De repente, como una ola, Belén Cuesta llegó a nuestras vidas. En pocos meses se ha convertido en una imprescindible en casi cualquier producción español, ya sea cine o televisióna: la hemos visto en Vis a vis, en Aquí paz y después gloria, en Ocho apellidos catalanes, Tenemos que hablar, Kiki, El pregón, y en la serie de Antena 3 Buscando el norte. Además, muchas la conoceréis como la maravillosa Hermana Milagros del musical La Llamada, que ahora se está adaptando al cine. Belén no para de trabajar, y esperamos que seguir viéndola tan a menudo como hasta ahora. La sevillana ha concedido una entrevista a Shangay en la que habla sobre qué tal interpretando a lesbianas en la pantalla.
SHANGAY ⇒ En poco tiempo has interpretado a tres lesbianas, es algo llamativo, en La llamada, Buscando el norte y Kiki…
BELÉN CUESTA ⇒ Muy seguidas sí, pero muy diferentes entre ellas. Es un dato, sin más, porque he interpretado a muchas más heterosexuales en mi carrera [risas]. Confío en que mi trabajo ayude a ver que, más allá de la sexualidad de cada personaje, lo que importa es su carácter. Esa visibilidad es aún más importante para las mujeres, porque la homosexualidad femenina sigue estando algo estigmatizada.
Es la sensatez hecha actriz. Shangay también le pregunta por la normalidad en que se trata el salir del armario en La llamada:
Esa misma normalidad que se ve, en otros sentidos, en Kiki. Hay que escucharse a uno mismo, que no siempre lo hacemos, y hace falta.
Y tiene un momento para acordarse de sus fans y hablar sobre si se considera un icono lésbico:
La verdad es que no [risas]. Pero me hacen muchas gracia los comentarios que leo sobre el ‘drama bollo’ de mi personaje, por ejemplo, eso sí. Noto ante todo mucho cariño, pero sentirme icono bollo, como que no.
Vía: Shangay