La magia de Tillie Walden es que consigue hacer fácil lo difícil. Hace que dibujar y escribir un cómic emotivo, intimista y con personalidad con el que resulte muy fácil conectar parezca coser y cantar, aunque en realidad no lo sea.
Y es que Piruetas confirma lo que venía sospechando desde que descubría a esta mujer con esa pequeña joya llamada I love this part, que es una Artista con mayúsculas. Alguien que ya ha encontrado su estilo, su voz y, lo que es más importante, sabe cómo usarlo y cómo transmitir a través de ellos.
En Piruetas, es la propia Tillie la que mete dentro de sus viñetas, se abre a nosotros y hace una radiografía de sus difíciles años adolescentes, cuando el patinaje sobre hielo era el epicentro de su vida, y el bullying, la soledad y el armario, lo que la alejaba de la felicidad.
Como ya dije hace un tiempo, con Walden menos es más. Los diálogos son cortos y sus dibujos sencillos, pero no por ello menos expresivos. Cada viñeta se centra sólo en lo importante. No hay nada que sobre, pero tampoco que falte, ni florituras ni adornos innecesarios que puedan distraernos de lo que ella nos quiere contar. Y es que pocos son los que consiguen expresar tanto con tan poco.
En resumen, un cómic coming of age autobiográfico, melancólico y muy personal, que no deberíais perderos bajo ningún concepto porque es de los buenos buenos. Palabrita.