Por fin ya estamos en junio. Las vacaciones, el Orgullo, el veranito, todo está a la vuelta de la esquina. Con el calor que nos espera apetece más que nunca irnos a la playa a darnos un buen chapuzón y hacer la fotosíntesis bajo el sol mientras nos relajamos. Y si hay un libro recién llegado a las baldas de vuestra librería más cercana que evoca precisamente esa sensación de paz es Bahía Acuicornio.
Katie O’Neill regresa a nuestro país meses después de que la conociéramos con La sociedad de los dragones del téy a la espera de que Princess princess llegue también por estos lares. Esta vez lo hace con la misma fórmula que tan buenas críticas le ha hecho ganar, ilustraciones cuquísimas, personajes que te ponen blandito el corazón, historias entrañables y representación LGBT.
Pero no os dejéis engañar por un estilo que destila adorabilidad por todos sus costados porque no estamos sólo ante un envoltorio bonito. O’Neill quiere concienciarnos de lo importante que es no quedarse de brazos cruzados ante un cambio climático que muchos todavía se atreven a negar.
En Bahía Acuicornio, nos encontramos con la historia de Lana, una renacuaja que regresa junto a su padre al pueblecito costero en el que vive su tía, destrozado tras un horroroso temporal. Lana, todavía afectada por la muerte de su madre, pronto descubre unas mágicas criaturas llamadas Acuicornios que viven en el mar. Junto a ellas, y mientras ayuda con la reconstrucción del pueblo, encontrará un lugar en el que poder aprender a ser feliz.
Un cómic ideal y perfecto para cualquier edad, para los peques y no tan peques, en el que todas y cada una de las ilustraciones son para enmarcar y colgar en el salón.