Sangaile es una joven de 17 años que anda algo perdida: dentro de un año acabará el instituto, pero su personalidad introvertida y los complejos unidos a la adolescencia tiñen de incertidumbre su futuro. Sangaile no sabe muy bien qué quiere hacer, o, mejor dicho, en el fondo lo tiene muy claro. Quiere ser aviadora acrobática, pero tiene un pequeño gran problema, porque tiene vértigo. Y es en ese extraño verano en el que vas pasando de puntillas de la adolescencia a la madurez cuando Sangaile conocerá a la dicharachera Auste en una feria de aviación, y dejará guiarse por la joven durante los templados y cortos meses estivales de Lituania hasta que, sutilmente, consiga superar sus miedos explorando el primer amor.
The Summer of Sangaile juega con los planos fijos y los paisajes, con escenas de aviones haciendo tirabuzones en el cielo despejado de los veranos lituanos, para adentrarnos en el complejo y desquiciante mundo de la adolescencia. La directora Alanté Kavaïté nos conduce en una obra tremendamente sensorial por ese limbo entre la pubertad y la edad adulta, usando como hilo conductor durante toda la cinta el vértigo de la protagonista como una metáfora del aturdimiento que siente cualquier joven cuando ve demasiado cercana la mayoría de edad y, aun con todo, no se ve lo suficientemente adulta como para que llegue esa fecha en el calendario.
La cinta lituana, que posiblemente sea nominada en la próxima edición de los Oscar de febrero de 2016 en la categoría de películas de habla no inglesa, cuenta con la interpretación de Julija Steponaitytė como Sangaile, con una actuación quizá un poco plana pero comprensible al tratarse de una actriz amateur. Como co-protagonista nos encontramos con Auste, encarnada por Aistė Diržiūtė, un personaje mucho más magnético que el de Sangaile, y quizá esa sea la fuerza de la película: se presentan a dos personajes diametralmente diferentes, con personalidades muy opuestas, pero que saben encontrar en la otra la balanza justa para ir madurando juntas durante ese verano.
En The Summer of Sangaile eché en falta un poco de profundidad a la hora de tratar esa relación lésbica entre las protagonistas, profundidad sobre cómo una pareja homosexual vive en Lituania, ese país difícil de situar entre la Europa del Norte o la Oriental. Quizá he hecho una lectura equivocada de la película: a fin de cuentas, el tema principal es la adolescencia y la superación de los miedos y complejos que van de la mano con esa etapa de la vida, y la relación entre las dos protagonistas no es más que la herramienta para llegar a esa madurez. Pero no puedo evitar que Lituania se me antoje un país exótico y desconocido, del que me hubiese gustado aprender más en la película. Investigando un poco, descubres que es uno de los países europeos en los que la homosexualidad es legal pero no tiene ningún tipo de unión legalizada entre personas del mismo sexo. Si la relación de Sangaile y Auste hubiese creado algún tipo de conflicto en la película, y no hubiese sido solo un amor de verano que conduce a la madurez, la cinta nos habría sumergido en una realidad mucho más compleja.
The Summer of Sangaile puede parecer demasiado inconexa a ratos, con una música demasiado estridente, pero cuando sabes que esa precisamente era la intención de la directora, contar con los planos, con las escenas de las acrobacias de los aviones, con la música, y no solo con las palabras, la aglomeración de sentimientos de la adolescencia, la película cobra un nuevo sentido mucho más potente. Se adereza la incertidumbre con un amor de verano cristalino e inesperado entre dos chicas que tienen mucho que aprender y sentir en muy poco tiempo.