Voy a empezar la sección de hoy con una disculpa.
Podría hablaros de lo estresante que es mi vida ahora mismo, podría explicaros que mi ordenador funciona como el orto y podría escribiros los versos más tristes esta noche. Y todo eso sería cierto, pero no explicaría del todo porque llevo meses sin actualizar la sección.
La cosa es que tengo dificultades para seguir encontrando secciones. No es que ya no odie nada. ESO JAMÁS. Sigo odiando como la que más y ADEMÁS ME ENCANTA. Odiar es el motor de mi vida. El odio me alimenta. Funciono a base de odio.
Riatha en un día bueno
Pero odio sin objetivo concreto, de una forma así como dispersa, sin focalizar. Eso es poco efectivo. Pero real.
Odio durante todo el día cosas como lesbiana. Ser lesbiana hoy en día es un coñazo constante. Explicaciones constantes, miradas de reojo, suposiciones, preguntas incómodas, situaciones absurdas, invasión de tu intimidad, lenguaje escogido, mirar alrededor… Me hace gracia cuando la gente dice que no entiende la necesidad del Orgullo, les invito a pasar una semana como lesbiana, qué coño una semana, un día.
Un infierno. O no. Qué sé yo.
No suelo posicionarme sobre estas cosas porque soy una persona que tiende al pasotismo como modo de vida, pero hoy voy a hablar sobre el Orgullo.
Orgullo y prejuicio y zombies. Tenía que ponerlo.
Empezaré diciendo que yo no suelo ir, así que a partir de aquí podéis considerar esto un ejercicio de hipocresía. Yo no voy porque no me gustan las fiestas, no me gustan las aglomeraciones de gente y últimamente parece que no hay acontecimiento en el que no tenga guardia.
En cualquier caso, que yo no vaya no quiere decir que no haya que ir. Es como cuando yo les digo a mis pacientes que tienen que dejar de fumar. Lo que hay que hacer está claro aunque no predique con el ejemplo, y parece evidente que aunque hayamos recorrido un largo camino todavía queda mucho por recorrer. A muchas no nos gusta la fiesta, muchas preferimos quedarnos en casa con nuestros gatos que ir a escuchar a Raffaella Carrá (qué dolor, qué dolor, piensa Raffaella), pero además de fiesta hay manifestación, y, por mucho que digan que ya lo tenemos hecho, a mí se me siguen ocurriendo motivos por los que manifestarme cada día. Cada día hay cosas que odio como lesbiana y que quizás no debería odiar.
Raffaella tenía una amiga con una mujer dentro del armario.
Aunque, voy a confesar que la razón principal y verdadera por la que esta sección no sale hace meses es que SOY UNA PUTA VAGA.
(Que eso es culpa mía, vale, lo reconozco, pero también es un poco culpa de Marca. Yo soy una persona en la que no se puede confiar, eso es así, Y ELLA CONFÍA. Así que en realidad es un poco culpa de ella, también…)
(Nota de Marca: Yo confío, pero he encargado un látigo en Ebay. Avisada quedas)