
En un mundo perfecto, todas creceríamos viendo pelis donde la chica se enamora de otra chica, las madres te preguntan si tu crush del instituto ya te ha escrito, y los libros de texto hablan de la historia LGTB+ como algo que existe (¡sorpresa!). Pero como el mundo no es perfecto, hubo una época —no tan lejana, de verdad— en la que ser lesbiana o bisexual en España era como jugar una partida sin mapa, sin brújula y con el GPS gritando “recalculando ruta” cada dos minutos.
Y en esa oscuridad, apareció Más que amigas de Jennifer Quiles. Publicado en 2002, cuando internet iba a pedales y todavía nos bajábamos los discos del emule y el kazaa, este libro fue una absoluta revolución. Imagínate esto: una mujer bisexual, visible, sin miedo, escribiendo un manual de autoayuda para mujeres que aman a otras mujeres. ¡En pleno principio de siglo! Eso es heroísmo sáfico del bueno, querida.
Jennifer Quiles no solo escribió un libro. Escribió el libro. El que muchas habríamos querido encontrar a los 15, el que nos habría ahorrado muchas lágrimas, armarios y líos innecesarios. Más que amigas fue el primero en poner negro sobre blanco todas esas preguntas que te carcomen cuando descubres que tu brújula amorosa no apunta hacia el mismo norte que el de tus amigas hetero. Y lo hizo sin dramas, sin juzgar, sin cargar con culpa. Lo hizo con amor. Con humor. Y con una claridad que ya querrían otros manuales especializados.
¿De qué va? Pues de lo que necesitábamos oír entonces y seguimos necesitando ahora: cómo aceptar tu identidad, cómo salir del armario (y no perder la cabeza en el proceso), cómo sobrevivir a tus primeras relaciones sin lanzarte a los brazos de la ex de tu ex, cómo lidiar con el “pero si nunca has estado con un hombre, ¿cómo lo sabes?” y otras frases para imprimir y quemar. Habla de cómo encontrar referentes, cómo crear tu comunidad, cómo enfrentarte al rechazo (que a veces viene desde muy cerca) y cómo quererte un poquito más cada día.
Y lo mejor es que no ha envejecido mal, pero nada mal. A pesar de que algunas cosas han cambiado, gracias al activismo, al feminismo, a las redes y a las lesbianas que nunca se callaron, Más que amigas sigue siendo súper necesario. Porque la lesbofobia sigue ahí, en forma de comentario disfrazado de broma. Porque aún hay adolescentes encerradas en su cuarto llorando sin saber qué les pasa. Porque aún hay mujeres adultas que descubren que, sí, están enamoradas de su mejor amiga y no saben qué hacer con eso.
Jennifer Quiles, con su pluma afilada pero amorosa, nos tendió una mano y nos dijo: “tranquila, no estás sola”. Y ese gesto, ese libro, vale oro. Porque lo que no se nombra, no existe. Y Más que amigas nos nombró a todas. Nos dio espacio. Nos dio voz. Nos abrazó cuando más lo necesitábamos.
Así que si estás leyendo esto y aún no te has lanzado a por él, hazte un favor: búscalo. Léelo. Regálaselo a tu yo del pasado. A tu amiga que no se atreve a decirlo en voz alta. A tu madre que quiere entenderte. A ti misma, si aún hay rincones por explorar. Porque hay libros que son como una linterna en mitad de la noche. Y Más que amigas sigue brillando.