¡Hola, croquetillas! Hoy no voy a hablar de alguna serie con croquetas, quiero intentar que veáis de otra forma una serie de la infancia de muchas, aunque las más jóvenes ni la conoceréis. Fue un anime que ha quedado olvidado en el tiempo, me temo, y me parece injusto. Tenía muchos valores positivos y hoy quiero reivindicarla.
Se trata de “Hana no Ko Runrun”, traducción literal “Runrun la niña de las flores”. O Lunlun, según cómo lo pronuncies. En España se llamó “El misterio de la flor mágica” [también “la flor de los siete colores”] y en Latinoamérica “Ángel, la niña de las flores”. En España a la chica la llamaron Lilí porque lo de Lunlun les sonaría raro, supongo. Aunque es el cambio de nombre menos hiriente de los que hemos tenido. ¿Verdad, Juana Hazuki? [que mira, de esta también puedo hablar en otra ocasión que da pie a reflexiones varias].
La trama al comienzo es un poco en plan “mejor no vamos a analizar lo que estamos viendo, llama a los servicios sociales ya mismo”. Y no exagero. En el primer capítulo tenemos varios frentes con los que se inicia la trama. Por un lado, Cateau, una gata blanca, y Nouveau, un perro marrón, llegan a un pueblo buscando a la chica de las flores, una niña elegida que podrá encontrar una flor mágica que necesita su pueblo de hadas. Por supuesto, se cruzarán con Lunlun, que es la niña elegida. Digo niña y no chica porque Lunlun cumple ese día 12 años. 12, que está en secundaria. De verdad, los servicios sociales tienen aquí para un rato. Cateau y Nouveau explican a Lunlun y a sus abuelos que necesitan esa flor para salvar a su mundo, para que pueda ascender al trono el heredero. Que también qué descuidados que no controlan sus flores siendo espíritus de las flores. Es decir, necesitan la flor mágica, de siete colores, para acceder al trono. Los abuelos cuentan que hay leyendas que dicen que antes los espíritus de las flores y los humanos convivían, de forma que aún queda gente mestiza, fruto de ambas razas.
Con toda la historia de la flor, la niña se va con la gata y el perro a buscar la flor, por esos mundos. Sola. Con 12 años. Su misión es encontrar la flor dichosa. Pero no solo se van los tres de viaje. También hay un joven, Serge, que ayudará a Lunlun en cada capítulo. Y están Togenishia y Yabooki que son los malos que Togenishia, la mala malísima, quiere la flor para ser ella la reina. Comentario mío, mira que en España cambiaron los nombres de todos los animes. Hubo muchos Sergios por ahí sueltos. Y este que sí se llamaba Serge, le ponen de nombre Félix. De verdad, para matarlos.
Bien, ¿por qué digo que es feminista? Aunque a Lunlun le ayudan, es ella la que va aprendiendo y actuando. En cada capítulo, según viajan buscando la flor, tendrá que resolver una situación dada en el pueblo de turno. Será ella la que vaya interactuando con la gente y resolviendo los problemas que surjan. Igualmente, dentro de los malos es Togenishia la que manda. Yabooki es un bufón tonto que no piensa, solo obedece. Aparte, como en todas las series de magical girls, las chicas mandan. Sí, porque esto es una serie de magical girls aunque algo atípica. Lunlun recibirá un broche que le permite disfrazarse/convertirse en diferentes cosas obteniendo el poder de las flores.
Aparte, era una serie educativa en el sentido de que en cada capítulo te hablaban de una flor y su significado en el lenguaje de las flores, qué representaba cada planta. Sinceramente creo que este anime hizo más por la botánica que Íñigo Segurola, y mira que Íñigo se lo curra.
Sinceramente, creo que este anime ha caído en el olvido de forma injusta. Que, aunque tuviera sus momentos tontos y algunas cosas que eran de traca, en el fondo no estaba nada mal y tenía cosas muy positivas.
Nos leemos la próxima semana con otro artículo.
¡Gokigenyou!