Hemos hablado una y otra vez sobre Black Sails, porque lo molaba todo, porque tenía mujeres piratas lesbianas, que luego una de ellas resultó ser más bien trabajadora de la profesión más antigua del mundo, pero como eso parece un recurso recurrente en las series en las que hay parejas lesbianas, no nos quejaremos. Sobre todo porque el primer episodio de la serie nos dejó con una sonrisa de oreja a oreja y las rodillas temblando de emoción, e incluso nos preguntábamos qué podía salir mal. Y de nuevo volveré a lo que ya dije después del lesbiana feliz, lesbiana muerta más rápido de la televisión: ilusas.
Porque salió mal.
La pareja lésbica de Black Sails ha roto.
Nop, yo tampoco comprendo cómo pudo suceder, pero sucedió. Y lo peor de todo no es que fuera por falta de amor, sino por un conflicto de intereses. Todo gira en torno a cierta hoja con los datos de navegación de un barco cargado de oro como para convertir en el hombre más rico del mundo a quién lo posea. Y mientras que Eleanor quiere que ese papel esté en las manos del Capitán Flint, John Silver está intentando venderlo al Capitán Charles Vane a través de Max. En algún momento Flint acaba por descubrir que John es quien le ha robado y que está utilizando a una prostituta para venderlo al mejor postor, y finalmente son Max y Eleanor las que acaban cara a cara en los lados opuestos del mismo conflicto. Y todo va mal, muy mal.
Obviamente, Max le propone a Eleanor lo que era su plan desde el inicio; vender aquella hoja al mejor postor y huir juntas con el dinero, que no nos engañemos, es el mejor plan EVER para ellas, pero eso nos dejaría sin lesbianas en la serie y nadie quiere eso, así que hacen que Eleanor crea que le debe algo a esa isla y a Flint, por lo que decide mantenerse firme en lo que cree que es su deber y le pide una y otra vez a Max que le entregue la hoja con los datos. Y el final, pues el final no acaba de forma placentera para ninguna de las dos, y de paso para ninguna de las que las estábamos viendo a través de la pantalla.
Pero bueno, no todo está perdido. ¿Y que cómo lo sé? ¿Pues no os dije ya que puedo viajar al futuro para contaros qué va a pasar para mantener nuestros corazones tranquilos…? Además, realmente no hace falta. Sólo hay que pensar un poco para darse cuenta de que era normal que la pareja rompiera ahora, de hecho, nos alegramos. Sí, no me hagáis decirlo de nuevo que me duele la sonrisa fingida que tengo en la cara. Y seguramente os estéis preguntando por qué nos alegramos, sobre todo teniendo en cuenta que no os sentís demasiado alegres. Y no, no me ha dado un golpe en la cabeza o estoy al borde del colapso nervioso. Nos alegramos porque si ahora han roto el drama vendrá por su reconciliación, y no nos presentaran una relación perfecta para luego asesinar a una de las dos de la manera más idiota que se les pueda ocurrir.
Así que desde HULEMS queremos serenarnos y mandaros las buenas noticias, aunque no suenen tan buenas de momento, y deciros que esto no va a acabar así, que podemos respirar algo más tranquilas (pero no os confiéis demasiado que ya sabemos todas cómo son estas cosas) y que tenemos Max y Eleanor para rato, quizás medio peleadas y discutiendo, pero todas hemos visto ya The L Word y sabemos que el drama es necesario para la vida de toda lesbiana que se precie de serlo, así que ahora esperaremos nuestro drama junto con unas palomitas y un cojín para estrujarlo bien fuerte, mientras rezamos a Circe para que haga realidad nuestros sueños y arregle lo que Black Sails ha estropeado porque queremos a nuestras mujeres piratas lesbianas juntas de nuevo, o mujeres prostitutas lesbianas, o nos da igual de lo que trabajen; pero juntas.
Así que recordad: el próximo domingo tenemos una cita importante con Max y Eleanor, y que tanto ellas como nosotras estamos esperando que ocurra el milagro que las una de nuevo.