Élodie es una adolescente de los noventa como hemos visto muchas en ficción: introspectiva, sarcástica, inseparable compañera de un walkman, un diario, unos vaqueros rotos y una actitud hastiada de la vida. Cree odiar muchas cosas, entre ellas la naturaleza, el campamento en el que tiene que trabajar de monitora el verano o a su compañera, Catherine, la perfecta girl scout. Pero pronto, debe ir enfrentándose a cada una de estas cosas para descubrir que, bueno, a lo mejor no están tan mal. Especialmente Catherine. Todo ello mientras el misterio sobrenatural que rodea al campamento crece a su alrededor…
El espíritu del bosque es un cómic ambientado en 1994, lo que a las millenials más talluditas nos puede tocar la fibra nostálgica gracias especialmente a sus múltiples referencias musicales. Por una vez la obra no transcurre en EE.UU. sino en la Canadá francófona y la verdad, es un pequeño cambio de situación que se nota y la acerca algo más a la experiencia europea de esa época que las ficciones estadounidenses. Detalles que le dan más chispa a una historia tan universal como el paso a la edad adulta, el último verano de la adolescencia.
Aunque el halo de misterio y fantasía que envuelve la trama principal del cómic es interesante, y actúa como pique inicial para comenzar la lectura, donde El espíritu del bosque destaca muy por encima de la media es a la hora de desarrollar la comedia y el romance. Algo que logra con gran honestidad y naturalidad, apoyándose en los detalles, las edades y las personalidades opuestas (y a veces extravagantes) de sus personajes. Mucha atención a la niña precoz del terror pelirrojo, fuente inagotable de carcajadas.
El romance entre Élodie y Catherine es algo que se cuece a fuego lento por debajo de las bromas y los sucesos extraños, pero presente desde el principio, y llevado con muy buen pulso narrativo por Lenoir. La química fluye entre los personajes desde las primeras viñetas en las que interactúan y su culminación es totalmente satisfactoria. Por quejarme de algo diría que la trama fantástica cierra con prisas, pero no es realmente el motor central del cómic.
Descubrir a la autora, Axelle Lenoir, ha sido una de las sorpresas comiqueras más agradables de este año. Estoy deseando que lleguen más cosas suyas a España porque su dibujo, su manera de contar las historias y su sentido del humor son una delicia. Y mirad qué pintaza tiene What if we were…
En conclusión, una obra súper recomendable para todas las edades que podéis pillar en la web de la editorial y, de paso, solucionar un regalo, o auto regalo, estas fiestas.
Gracias como siempre a La Cúpula por la copia proporcionada para realizar esta reseña.