La Alianza Gay y Lésbica contra la difamación o GLAAD, es una organización sin ánimo de lucro dedicada al activismo LGBT que se autodefine como “dedicada a promover imágenes veraces y objetivas de la comunidad LGBT en los medios de comunicación para eliminar la homofobia y la discriminación basada en la identidad de género y orientación sexual”. Anualmente elabora un informa, titulado Where we are on tv, en el que muestra una serie de estadísticas interesantísimas sobre la representación de personajes LGBT. El resumen del último lanzado es que guay porque hay más personajes LGBT que el año pasado, pero que a las lesbianas nos ha ido fatal en televisión en los últimos doce meses.
En el informe correspondiente al ejercicio pasado, las lesbianas conformaban el 33% de los personajes LGBT en las series en emisión. Este año, con 12 personajes principales, no sólo han descendido hasta un 17% (para las de letras: la mitad), sino que, además, 25 personajes femeninos queer, principales o recurrentes, han muerto en pantalla.
Los personajes bisexuales femeninos han aumentado hasta llegar a los 16. Pero no todo son buenas noticias: pese a que ahora hay más mujeres bisexuales en pantalla, se siguen representando “como villanas o personajes secundarios utilizados como carne de cañón para propulsar una historia de un personaje principal”.
En cuanto a las personas trans, este ha sido el mejor año en cuanto a representación en pantalla. De los 278 personajes LGBTQ, 16 son trans, lo que supone un incremento sustancial con respecto a los 7 del pasado año. De estos, 12 son mujeres (dos de ellas, lesbianas) y 4 hombres.
La presidenta de GLAAD, Sarah Kate Ellis, dedica unas líneas en el informe a hablar de la ola de muertes de mujeres LGBT en la ficción.
Cuando hay tan pocas mujeres lesbianas y bisexuales en la tv, la decisión de matar a estos personajes envía un mensaje tóxico acerca dle valor de las historias de mujeres queer. De hecho, los personajes LGBTQ deben ser tratados igual que los heteros y cis según las reglas de sus series. Esto significa tener las misma oportunidades de romance, motivaciones, desarrollo del trasfondo, y las mismas probabilidades de morir. Cuando el final más repetido para una mujer queer es una muerte violenta, los productores deben hacerlo mejor a la hora de preguntarse la razón del fallecimiento de un personaje y lo que están comunicando de verdad a la audiencia.
Si queréis consultar más datos, en este link se puede leer el informe completo.