La lista de estereotipos sobre la comunidad LGBT es, ya sabéis, más extensa que Los cuentos de las mil y una noches, pero uno de mis favoritos siempre ha sido aquel que dice que estamos todo el día viajando. Todo el día. Será por aquello de que no tenemos hijos. Aunque también he leído por ahí que nos encanta adoptar. No sé, me lían. Pero en fin, reconozcámoslo: si nos gusta ver bollo parejas por la calle de nuestro barrio, por el centro de la ciudad, por la periferia, por los pueblos, en definitiva everywhere, no iba a ser menos entonces cuando viajamos. Yo, gran aficionada a los tours en autobús descubierto que te enseñan lo mejorcito de cada ciudad, he llegado a anotar en mi moleskine hasta seis tipos de lesbianas viajeras.
1. Las croquetas jovenzuelas. Tenemos a las novatas, en el que es su primer viaje como novias. A ellas todo le parece bien, estar juntas ya es una maravilla. El brillo de sus caras te deslumbrará a kilómetros luz, y se llama felicidad. Obviamente empezaron a viajar después de ver Room in Rome y descubrir las bondades de las habitaciones de hotel. Si se ponen muy tontas, te pueden hacer vomitar por culpa de su pasteleo extremo. Ellas no van de la mano por la calle, van esposadas.
Pa- ta- ta
2. La parejita motivada: Sobra decir que el mejor compañero de viaje es la cámara de fotos, y de esto, estas dos entienden (juju, entienden). Las reconocerás por llevar su cámara Reflex colgada al cuello (opcional cinta del arcoíris), perfecta para dejar marcas del sol. En muchos casos, llevan sombrero tipo safari. Eso si, esta pareja da gusto encontrársela, siempre sonríe y todo les parece bien. Y si te descuidas, te sacan un primer plano.
Si las cámaras digitales no existieran, llevarían su mochila cargada con miles de carretes de repuesto. No hagas el esfuerzo de pedirles las fotos, no te le te las va a pasar aunque les des tu email, porque el tiempo que no están viajando se lo pasan revelando fotos. Otra cosa imposible de evitar es salir en una de sus fotos (mal, claro) es tan difícil como controlar a las croquetas en un concierto. Tus mejores imágenes serán mascando chicle, tocándote el pelo, con un brazo hacia arriba o haciendo alguna maniobra. Vaya, que tu pose más natural (o sea, la peor) está asegurada.
3. La pareja cultural: Si estamos de viaje, no podemos olvidarnos de conocer la ciudad, y en eso la pareja cultural es una experta. Con muchas probabilidades de que hayan estudiado Historia del Arte (sí, las dos), su equipaje está lleno de guías y mapas, sueñan con visitar todos monumentos y museos posibles, aun así tengan solo dos días. De su plan no las saques, tienen todo el horario lleno y para tener relaciones no hay tiempo. Acumulan mucho folleto pero aquí hemos venido a lo que hemos venido. Vamos, que amiga suya no te vas a hacer, excepto si tienes un doctorado en Historia del Arte y sepas más que ellas. Ojo con eso, que puedes provocar un cisma en la pareja.
4. La bollodrama: Has llegado hasta aquí, pero a tiempo estás de huir de ella. Esta te monta un drama hasta por darle un beso, e incluso por no dáarselo. No es que no te deja respirar, ¡no te deja vivir! Pero tú ahí estás “toma que toma que toma, dale que dale que dale, que tengo una novia que vale más que la fuente de Roma”. Te va a llamar la atención por todo, si te sales del grupo te regaña, si te quedas dentro también. En fin que hagas lo que hagas, nunca vas a contentarla, así que ya sabes, avisada estás. Lo mejor si tienes una novia así es quedarte en casa. Te va a hacer lo mismo y te ahorras la pasta del viaje.
5. Las eternas: Sin embargo, adorables son las que vienen a continuación. Tú y yo tenemos que creer, porque es lo que dicen, que son solo amigas. Mayores y puede que de pelo blanco. Han viajado toda la vida juntas y no se les conoce hombre. Saben más que hablan, por eso les gusta escuchar historias de otras ya sea de un guía que las de la tumbona de al lado. Son muy observadoras, encontrarlas en tu camino seguro lo enriquecerá. Presta atención a lo que escogen en el buffet libre, que ellas tienen más experiencia.
5. Las familiares: Estas últimas, no viajan sola ni con su mascota, viajan con sus hijos/as. Su plan ideal es el paquete vacacional familiar, quieren lo mejor para sus niños. El minibar del hotel está infravalorado. Pasaron de ser uno de los anteriores casos a ser tres o más, pero a ellas no les pesa, están encantadas de ser madres y nosotras de que lo seáis y vuestros hijos correteen alrededor de nuestra tumbona. Enhorabuena. Acércate a ellas si necesitas consejo: No hay nada que le guste m´ñas a una madre que hablar de… maternidad.
¿Y tú? ¿De quién eres?