A la fiebre de los remakes hay que sumar la euforia que produce adaptar completamente todo a formato musical. Que, oye, nosotras encantadas porque somos muy fans. La siguiente película mítica que planea viajar hasta Broadway es But I’m a cheerleader, cinta de 1999 protagonizada por Natasha Lyonne. La actriz interpreta a una cheerleader que vive feliz y contenta hasta que todo el mundo decide que es lesbiana, y sus padres la mandan a un campamento para que abandone tan sucias ideas. Resulta ser muy mala idea, porque es ahí donde encuentra el amor verdadero en Clea DuVall. Junto a ella encontramos nombres más que conocidos como RuPaul, Michelle Williams, o Melanie Lynskey.
Ahora, Jamie Babbit, la directora de la cinta, y también de otras producciones como Itty Bitty Titty Comitee ha expresado su deseo de convertir el guión en libreto y las frases en estrofas musicales.
Me encantaría hacer un musical. A lo mejor pronto. Se hizo una versión musical de But I’m a cheerleader en Londres con el director de Kinky Boots. Si encuentran inversores sé que querrán hacerlo en Broadway.