GLAAD (La Alianza Gay y Lésbica contra la difamación), una asociación estadounidense que lucha por la igualdad de derechos de las personas LGBT ha revelado estos días los resultados de un estudio sobre la inclusión de personajes homosexuales, bisexuales y transexuales en las películas de Hollywood estrenadas este último año. Y los resultados no han podido ser más nefastos. Sólamente 17 de las películas que cieron la luz en 2013 incluían algún personaje de este tipo. Pero lo que es aún peor: No hay ni un sólo personaje memorable.
Para realizar este estudio, GLAAD utilizó una variante del famosísimo Test de Bedchel, cuyas premisas eran que la película debía contener un personaje que se identificara como LGBT, que no debía estar definido solamente como tal, y que debía tener algún punto relevante en la trama. Que no estuviera ahí haciendo de paragüero, vaya. De las 17 películas que pasaron la criba, sólamente cinco incluían personajes lésbicos, lo que nos deprime todavía más.
Los títulos son: La gran boda, Peeples, Una cuestión de tiempo (en la que el personaje lésbico casi no tiene trascendencia), No se aceptan devoluciones y Riddick. GLAAD descartó otros títulos por no ajustarse al test, como El consejero, porque el personaje de Cameron Diaz juega con la bisexualidad, pero sólo como forma de provocar al espectador, no como una posibilidad real. GLAAD hace recomendaciones para subsanar este roto, como que las películas de superheroes son las más carentes de personajes LGBT, o que, ya que están, incluyan más diversidad étnica y racial. ¿Le harán caso?
A mi me parece tristísimo que estemos todavía así. Aunque realmente nos queda todavía la televisión, en donde podemos encontrar representaciones, más fieles o menos, más ajustadas o menos, más atractivas o menos, de personajes LGBT, pero desde luego con más variedad y más respeto. Estamos viviendo una tercera edad de oro de la televisión, y somos muy afortunadas por ello, aprovechémoslo entonces.
Vía: Vanity Fair