Hace un tiempo, en un post muy muy lejano, os hablamos de una película australiana llamada Around The Block en la que Christina Ricci y Ruby Rose iban, presuntamente, a empañar todos los cristales de la casa. Pues bien, la peli ya se ha estrenado (al menos en Asia-Pacífico, desde donde os escribe una servidora), y nos apetecía comentarla con vosotras.
Así, de entrada, si a mí me hablan de una película cuyo argumento gira en torno a una profesora que da clases en un colegio de un barrio conflictivo se me viene a la mente la maravillosa Michelle Pfeiffer y su Mentes Peligrosas. Es complicado superar esto, porque, claro, es Michelle Pfeiffer y da igual lo que haga esta mujer, por mí como si saca un álbum recopilatorio de sus ronquidos; me tiene a sus pies. A SUS PIES.
Pero Mentes Peligrosas no tenía croqueteo y mucho menos a su protagonista como objeto del mismo. Y tampoco tiene a Ruby Rose, toda tatuajes ella (porque el tatuaje es casi tanto patrimonio australiano como los koalas y los canguros, lo digo de veras). Así que, bueno, qué menos que darle una oportunidad a esta película australiana y, mucho más importante, a la escena que nos regalan Christina Ricci y Ruby Rose en ella.
Dino Chalmers (Christina Ricci) es una profesora americana que acaba de mudarse definitivamente a Sydney en pos del amor. Ella está convencida de que será feliz con su prometido “aussie”, un muchacho más simple que el vocabulario del Correcaminos y tan profundo como Pedro Picapiedra, y que su vida no ha hecho más que empezar ahora que ha conseguido un trabajo como profesora de arte dramático en Redfern, una escuela de los suburbios de Sydney.
Este es el sueño de todo educador que se precie: una escuela con muchachos conflictivos y tener la oportunidad de brindarles a sus alumnos una salida, una motivación, moldear sus mentes mediante el contacto con el arte. Lo hemos visto antes en infinidad de películas. Y para ser francos, Dino se pone inmediatamente a ello planteando la producción de una obra de teatro, Hamlet (¿por qué siempre es Shakespeare?), con un toque moderno-aborigen-rap.
Liam Wood (Page-Lochard) es un muchacho aborgen de 16 años (aquí hago una pausa para contaros que la comunidad aborigen en Australia a veces diespierta el rechazo de algunos caucásicos nacidos en este país) que se presentará a la audición para conseguir el papel del Príncipe de Dinamarca. Al principio, Liam hace como cualquier muchacho de su edad. Se muestra esquivo y poco interesado por el teatro, pero su interés empieza a crecer cuando recuerda a su tío Charlie, un exactor de teatro cuyo papel estelar siempre fue Hamlet.
El problema es que Charlie acabó muerto al involucrarse en los trapicheos del padre de Liam, que ahora está en la cárcel cumpliendo condena por un intento de desfalco a un casino, y que a pesar de estar entre rejas, sigue teniendo una gran influencia sobre Liam y su hermano.
En la última visita que ambos le hacen, eé les pide que venguen la muerte de su tío Charlie matando al soplón que los delató. Si habéis leído Hamlet, sabréis que esto es lo que ocurre en el libro de Shakespeare, así que el paralelismo está pelín forzado, como metido con calzador, pero hay que reconocer que tampoco se hace pesado a lo largo de la película.
Como podéis imaginar, las vidas de Dino y Liam se cruzan muy pronto. La profe acabará inspirándole para que tenga una vida mejor, para que elija otra salida a pesar de su entorno conflictivo y sus orígenes humildes, y blabla… esa es la roca más pesada de Around The Block, que hemos visto esta historia repeditada mil veces.
Pero al menos esta película tiene un giro inesperado. Y es que Dino, aunque prometida con un hombre, tiene un pasado croqueta que se nos va desvelando a lo largo del argumento. La confusión sobre su orientación sexual la vemos ya desde el comienzo de la película, cuando se encuentra con un antiguo amigo y le pregunta ¿cuánto tiempo hace que estás en Sydney? Ella le dice que ha vuelto hace unos meses y él le recuerda que ella, una preciosa florista/panadera interpretada por Andrea Demetriades sigue estando donde estaba, que se pase algún día a saludarla.
Vemos así como esta pequeña frase despierta el espíritu stalker que todas llevamos dentro. Dino se deja caer varias veces por la floristería. La observa desde su coche, pero no se atreve a entrar, la vemos triste mientras se va dando cuenta de que su novio no aprecia sus esfuerzos para ayudar a esos muchachos. En un momento que lo cambiará todo, Dino discute con su prometido por unos comentarios racistas sobre sus alumnos. ¿Hamlet? ¿Shakespeare interpretado por aborígenes? Please…
Frustrada y confundida, Dino se planta en un bar lésbico en el que conoce a una andrógina mujer (Ruby Rose) con la que pasará el resto de la noche. Ruby Rose solo tiene dos frases en toda la película, pero, hey, ¿quién está pendiente del vocabulario cuando hay tanto tatuaje en medio? Yo no. Este encuentro, por supuesto, cambiará la manera de sentir de Dino, que se planta, por fin, en el interior de la floristería.
El desenlace … solo diré que le doy una puntuación alta para los intercambios salivales de Christina Ricci y Ruby Rose, y aunque la película no te hará olvidar ni a Michelle Pfeiffer ni a Mentes Peligrosas, si hablamos de papeles croquetas… no está nada mal.
Las hemos visto mucho peores.