Después de que Billie Jean is not my lover King se convirtiera en la figura del mundo del tenis más deseada por los estudios de cine, con hasta tres proyectos estrenados o en marcha, parece que ahora le toca el turno a otro de los nombres más conocidos de la tierra batida. O de la hierba. O de la pista sintética. Hablo de Martina Navratilova, quien por fin tendrá un documental sobre su vida, y que además estará producido por Reese Whiterspoon.
La rubia muy legal ya produjo una de las series de más éxito de la temporada pasada, Big Little Lies, así que ojo (de halcón) tiene. El director será Glenn Greenwald, periodista conocido por su trabajo en el caso Snowden, y que desde pequeño tiene una gran fascinación por la estrella del deporte, de quien destaca su “desafío radical, su vulnerabilidad y su increíble fuerza”. Greenwald destaca que Navratilova nunca se nombró a si misma como bisexual, pese a que según él era como se denominaban las personas homosexuales famosas de la época, aunque como cuenta The New Yorker sí lo hizo, especialmente en su autobiografía de 1985, pero bueno.
Tan monumentales como eran los logros de Martina en la cancha, palidecen en comparación con su papel como pionera, y pionera en cuestiones de feminismo, deporte femenino, igualdad para gays y lesbianas en todo el planeta, visibilidad transgénero, derechos de los inmigrantes y el derecho de los políticos disidencia. Estoy emocionado de asociarme con Reese y Hello Sunshine para explorar su legado verdaderamente perdurable en el tiempo, su notable coraje inspirando directa o indirectamente a millones de personas que carecían de otros modelos a seguir.
La tenista, casada con la periodista Julia Lemigova, se ha convertido en los últimos tiempos en una de las voces más fuertes del activismo LGBT, y por los derechos humanos. Un mito, a varios niveles.
Vía: New Yorker
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