Hubo un tiempo en que Nuria lo tuvo todo, momentos felices en los que la vida parecía más sencilla de lo que realmente se desveló luego. Pero eso fue hace mucho tiempo. Ahora, junto a Elisa, frente al mar, las dos tratan de desgranar lo que fue su relación, todo lo que ganaron y perdieron, pese a saber que los recuerdos son dolorosos y hay ocasiones en las que es mejor dejarlos en su sitio, ocultos bajo mantos de olvido.
La fuerza del primer amor y el dolor inconmensurable de la pérdida son los dos ejes principales del Elisa frente al mar, del que puedes leer un fragmento aquí por cortesía de su autora. En él, Clara Asunción García nos va contando la historia de Nuria, Elisa y Valeria, tres amigas inseparables que viven y crecen en los 80, en una ciudad del mediterráneo. Alternando los flashbacks pasado-presente, descubrimos qué cambió en la vida de las chicas, qué las convirtió en las personas que son ahora y, sobre todo, por qué el dolor las acongoja por dentro hasta prácticamente asfixiarlas todos los días. ¿En qué se equivocaron? ¿Qué podrían haber cambiado? Nada, porque la vida discurre como discurre, y pocas veces se puede hacer algo más que echar la vista atrás.
Como si de un puzzle se tratara, poco a poco vamos conociendo las historias que nos han llevado, junto con las protagonistas, a ese faro. El mismo faro que vio empezar todo lo que quizá nunca debió haberse comenzado. Ahora, con el tiempo, todo cobra más forma, pero no más sentido. Por mucho que Nuria creyera haberlas perdido, las sigue llevando muy dentro. A las dos.
Elisa frente al mar es la tercera novela de Clara Asunción García. En esta nueva entrega, la novelista utiliza un registro completamente diferente al que nos tiene acostumbradas: más íntimo, más cercano. Como si realmente la pena nos arrastrara a nosotras también. ¿Que es un libro triste? Sí. Pero tenemos que saber que la tristeza y la pena forman parte de la vida. Tengo que confesar que, pese a que no soy una persona con lágrima excesivamente fácil, me costó bastante leer algunos pasajes porque, de repente, me veía llorando. Seguramente habrá gente que sólo con este dato ya no quiera, o no se atreva a disfrutarlo, pero no quiero dejar de recomendarlo. Es un libro para leer despacio, con calma, y dejando que la historia te inunde. Espero sinceramente que lo disfruteis tantísimo como yo.