Una de las películas lésbicas que esperábamos ver estrenadas este 2017 es Signature move, la nueva incursión india en el cine LGBT. Basada en la vida personal de la directora, la película trata sobre una joven paquistaní y musulmana que ayuda a su madre a pasar el duelo por la muerte de su padre, pero, mientras, tendrá una relación con una luchadora mexicana. Con motivo de su paso por el Festival de Calgary, la organización ha lanzado un trailer para la cinta, algo que todavía no habíamos tenido la oportunidad de ver, y oye, que mola.
Y, y, y, todavía hay más: aquí te traemos una escena de la película.
Jennifer Reeder vuelve a traer a la pantalla a Shabana Azmi, protagonista de la mítica Fire, de la directora india Deepah Mehta, en esta ocasión para interpretar a la madre de una hija lesbiana, a quien da vida Fawzia Mirza. La cinta promete humor y croqueteo, con un trasfondo amable y ligero, algo que no es nada, pero nada, frecuente en las cintas lésbicas. Signature move seguirá su ronda de Festivales, que está siendo muy exitosa en cuestión de premios, y esperamos poder verla en algún momento en España.
El domingo fue una gran noche para Kate McKinnon. La actriz y comediante se llevó a casa el Emmy a Outstanding Supporting Actress in a Comedy Series, es decir, Mejor actriz secundaria de comedia, por su trabajo en Saturday Night live, haciendonos a todos los LGBT (y gente de bien) un poquito más felices por la increíble representación que tuvimos en la gala. Pero, además, fue la primera vez que Kate se dejaba ver en público con su novia Jackie Abott.
Jackie, que también es actriz, no posó con Kate en la alfombra roja, pero sí compartieron butacas contiguas. Gracias a la inconmensurable Michelle Visage tenemos un testimonio gráfico de la pareja en esta noche.
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Abbott, que estudió en la New York University’s Tisch School of the Arts, además de ser actriz es payaso, según se extrae de su página web. Ha aprticipado en pequeñas producciones como Miss Sugar Tit y Murder, My Tweet, y también ha sido asistente de Susan Sarandon. Según nuestra pequeña investigación, las dos se conocen al menos desde junio de 2016, como muestra esta imagen.
La discreción hecha Kate McKinnon: nunca ha hablado de ella, y Jackie no tiene redes sociales, así que estas imágenes son como una estrella fugaz. Si parpadeas, te las pierdes.
Tenemos nueva fecha que marcar en nuestro calendario. El 16 de marzo del año que viene tendremos que ponernos guapas porque tendremos una cita con Alicia Vikander y su Lara Croft.
A pesar de que detrás del cartel de la película había buenas intenciones, se les ha ido la mano con el photoshop y les ha salido un poco regular, me alegra saber que con el tráiler lo han hecho muchísimo mejor. Acción, aventura y muchas dosis de adrenalina en el primer vistazo que le echamos a la nueva Tomb Rider, adaptación del famoso videojuego. La acción tendrá lugar en una isla japonesa a la que Lara viajará para descubrir qué es lo que le pasó en realidad a su padre fallecido.
Desde que Ellen Page y Kate Mara protagonizaran aquel sketch de Funny or die que nos mostraba un True detective soñado, e infinitamente mejor que la segunda temporada de la serie, las dos andaban buscando un proyecto conjunto. Son amigas, muy amigas en la vida real, y después de este par de años buscando un guión que mereciera la pena, las dos se han embarcado en My days of Mercy, un dramón con tintes oscuros que se estrenó en el Festival de Toronto y del que por fin podemos ver algo.
Page es la hija de un hombre en el corredor de la muerte que se enamora de Mara, cuyo padre fue asesinado y que aboga ferozmente por este castigo. Según leemos en Deadline, “la película es un drama humano compasivo y matizado, con personajes que resultan ser dos chicas, el tipo de historia que se necesita en tiempos de extrema división política”. Dentro la escena.
Si en algo hacen hincapié las críticas de aquellos que lo han visto ya es en la química que destilan las dos protagonistas. Las dos se conocen en una concentración a la salida de la cárcel donde está el padre de Page, y a partir de entonces surge su historia como trasfondo al debate sobre la pena de muerte. Page está muy orgullosa de su trabajo.
Tenemos, como la mayoría de las películas, estas narraciones que se parecen entre sí. En la mayoría de las películas es una narración con una historia de amor, y aquí es una historia lgbt. Es esa mezcla de estar orgullosa de tener personajes queer, de estar orgullosa de contar historias queer, pero no querer que la película se defina de esa manera, y tener esta clase de idea estrecha de ella, cuando creo que es muy similar a la narrativa tradicional estadounidense, en términos de un personaje que se enfrenta a obstáculos muy severos como la represión, profundo dolor, y luego tener amor en su mundo, expandiéndola
Las dos actrices comparten varias escenas de sexo en el film, y estas han sido definidas como “auténticas y apasionadas”. Vaya temporada llevamos de historias croquetas en el cine: todo son alegrías. La película, al igual que Disobedience, todavía no tiene un distribuidor, así que la fecha de estreno está en el aire. Os iremos contando qué tal.
El pasado lunes volvió a nuestras pantallas y monitores la segunda parte de la tercera temporada de El misterio del tiempo, serie de TVE que se ha convertido en una de las mejores de nuestra ficción nacional. Haciendo un esfuerzo verdaderamente remarcable por difundir de manera entretenida la historia de nuestro país, la serie es una sensación que arrastra a miles de seguidores y fans, y pone en prime time (un discutible prime time que comienza a las once de la noche) cuestiones que el gran público agradece ver de manera tan clara. “La historia son también los que yacen en las cunetas”, decía el personaje de Luisa Gava en el episodio del lunes, algo que no pasó desapercibido para nadie. Pero también trató de manera menos velada una cuestión que tendemos a olvidar, porque la memoria es frágil: la situación de las mujeres lesbianas en la España del franquismo.
Irene Larra volvía a 1961, su época original, para llevar a cabo una misión. Pero también para encontrarse con su pasado: sus padres y, sobre todo, su marido. Un marido dolido porque su mujer le ha abandonado, y además abandonado por una razón que nada tiene que ver con él, sino con ella. A Irene gustan las mujeres.
Mujeres lesbianas y bisexuales ha habido desde el mismo momento en que existen las mujeres. Otra cosa es que esté documentado, algo que no siempre es así. La historia siempre la han escrito los hombres, y si se han pasado por alto figuras capitales en la historia de, por ejemplo, la ciencia, ¿cómo no se va a pasar el relato cotidiano de aquellas figuras que no tenían hombres en su vida?. Pero no debe confundirse esto, la falta de datos, con la inexistencia.
A partir de 1939 España está sumida en una dictadura que tiene un componente religioso muy marcado. Una de las misiones de los españoles de bien es recuperar la esencia de la nación católica, que había sido corrompida y vapuleada, según el ideario oficial, por el breve gobierno de la República. Todo lo que se saliera de esa norma era o castigado o negado, y buena prueba de ello es la aprobación de la revisión de la Ley de Vagos y Maleantes de 1954, momento en el que la homosexualidad comienza a ser contemplada como un delito, y las personas LGBT, encarceladas, bien en cárceles, bien en centros de concentración, o sometidas a terapias psiquiátricas durísimas, esto último sobre todo desde finales de los sesenta.
Pero, ¿y las mujeres también?. Hay que tener en cuenta un aspecto fundamental e esta sociedad, y es que las mujeres tienen un papel absolutamente secundario en la vida social. Su papel es el de cuidadora, esposa y madre, pero sí encontramos frecuentemente figuras que se salen de esta norma, bien las religiosas, bien las “solteronas”, y es en este cajón de sastre donde las que se sentían atraídas por otras mujeres encajaban. Los hombres se casaban porque alguien tenía que cuidar de ellos. Las mujeres se podían cuidar solas, y llamaba menos la atención si no contraían matrimonio.
Por otra parte, en el imaginario popular se podía imaginar perfectamente cómo dos hombres podían tener relaciones, pero es algo que costaba más, mucho más, poner en imágenes cuando se trataba de dos mujeres. Lo que no puede suceder no se persigue, porque es imposible. Y si es imposible, ¿cómo va a suceder, cómo sé que me atraen las mujeres, si es algo impensable?. La sexualidad de las mujeres sólo se contemplaba como algo complementado a un varón, y jamás en soledad o en compañía de otra mujer.
En El ministerio del tiempo vemos cómo el esposo de Irene decide internarla para “curar” su homosexualidad. Esto cuadra totalmente con la incapacidad de las mujeres de la época para tomar decisiones por sí mismas. Siempre sometidas a sus padres o maridos, durante el franquismo (e incluso en años posteriores), había ciertas cosas que ellas no podían hacer, como abrir una cuenta en un banco, tener posesiones inmuebles, o incluso la custodia de sus propios hijos, ya que por defecto se otorgaba al marido. Si el marido de Irene decide que está enferma, no hay más que hablar. Y si su padre, otro hombre, cree que debe salir del psiquiátrico, así será. La opinión de la mujer no vale nada.
La ley de vagos y maleantes mutó en 1970 hacia la Ley de peligrosidad social. Un cambio en forma pero no en fondo, ya que las personas LGBT siguieron sufriendo una represión brutal, contemplada por las leyes españolas. Esta ley se derogó completamente en 1995. Diez años después, España se convertía en el tercer país del mundo que contemplaba el matrimonio igualitario.
Una de las parejas más monas de Hollywood, porque ya por separado son lo más y cuando las vemos juntas el monímetro salta por los aires, es la formada por las actrices Sarah Paulson y Holland Taylor. Llevan juntas algo así como dos años, y nos han dejado siempre momentos muy, muy cute. Ninguna de las dos desaprovecha cualquier vía o altavoz para hablar bien de la otra, y en esta ocasión recuperamos una entrevista a Holland que se nos había pasado, pero que mola porque cuenta cómo empezaron a salir. ¿Amigos comunes? ¿E-darling? ¿First dates? No, mucho más millenial: Twitter.
Ella vio un tuit mío y pensó que estaba triste sobre algo y me dijo “¿Cómo estás? ¿Qué te pasa?”. Poco después de eso empezamos a salir
Bien jugado, Sarah.
Una Sarah, por cierto, a la que su novia no ve en American Horror Story porque lo pasa mal viéndola pasarlo mal. Normal, nosotras nos angustiamos un montón y no nos toca nada, imaginad a Holland.
Ha tenido dos temporadas seguidas en la que ha estado corriendo y gritando y huyendo y estando en peligro. No me gusta verla en peligro. Es muy duro. Pero admiro su habilidad para hacerlo, porque tienen rodajes muy largos en American Horror Story.
Desde que Lauren Jauregui saliera del armario tras la victoria de Trump en Estados Unidos se ha convertido en todo un referente para, sobre todo, los jóvenes LGBT. La cantante, componente de uno de los grupos más conocidos de la actualidad, Fifth Harmony, no ha dejado de hablar sobre cómo es ser mujer, latina, y LGBT en 2017, en una realidad que a veces parece sencilla, pero que está sometida constantemente al juicio de los demás, y en la que cualquiera de estas tras facetas se puede convertir en objeto de crítica fácil.
Jauregui lanzó hace unos meses un hit junto a Halsey, otra de las cantantes contemporáneas cuya orientación sexual traspasa su vida personal y llega a sus canciones. ¿Qué opina Lauren de esta colaboración?
Para mi, esta canción tiene un valor cultural porque la gente se siente invalidada y distante de si mismos, como si estuvieran avergonzados de lo que son. Está bien ser anarquista y simplemente quererte a ti misma. Es la cosa mas rebelde que puedes hacer ahora mismo
Hasta que Jauregui salió del armario de manera pública, ella misma tuvo que lidiar consigo misma, recapacitando y reflexionando sobre etiquetas, personalidad, e identidad.
Incluso el hecho de etiquetarme a mi misma me enfadaba a veces, porque tío, soy un espíritu libre.
De su vida sentimental actual prefiere no hablar, pero sí lo hace del pasado, como cuando se colgó de una compañera de clase en el instituto. “Vivía en una casa latina y era parte de una comunidad católica. ¿Qué iba a hacer?. La gente habla mierdas. Pero es como… ¿Qué es lo que te hace sentir incómodo? Puedes ver un crío siendo bombardeado y no hacer nada, pero ¿no puedes verme darle un beso a mi novia? Que te den”. Y este mismo mensaje es el que transmite a los ejecutivos de las compañías, que todavía hoy en día siguen aconsejando a los cantantes que oculten determinados aspectos de su vida privada para complacer a las fans.
Muchos artistas están retenidos por la noción de que perderán su fanbase. Incluso algunos amigos y familia me dijeron que me lo guardara. Pero cuanto más pienso en ello, más es cómo ¿Por qué?
Cuando tienes poco donde elegir, al final surgen las comparaciones. Esto es lo que le ha sucedido, o empezado a suceder, a Disobedience y, sobre todo a la escena de sexo entre Rachel Weisz y Rachel McAdams, que levantó polvareda en el pasado Festival de Toronto por lo impactante y poderoso a la vez que tierno de la misma. Pero el director chileno ha dejado bien claro que su película no tiene nada que ver con La vida de Adèle, y que el único aspecto que comparten las dos, además del obvio, es la larga duración de dicha escena íntima entre las dos protagonistas: si la de la cinta francesa se extendía durante siete minutos, esta lo hace durante seis. Pero hasta ahí.
Alguien la ha llamado Jew is the Warmest Color [en relación a Blue is the warmest color, título de La vida de Adèle en los países anglosajones], pero creo que la nuestra [en referencia a la escena] es menos problemática.
En el guión no hay, según el director, muchas indicaciones sobre cómo tenía que ser
Ponía algo así como: “Hacen el amor, por fin sin obstáculos y desinhibidas. Son pura química, comprensión y placer insoportable”
Así que hizo lo que tenía que hacer: preguntarle a amigas lesbianas.
Les pregunté “¿Haríais esto? ¿Haríais lo otro? ¿Le escupiríais en la boca? Y me dijeron lo que tenía sentido para ellas
El chileno no habló demasiado con las actrices sobre la escena hasta que llegó el momento
Fue algo así como un tabú. Un par de semanas antes de rodar nos encontramos en Nueva York, y hablamos de todo menos de la escena. Así que me armé de valor y les dije “ok, vamos a hablar de la escena de sexo”. Les expliqué que, para mi, esa escena era el corazón de la película. Tenía que ser larga, porque hacía falta que lo fuera. Teníamos que encontrar actos muy especificos para ellas, porque la fuerza real de la escena sale de esa especificidad. Por esto no es una escena de sexo genérica. Podríamos hacer la escena única con la hiper-especificidad de los momentos atrevidos que evitaban ser explotadores
En la película, Ronit (Rachel Weisz) vuelve a su antiguo hogar, en una comunidad ultra ortodoxa, y es ahí donde se reencuentra con Esti (Rachel McAdams). Las dos mujeres tuvieron un romance en su juventud, pero las dos tomaron caminos muy diferentes en su vida. La una se mudó a Nueva York para poder ser libre, mientras que la otra se quedó en lo conocido, renunciando a poder ser libre y, por tanto, feliz. La escena entre las dos, como bien explica Lelio, muestra un momento crucial en la narración, cuando Roni se da cuenta de que, pese a todos sus esfuerzos por evitarlo, a Esti le siguen gustando las mujeres.
Este es el momento donde todo lo que ha estado temblando bajo la superficie sale a la luz. El momento que define sus vidas. Porque en el contexto opresivo bajo el cual la historia se desarrolla, esos pocos minutos de placer casi se convierten en una declaración. La voz humana usa el lenguaje como un modo de articular la realidad, de definirla, de controlarla. Pero el sonido de los gemidos sexuales existen más allá de cualquier posible control de lo que está bien o mal. Es el deseo contra la ley. Hay una urgencia y una rebelión en este acto.
Para rodarla, el set se vació de personas, quedando solamente las imprescindibles. Cada cosa que leemos de esta cinta nos pone más ganas de verla, y no sabemos cuando va a poder ser. Pese a tener varias ofertas sobre la mesa, Disobedience se marchó del Festival de Toronto sin un distribuidor, lo que pospone, al menos de momento, su posible fecha de estreno tanto en Estados Unidos como a nivel global. Iremos informando.
Cada vez que un personaje público sale del armario, avanzamos un poco más hacia la igualdad. ¿Por qué? Porque la visibilidad hace milagros a la hora de derrumbar prejuicios. Cada mujer lesbiana o bisexual es un mundo, completamente diferente a cualquier otra, y es esa diversidad nuestro punto más fuerte. Esta semana la tenista sueca Johanna Larsson, que está en el puesto 85 del ranking ATP, ha salido del armario como lesbiana en una entrevista en la televisión de su país de origen.
Mantuve mi relación en secreto para todo el mundo durante dos años hasta que la situación se hizo insostenible. Recuerdo una vez que mi madre me preguntó si estaba con una chica y yo se lo negué. Me encerré en mi misma, y no tenía elección. La reacción de mi madre fue increible, me dijo “te quiero pase lo que pase”.
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Johanna acudió a la televisión con su novia, Amanda Strang, y habló de que tenía pçanico a perder sus patrocinadores y no poder dedicarse al tenis.
Tenía mucha dependencia de la gente, me daba miedo su reacción y no ser capaz de seguir mis sueños en el tenis. Entendí tarde, porque estaba muy centrada en el tenis, que el amor, las emociones, o todo lo que me distraía lo dejaba a un lado. Estaba dejando mi vida a un lado.
Billie Jean King, Martina Navratilova, Gigi Fernandez, y ahora Johanna Larsson. Mujeres que son punteras en el mundo del deporte y que, además, son referentes positivos para el resto de mujeres del mundo.
La madrugada de domingo, hora española, se entregaron en Los Angeles los premios Emmy, otorgados por la academia estadounidense de televisión. Teníamos los puños apretados porque, de entre todas las nominadas, había algunas propuestas que, sinceramente, nos encantaban este año, y no podemos estar más contentas porque tanto The Handmaid’s tale como San Junipero, dos series que tienen la representación LGBT a tope, se han llevado todo lo que podían.
La serie basada en el libro de Margaret Atwood se llevó el premio a mejor dirección para Reed Morano, actriz de drama para Elisabeth Moss, Ann Dowd lo recogió como actriz secundaria, mejor guion para el creador Bruce Miller y también el galardón a mejor drama de esta temporada. Casi nada. Alexis Bledel, por su parte, ya había recogido hace unos díassu Emmy a mejor actriz invitada por su papel de Offglen, una mujer lesbiana en la horrible Gilead. Una historia sobre la pérdida total de derechos de las mujeres se ha convertido en el emblema de la lucha en el actual clima asfixiante para miles de nosotras es la absoluta vencedora de los premios más prestigiosos que puede llevarse una serie de televisión. Wow.
Pero no acaba ahí la cosa: Big Little Liars, la delicada serie de HBO que narra una historia de amistad, sororidad, y unión frente a un enemigo sibilino y oculto, también se ha llevado a casa unos cuantos premios. Nicole Kidman, mejor actriz principal, Laura Dern como secundaria, Jean-Marc Vallée como director, Alexander Skarsgardcomo secundario y Big little lies como serie limitada, una categoría en la que competía con Feud, una de las propuestas de Ryan Murphy que se fue de vacío. Una de las cosas por las que será recordada esta gala es por el discurso de Nicole kidman haciendo visible, más visible, un problema endémico de nuestra sociedad, la violencia machista.
Hemos puesto el foco sobre la violencia doméstica, una enfermedad complicada e insidiosa que está mucho más presente de lo que nos atrevemos a imaginar. Está llena de vergüenza y secretismo y al reconocerme con este premio, el foco se hace todavía más grande. Así que gracias, gracias, gracias
Kate McKinnon ganó, por segundo año consecutivo el Emmy a mejor actriz de reparto en comedia por Saturday Night Live, y sobre todo por su increíble interpretación de Hillary Clinton. Por otra parte, Lena Waithe se convirtió en la primera guionista afroamericana en conseguir un Emmy por un guión de comedia.
Lena acudió a la gala acompañada de su mujer, y el episodio por el que recibió el galardón es, precisamente, el dedicado a que su personaje en Master of none salga del armario con su mejor amiga. Ella no fue la única que acudió a los Emmy acompañada de su pareja, en una imagen que, como bien dice Jesse Tyler Ferguson, hubiera sido impensable hace solamente diez años.
The married club. 10 year old me would never have believed this to be possible. ❤️ pic.twitter.com/2Z8LEoUNVA
Y nuestro corazón de fangirl explotó con el premio a mejor película de televisión. San Junipero, el episodio de Black Mirror que hemos visto una y mil veces, se llevó el galardón, en un 2017 que se ha convertido en el año con más representación y visibilidad LGBT en los Emmy. Una historia de amor entre dos chicas, porque ese es el asunto principal del epidosio, ha resultado vencedor en una categoría en la que competía con Sherlock y, sobre todo, con The wizard of lies, una película con Robert de Niro y Michelle Pfeiffer.
En los últimos años hemos visto cómo las historias de mujeres, y de mujeres LGBT, se iban colando en las nominaciones de lo mejor del año. Pero siempre, como nos pasó por ejemplo con Carol, nos quedábamos a las puertas de celebrar algo. Estos Emmy nos lo han dado todo de golpe, y no podemos estar más contentas. Ya no sólo se nos incluye en las historias, sino que somos protagonistas de las mismas. El avance es inexorable.