En ocasiones hay quien quiere ser madre, formar una familia, pero por diversos motivos el momento no es el indicado. Por ejemplo, mujeres que han de someterse a tratamientos contra el cáncer, que tienen endometriosis, o con condiciones genéticas que afectan a su fertilidad futura. La ciencia nos permite pulsar el botón de pause y dejar estos planes para más adelante. Esto es, la preservación de la fertilidad.
Esta conservación es posible gracias a la técnica de la vitrificación, una forma específica de congelación de los óvulos en la que se conservan a -196ºC, manteniendo intactas sus características del momento en el que se criopreservaron. IVI ha realizado un estudio con una gran cantidad de muestras, y los resultados son claros: Vitrificar antes de los 35 aumenta un 40% la tasa de éxito respecto a hacerlo más tarde.
Un aspecto muy relevante es que la criopreservación no afecta a la tasa de éxito de los tratamientos de reproducción asistida, y los resultados son similares a los obtenidos con óvulos extraídos en ese mismo momento. La preservación de óvulos te permite conservar tus óvulos hoy para cuando decidas ser madre mañana.
¿Y cómo se hace este proceso?
Según nos cuentan desde IVI, tras una primera consulta en la que se informa detalladamente de todo el proceso, se encarga una analítica en la que queda asegurado que todo va bien. Comienza entonces un tratamiento de estimulación ovárica, y cuando el número de óvulos y su tamaño sean los adecuados, se programa una punción para extraerlos, procedimiento que se realiza con anestesia y que permite continuar con el ritmo de vida normal en el mismo día.
Los óvulos extraídos se almacenan, como hemos comentado, en tanques a -196ºC, y ahí quedan hasta la decisión de comenzar con el proceso de fecundación.
Este método es la revolución del siglo XXI, te permitirá planificar tu futuro y no detener tus planes actuales. Para más información, clica aquí.