En 2011 Showtime estranaba la adaptación americana de la serie británica Shameless, un drama con tintes de comedia lanzado directamente a los intestinos del espectador. Shameless mostraba la cara más dura del sueño americano y del clasismo reinante en la sociedad americana.
Así conocíamos a Liam, Carl, Debbie, Ian, Lip, y Fiona, miembros de una familia de los suburbios de Chicago, los Gallagher, que abandonados por su madre y dejados a su suerte con un padre alcohólico y drogadicto que no aparece por casa, realizan toda clase de chanchullos para poder conseguir cosas tan básicas como pagar las facturas y comer.
Pero shameless no es un drama cualquiera y pese al planteamiento inicial del argumento, no encontrarás nada de lo que te esperas. Llevada a término por unos personajes carismáticos y ácidos, con unas interpretaciones ya no de Emmy si no de Óscar, Shameless se te incrusta en el cerebro desde el primer momento y pese a las situaciones tan duras que plantea, que en ocasiones hieren la sensibilidad del espectador, no puedes dejar de mirar la pantalla y ver qué será lo próximo con lo que tendrán que lidiar los Gallagher.
El show consigue algo asombroso y que probablemente sea el motivo de su adicción: que la idea inicial que tenías de los personajes al comienzo de la serie vaya mutando a lo largo de sus, hasta ahora, cuatro temporadas. Los personajes de Shameless son coherentes y primitivos a partes iguales. Shameless te puede llevar del asco y la lástima hacia un personaje a la más absoluta admiración en apenas unos minutos. Sus personajes son tan humanos que duele. Y no podemos dejar de nombrar a la guapisima oficial Emmy Rossum, motivo que por si sólo sería más que suficiente para ver casi cualquier cosa.
Por supuesto la razón de que te traigamos esta recomendación es que entre las muchas maravillas y sorpresas que podrás encontrarte en esta serie caótica y soberbia, está el trato abierto y desenfadado de sus personajes LGTB. Deciros que Shameless es una serie lésbica sería casi mentir, es eminentemente gay, pero tiene unos más que guiños croqueta divertidos y sorprendentes que te dejan pidiendo más, y le añaden puntos extra a este torbellino llamado shameless. Y digo más que guiños porque, para empezar y tratando de no desvelar nada, el inicio de toda la acción es un romance lésbico, y este será recurrente en toda la serie, aunque no será lo único croqueta que veamos.
En definitiva, una serie que te atrapa desde casi el primer instante, con unos personajes con los que empatizas a la fuerza, y que pese a los errores los sigues queriendo cada vez más. Errores humanos, errores que todos cometeríamos. Shameless es una gran serie, infravalorada desde mi punto de vista.
Gracias a Fuertecito por la recomendación.