Es inevitable, al hablar de una serie que se desarrolle en una prisión, hacer mención a Orange is the New Black. La serie de Netflix ha puesto de moda el género carcelario (con el permiso de Isabel Pantoja), en una especie de equilibrio entre drama y comedia, pero no es la primera ficción que se desarrolla entre cuatro muros de hormigón. Ni siquiera la segunda. Emma os habló en este artículo de algunas más. Y, ahora, tenemos otra más que añadir a la lista: Kittens in a cage.
Kittens in a cage es una serie inglesa emitida en TV4, y también por internet (esto nos interesa), que trata la historia de Junie Matilda Butter, una dulce chica a la que su abuela enseñó que hay que defenderse. Y precisamente por eso va a cumplir de diez a doce años en la cárcel. Ahí, intentará adaptarse como pueda, entre su compañera de celda pirómana, una asesina con preferencia por las hachas.
https://www.youtube.com/watch?v=80sJIclvIAU
Ambientada en 1950, la serie, como se puede apreciar en el trailer, es una comedia absoluta: por guión, por situación, y por cómo está rodada. Por una vez, parece que estamos libres de drama. Para las que anden buscando croqueteo, hemos de decir que Kittens in a cage lo tiene de sobra, con una tensión sexual perpetua entre Junie y su compañera de celda, y abundantes referencias lésbicas por parte de… bueno, todo el mundo. La serie nos muestra, à la OiTNB, flashbacks sobre las vidas anteriores de las reclusas, lo que satisface nuestro deseo cotilla.
Son solamente ocho episodios de unos 20, así que la serie es perfecta para verla seguida, como si fuese una película. Estamos seguras de que os va a encantar (y os va a quitar el mono hasta el 12 de junio, que sabemos que lo tenéis…), porque Kittens in a cage no es otra serie más, que pase sin pena ni gloria. Es un descubrimiento más que atractivo.