
A veces, solo a veces, las esperas, los neriovs y las curvas merecen la pena, y hoy el fandom ha vivido una tarde DE INFARTO con el episodio adelantado de Sueños de Libertad. ¿Sabíamos que los guionistas nos podían dar tantas cosas? Lo sabíamos. Pero no queríamos creerlo. ¡Pero nos lo han dado! Is this real life?
Para las que no sepáis de lo que estoy hablando, os diré que, tras una trama larguísima, tremendamente larga, que comenzó con el cabrón de Santiago denunciando a Fina, Marta y su nuevo socio Pelayo, que también es homosexual, llegaron a un acuerdo para contraer matrimonio, un enlace que les permitiría seguir con sus vidas pero con la fachada de seguridad que los tiempos que viven necesitaba. Al principio Marta tenía sus dudas, pero Fina terminó por convencerla de que era lo mejor para las dos. De esto, queridas amigas, podemos hablar largo y tendido, porque tiene más grietas que la mansión de Casper, pero ha terminado dándonos un capítulo, un CAPITULAZO, de esos que vamos a volver a ver varios millones de veces.
Nos ha dado, por orden:
Fina apareciendo en la casa grande para (volver a) declararse el amor que se tienen y regalarle a su mujer un ramo hecho con las flores que plantó su padre. Aquí casi me dan diecisiete infartos, pero he sido capaz de continuar el capítulo.
Ensoñación / fancam con los mejores momentos de las dos pasando por la mente de Marta mientras escuchábamos al mismísimo Arzobispo de Toledo recitar pasajes de la Biblia. Marta es tan fan suya como nosotras.
Marta mandando a su suegra a tomar por saco de una manera tremendamente elegante. Con esto vamos a tener movidas pero, de momento, disfrutemos.
Una boda simbólica en el sitio menos discreto de España y debajo justo de una farola, pero TAN BONITA, tan romántica, tan lo que necesitábamos.
‘Ahora yo quiero una gran noche de bodas con la persona que ocupa mi corazón, la persona que lo ocupará siempre. Serafina Valero, ¿quieres pasar la noche de bodas con Marta de la Reina, en la casita de los montes?’
La escena del coche que, según la TREMENDA SINVERGÜENZA de Marta Belmonte ‘nos iba a encantar’. MARTA, POR FAVOR.
Y lo que vendrá. ¿Ha merecido la pena tanto sufrir? Yo creo que sí. Sueños de Libertad tiene, como muchas otras cosas, muchos defectos, pero si algo tiene es la capacidad de subirnos al cielo, de hacernos disfrutar de manera colectiva, y de representarnos con más aciertos que errores. Ha pasado más de un año desde que Marta y Fina entraron en nuestra vida y, amigas, por muchos años más.