estrenados soldados. ¿Pero cuánto de razón hay en sospechar de ellos? A tenor de lo que vamos a ver en este arco… muchísimo.
Sin embargo, el secuestro es más bien un par de días aburridísimos sin nada que hacer hasta que sucede lo inimaginable: el Muro Rose, el segundo bastión contra los titanes, ha sido superado por los enemigos. Sin armas ni equipo de maniobras 3D, nuestra promoción 104 se divide en varios grupos para escapar y tratar de evacuar a la mayor gente posible.
Por supuesto todo lo que sucede a continuación es terrorífico y angustiante y lo pasas fatal. En ese sentido los trazos enloquecidos de Isayama sirven muy bien para las escenas de horror de los titanes entrando en las aldeas y secundarios a los que les teníamos cierto afecto muriendo de la manera más terrible (R.I.P. Mike). Mientras tanto, nuestro trio maravilla viaja junto a Levi, Hanji y el padre Nick, representante de la Iglesia de los Muros. Parece que dicha iglesia sabe exactamente por qué hay titanes dentro de los Muros, pero están silenciados por un voto que sólo una persona puede romper: Una pariente de sangre de una familia relacionada con la Iglesia que, sin saberlo, tiene total libertad para hablar de todo lo relacionado con los Muros. Un feudo entre familias la ha apartado del camino habitual y la ha llevado nada más ni nada menos que al ejército, a la promoción 104.
Christa se vuelve, de repente, en una pieza clave para descubrir los secretos de este mundo. En su camino hacia el frente, además, descubrimos que Ymir se unió a las tropas de reconocimiento por ella. Es dudosa la razón por la que lo ha hecho. ¿Conoce el poder de su familia y quiere aprovecharse? ¿Realmente se preocupa por Christa? ¿La ama desesperadamente? (Nosotras votamos por la tercera)
Parece imposible encontrar la brecha por la que están entrando los titanes y aprovechando la noche, la promoción 104 se reúne en las ruinas de un castillo cercano al Muro, Utgard, para descansar. Es en esas cuatro horas que tienen de reposo donde Isayama nos muestra una interesante conversación entre Ymir y Reiner que, aún ahora, da muchísimo que hablar sobre la sexualidad de ambos personajes.
Una vez más, todas las probabilidades están en contra de nuestros héroes, que se encuentran rodeados de titanes en plena noche. Pero los titanes no deberían poder moverse cuando no hay luz, ¿No?
Aún a pesar del acoso constante, del peligro y del miedo, Isayama nos da pequeños momentos de respiro. ¿Y qué mejor manera que mostrándonos a una Ymir celosa que se comporta como una cría? Eso sí, Reiner es al menos bisexual con tanto “Cásate conmigo, Christa”.
El respiro, sin embargo, no les dura mucho. Los titanes no paran de llegar y los soldados apostados para protegerles son pocos y pierden fuelle a medida que pasan las horas. Es en ese momento, en lo alto de la torre, cuando conseguimos comprender exactamente qué tipo de relación une a nuestras dos chicas desde el principio: Christa es algo más que un pariente de sangre de una familia de la Iglesia de los Muros, es la hija bastarda de uno de ellos con tanto derecho a sucesión como uno legítimo. A las familias no les hace ninguna gracia, hasta amenazan con matarla, pero aceptan que viva oculta con un nombre falso y reniegue de ese derecho. Ymir es la testigo involuntaria de una de esas conversaciones secretas y es ese conocimiento el que la lleva a buscar a Christa en el ejército.
Ymir siente que tienen historias parecidas pero se enfada con Christa por buscar un noble suicidio en vez de luchar por su nombre. Ella ha empezado de nuevo mientras que su amiga sigue anclada en el pasado. Cuando Ymir consigue rescatar a un compañero moribundo de la nieve en circunstancias humanamente imposibles, Christa sólo consigue una promesa en vez de una explicación.
Y esa promesa va a cumplirse muy pronto. Acorralados ante el peligro inminente, Ymir decide luchar para proteger a sus amigos… convirtiéndose en titán,
Aparte de ser bajita y cabezona, la forma titán danzarina de Ymir es un recordatorio para Reiner y Berthodlt de una tragedia que les sucedió de pequeños. ¿Quiere decir que un humano convertido en titán y descontrolado es capaz de comer humanos? ¿Qué une a Reiner y Berthodlt con Ymir?
La batalla de Ymir contra los titanes es terrible y llena de momentos dramáticos y épicos en cuanto a nuestras dos chicas se refiere.
Por suerte, llega nuestro trío maravilla al rescate y nunca hemos estado más contentos de ver a Mikasa en nuestra vida. Cuando Christa e Ymir se reúnen de nuevo, además, podemos secarnos una lagrimita cuando la primera confiesa su nombre.
Queda la duda de si Ymir es otra traidora como Annie, aunque Christa pelea por su inocencia desde el principio. Nadie sabía de sus poderes hasta ahora, pero en Utgard ha arriesgado su vida por salvarlos a todos. A pesar de las experiencias con el titán coloso, el titán armado y la titán hembra, Ymir es diferente o de eso está convencida Christa.
Con este tomo 10 tan lleno de amor entre nuestras dos chicas, no podemos dejar de estar agradecidas a Isayama por haberles dado un papel prominente a quien estaba destinado a convertirse en una pareja lésbica entre bambalinas. En cambio tenemos un trasfondo para su historia y, sobretodo, una fidelidad y fervor la una con la otra que sólo puede considerarse como la historia de amor más épica de todo Shingeki no Kyôjin. ¿Que todos estos momentos no han sido suficientes para convenceros? En el siguiente tomo los momentos entre ellas dos recordando lo mucho que se quieren se suceden uno tras otro 😉
Y recordad que si os quedáis con ganas de más, el fandom de esta pareja es inigualable, maravilloso y lleno de joyitas como estas: