Imagínate esta situación: empiezas a ver una nueva serie. Le das al play, te estás poniendo cómoda en el sillón y en menos de diez segundos ocurre esto:

Bien, y ahora que hemos captado tu atención (y ellas también), déjanos que te hablemos de Orange Is the New Black, la nueva apuesta de Netflix, que te va a tener con el culo pegado al sillón los trece episodios que dura su primera temporada.

Escrita por la creadora de Weeds, Jenji Kohan, Orange is the New Black nos cuenta la historia de la dulce, rubia e inocente Piper Chapman, una ciudadana americana cualquiera que por una mala decisión acaba con sus huesos en la cárcel por culpa de su exnovia.

Durante el transcurso de la serie iremos viendo cómo era su relación con su ex, su presente relación con su prometido (Jason Biggs, o para que nos entendamos, el actor por cuya culpa jamás volveremos a ver el pastel de manzana con los mismos ojos tras American Pie) y su lucha por adaptarse a su vida diaria en la cárcel.

Interesante, ¿no?

Pues te damos todavía más razones por las que deberías verla:

Taylor Schilling está increíble en su papel de Piper Chapman: Piper es bisexual, y aunque sus amigos y familiares prefieren ver su pasado como una fase lésbica ya superada, está claro que Piper es un espíritu libre. Le gusta divertirse y la gente con personalidad, y eso hace todavía más interesante su personaje. Además, la interpretación de Schilling es tan convincente que las situaciones resultan bastante creíbles.

Guión inteligente: hay frases memorables. Como no quiero spoilear a nadie, tan solo destacaré una del episodio piloto. Durante una entrevista con el alcaide de la prisión, este le advierte a Piper, en su tono más serio: “Quiero dejar claro que no es obligatorio que tenga sexo lésbico”. Y muchas otras joyas que te arrancarán más de una sonrisa.

Cárcel de mujeres: ¿Te has preguntado alguna vez cómo es la vida en una cárcel de mujeres? Pues aquí te lo cuentan sin tapujos, con la dosis justa de drama, por lo que no llega a crearte un trauma.

Está basada en una historia real: la serie parte de las memorias del año que Piper Kerman pasó entre rejas, y refleja muchas de sus experiencias. Que no todo sea ficción le da una dosis extra de interés.

No tiene una trama predecible: las sorpresas, de hecho, están a la orden del día. Si eres de las que no disfrutas con ese complejo de pitonisa que nos entra a todas cuando un argumento es muy predecible, estarás encantada con Orange is the New Black.

¿Eres una yonki de la diversidad? Pues aquí tienes para aburrir:  Orange is the New Black está ambientada en una prisión. Así que hay de todo. Blancas, negras, latinas, asiáticas, bisexuales, trans, lesbianas, ricas, pobres… La serie es una auténtica batidora de la diversidad y, si me apuras, un fiel reflejo de la sociedad. Como puedes imaginar, cuando todas estas mujeres tan diferentes se ven obligadas a convivir bajo el mismo techo, el conflicto está servido.

La relación de amor/odio con su ex: Piper se define a sí misma como una “ex lesbiana” y aunque no nos gusta demasiado este término (bisexual nos parece más acertado), seguimos siendo fans de su relación con Alex, su ex, cuya historia irás conociendo a través de varios flashbacks. Y hasta aquí podemos leer, pero nadie dijo que no pudiéramos ponerte la miel en los labios con algún gif que otro, ¿verdad?

Croquetas por doquier: y por supuestísimo… ¡mujeres! Cientos de mujeres juntas, pero también revueltas. La mujer es la absoluta protagonista en esta serie y te sorprenderá ver que hay escenas lésbicas cuando menos te lo esperas. Avisada estás (no vaya a ser que te levantes para ir a coger algo a la nevera y te la pierdas).

Por último, Netflix ha confirmado que habrá segunda temporada. Están apostando fuerte por Orange is the New Black, así que no hay peligro de que nos quedemos colgadas a medio camino. Al menos, por el momento.

¿No te hemos convencido todavía? ¿Quieres una píldora más de la felicidad? Pues ahí va: Jodie Foster ha dirigido uno de los episodios. Y es que, al final, ¿qué queréis que os diga? Todo queda en familia… 😉

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