Hablemos sobre la parafernalia lésbica. El nacimiento de las nuevas tribus urbanas, como los hipsters, los geeks y normcore (que piden en los bares muffins en lugar de magdalenas), ha propiciado que la estética de las invertidas como nosotras ya no se base en la manida camisa de cuadros y en llevar un pelo a lo marine norteamericano. Ojo cuidao. Que conste en acta que, antes de ponerme a destripar nada, deseo aclarar que yo soy una mujer que se viste como le sale de la brenca, que no suele tener una estética definida a la hora de vestir y que tiende a mezclar prendas clásicas con ropa que sólo usaría un gorrilla aparcacoches. Vamos, que en absoluto vengo a soltaros el decálogo a seguir como lo harían las revistas de moda, pero sí quiero destacar aquellos complementos fundamentales que he detectado que tiene toda invertida moderna del tó que se precie.
1.- Las gafas de pasta.
Señora, ponga unas gafas de pasta en su vida y note los resultados en las primeras semanas.Y si son negras, mejor.Lo que en época escolar era la causa de mobbing y acoso, ahora resulta que es el complemento perfecto para ligar. Tus posibles conquistas caerán rendidas a tus pies gracias a ese aire de intelectualismo misterioso que se añade a la expresión facial que la genética te dio.
2.-El estilo clásico contra el hippy.
Parece haber como dos grandes grupos enfrentados, ahora que nuestro colectivo comienza a ser más visible, a la hora de vestir. Está la que va arreglá pero informal y la que va de Desigual hasta las trancas.
3.- El eye-liner tamaño rotulador.
No nos engañemos. La mirada es muy importante. Es el faro con el que mandas señales de auxilio y desesperación para llenar tu cama. Al menos durante el tiempo en el que a la otra le dure el Miolastán que le has puesto en la copa. Así que a muchas lesbianas trendy les encanta usar, de manera potente, el perfilador de ojos y las sombras oscuras. El resultado: cara de mapache al levantarse, con más o menos intensidad, dependiendo de si además se esmeraron la noche anterior en dibujarse el rabillo del ojo hasta el nacimiento de la oreja.
4.- La bandolera
Ese bolso cruzado, que evita cargar con el bolso pitiminí o con el bolsaco playero que llevan algunas, se ha puesto de moda entre las afiliadas a la acera de enfrente. Ok, es cómodo, pero da un aire a repartidor de pizza que tira p’atrás, cargándose toda posibilidad de ir cute por la vida.
5.- El lametón de vaca
Dícese del corte de pelo con un flequillo enorme ladeado que inventó el periodista Pepe Oneto. Da un aire a lo garçon muy bonico, pero lo del flequillo relamido por una vaca para que te tape medio ojo, y tener aire de interesante, sobra. Recuerda: vas a Chueca a emborracharte, no a dar una ponencia sobre células madre.
6. La camiseta de tirantes
La penda enseñatetas por excelencia. Lleva el escote en los laterales. Es decir, que lo que no enseña por arriba, lo hace por los lados, gracias a unos agujeracos exagerados que hacen de mangas y van desde el hombro hasta casi el ombligo. Lo tuyo no es insinuar, sino ponerte de ofrecida.
7. Pantalones pirata
Admitámoslo: son los pantalones de la pereza. Hija puta, cómprate una Gillete Venus y ponte unos short, como está mandao. O eso, o participa en el casting de Teen Wolf.
8. Las bambas
Según mi novia, se llaman sneakers. A ver, si me llevas puesto encima las gafas de pasta, la camiseta de tirantes, los pantalones pirata y la bandolera… está claro que tacones no vas a llevar, a no ser que seas la Terremoto de Alcorcón. Poco más que añadir.
¿Y vosotras? ¿Qué otros complementos fundamentales conocéis?