¡Hola, croquetillas! Hoy quiero hablaros de dos series semejantes que creo que merecen mención especial. No son shoujo ai en sí, pero tienen personajes curiosos que hay que destacar.
A mí me encanta el género este de chicas brutas pero tiernas haciendo lo que se les pone entre ceja y ceja, sin pensar mucho las consecuencias. Es lo que denomino hijoputismo adorable. Porque son cabronas, pero cuquis. Ya he comentado otras series de este tipo, Gokujou Seitokai, Non Non Biyori, Ichigo Mashimaro… Me gusta porque no se frenan por nada, no hay trabas que las molesten, para mí es una forma de demostrar ese feminismo de hacer lo que te da la gana sin importar el qué dirán o normativa social de toda la vida.
Pero hoy quiero hablar de dos series que no precisamente adorables. Tienen esa brutalidad y ese “hago lo que me da la real gana”, pero no, no son monas. Tienen más mala leche y hay una diferencia bastante apreciable con las otras series. Como dije, no son shoujo ai, ¿por qué comentarlas? Pues por la fortaleza e independencia de las chicas, la libertad que muestran, que no deben nada a nadie y les suda lo que piensen de ellas. Para mí eso es importante, libertad de hacer lo que te salga de ahí mismo. Seas como seas, que nadie te diga lo que no puedes hacer. O que te lo digan y te dé lo mismo, me es indiferente.
Al comienzo de la serie, sin ver nada, parece que sí son muy adorables y tiernas y cuquis. Pero que no os engañe la primera impresión. Aunque mola mucho desencantarse de esa primera impresión.
La secundaria más recurrente es Manana, amiga de toda la vida de Chio. Aunque solo tienen una relación de amistad y que se putean mutuamente, hubo un diálogo que para mí fue bastante curioso, en el que se insinuaba que Manana podía sentir algo por Chio, dejando a Manana como personaje bi. Chio se quejará en algún momento de que nadie se fija en ella, y Manana añade que no es verdad. Lo cierto es que las dos harían buena pareja, aparte de que nadie más va a aguantarlas con sus gilipolleces varias. Manana es la única que puede llevar el ritmo de Chio.