Cumplido el descanso que la actriz palentina decidió tomar en 2011, tras La piel que habito, película que le llevó a ganar un premio Goya, Elena Anaya vuelve con fuerza. Hace un par de meses presentó Pensé que iba a haber fiesta, de la que ya os hablamos en su día, y esta semana presenta en el Festival de cine de Málaga su nueva película, Todos están muertos, dirigida por la que fuera su pareja, Beatriz Sanchís.
Para Sanchís esta es su primera incursión en el mundo de los largometrajes. La directora había dirigido unos cuantos cortos, en incluso un videoclip de Cansei de ser Sexy (bajo seudónimo), pero hasta este momento no había metido la cabecita en el mundo de los largos. La película trata acerca de Lupe (Anaya), una mujer que en los 80 fue una estrella de pop, encabezando el grupo Groenlandia, pero que desde que murió su hermano padece de agorafobia y no sale de casa. Su mexicana madre le ayudará, conjuros mediante, a superar este problema, cuando trae del mundo de los muertos a su hermano.
En un chat de la directora para La opinión de Málaga, ésta reconoce que el film está lleno de referencias musicales. Yo, de momento, me arriesgo a contar dos: La madre de la protagonista es mexicana, igual que América, la madre de Alaska, y el grupo se llama Groenlandia, igual que el éxito de Zombies. ¿Está Lupe inspirada en Tesa?
Y si os preguntábais cómo ha sido el rodaje para esta pareja ex pareja, la directora ha respondido a la cuestión con un muy dulce “Elena no sólo ha sido una gran actriz, también una gran ayuda“. Nos encanta ver que donde hubo amor, queda cariño. Bravo por las dos.