Desde hace unos días, OT está siendo objeto de debate público. Entre la ya de sobra conocida polémica de la “mariconez” y el dúo inminente entre Alba y Natalia, está claro que la gala de mañana va a estar cargada de emociones fuertes.
Mientras tanto, ajenos a todo este huracán (*no pun intended*), ayer por la tarde los chicos y chicas trabajaban con Itziar Castro la interpretación de “I am what I am”, tema grupal de la semana y cuya letra tiene un potente mensaje de empoderamiento, autoestima y respeto a la diferencia.
Para profundizar en ese contenido emocional, la actriz pidió levantar la mano a aquellas personas que hubieran sufrido insultos por ser diferentes. Y esto fue lo que ocurrió:
Itziar: A ti nunca te han insultado, Carlos?
Carlos: Yo no me meto con nadie, no me tiene que insultar nadie.
Itziar: Yo tampoco me meto con nadie pero me llaman gorda y me insultan por ser feminista, lesbiana, por ser diferente, así es la vida.Joder, Itziar. ???? #OTDirecto15OCT pic.twitter.com/iPxJZnxxjs
— let's go lesbians let's go ↺ (@LaurenIsTooGay) October 15, 2018
Con esta naturalidad, Itziar concienciaba a los chicos y chicas (y de paso, a media España) de algo muy importante: cuando nos salimos de la norma, los insultos que recibimos no son culpa de nuestra actitud, sino del mero hecho de existir. Y esto se agrava cuantos más aspectos de nuestra identidad desafíen a esa norma; ser mujer, ser gorda, ser feminista, ser lesbiana, ser diferente es despreciable, es motivo de agresión y, por tanto, peligroso. Ser “lo otro” en un mundo patriarcal no es ningún privilegio. E Itziar lo sabe.
Itziar sabe que, al verbalizar esto, no se está limitando a contar un problema individual, sino colectivo. Sabe que sus experiencias personales son también políticas, y que miles de personas con las mismas experiencias la verán y, tal vez, tomarán asimismo conciencia colectiva de problemas que hasta entonces creían individuales. Y esto es MUY importante.
Por eso, desde aquí hoy queremos darle las gracias a Itziar Castro. Gracias por concienciar de una forma tan sencilla. Gracias por desmontar privilegios en menos de cuarenta segundos. Y, sobre todo, GRACIAS por no callarte. Por favor, no te calles jamás. Porque tu voz y tu mensaje son tan necesarios como tú.