La vida de Leny estuvo siempre supeditada a la de su madre. Con solamente doce años, su padre falleció, y Leny se vio en la obligación moral de cuidar a su madre hasta el día de su muerte. Para entonces, Leny tenía 68 años, y decidió que era momento de ver mundo, ahora que era completamente libre. Así, viajó de su Holanda natal hasta Nueva Zelanda, para recorrer el país en bicicleta, y fue cuando su mundo se abrió definitivamente: En el país austral conoció al que sería su primer y único amor.
No había vuelta atrás para ella: Quería pasar todo el tiempo posible con su novia, pasando largas temporadas en Hawai, de donde ella era originaria. Pero cuando ella se negó en redondo a salir del armario con su familia, Leny tomó la determinación de dejar la relación. Literalmente, no tenía tiempo que perder. Además, cuando los médicos le encontraron un nódulo en la cabeza que es inoperable, ella lo vio todavía más claro. El momento es ahora, el momento de vivir mi vida como a mi me plazca, sin rendir cuentas a nadie, y siendo tan libre como no he podido serlo jamás. A sus 82 años, la holandesa es una mujer feliz.
Over the rainbow nos cuenta, en un documental que está girando por el circuito independiente de festivales LGBT, la historia de Leny, la mujer que nos ha demostrado que nunca es tarde para vivir tu vida del modo que merece ser vivida, y que nunca es tarde para encontrar al amor de tu vida. Toda una lección vital de la que tomar ejemplo.