Hannibal, la serie de NBC basada en los libros de Thomas Harris sobre el conocido psiquiatra Hannibal Lecter, el mismo que perturbaba a generaciones de aficionados al cine con su aparición en El silencio de los corderos, llega a su fin. Después de dos temporadas con una audiencia pobre, y una tercera en marcha con todavía menos espectadores, a la cadena se le ha acabado la paciencia, y no habrá una cuarta temporada. Adiós, Mads Mikkelsen, pero sobre todo adiós a la bellísima Gillian Anderson, y adiós a un personaje lésbico del que todavía tenemos que ver mucho desarrollo en esta temporada en curso, Margot Verger.
Margot Verger, quien vive a la sombra de su hermano Mason, va a tener, según lo que pudimos ver en el trailer de temporada, un interés romántico que no nos esperábamos. De todos modos, esperábamos mucho más de este personaje, dado el camino que Bryan Fuller, el creador de la serie, había tomado con ella, dándole un giro al personaje de los libros.
La marcha de Hannibal supone que dejaremos de ver a dos mujeres estupendas en la pequeña pantalla, una bisexual en su vida real, otra lesbiana en la serie, lo que siempre es una lástima. Aunque los rumores apuntan a que la cancelación se debe a la falta de audiencia, otras voces sugieren que el no tener los derechos del personaje de Clarice Sterling, el verdadero icono de la saga cinematográfica, es lo que ha hecho que la cadena pierda el interés. Aunque no todo está perdido porque, como ya sucediera con otras producciones como Community, o Arrested Development, las nuevas productoras como Amazon o Yahoo están al acecho, por lo que podría no estar todo perdido.
Personalmente, yo soy muy, muy fan del show. Me parece que no hay otro parecido ahora mismo en televisión, que ponga tantísimo cuidado en la estética, en las imágenes, en los tiempos, regodeándose en la belleza grotesca de la muerte. El primer episodio de esta tercera temporada debería estudiarse en las academias de arte, porque es un nivel de preciosismo que roza lo obsceno. De corazón espero que la renueven, porque es una serie imprescindible en la parrilla.
Vía: La Vanguardia