Tic tac tic tac, queda más o menos mes y medio para que podamos disfrutar de nuevo de la serie lésbica por excelencia, The L word: Generation Q. Quizá no es la mejor. Quizá no es la más moderna. Pero, desde luego, es la que más enganchadas nos tiene. La segunda temporada terminó con el cliffhanger entre los cliffhanger, Tina llamando a la puerta de Bette después de que esta estuviera a puntísimo de confesar sus sentimientos por ella. Y es justo ahí donde comenzará la tercera temporada, en un momento que ya nos han dejado saborear.
Años 90. Fines de semana por la mañana. Vas a desayunar, pones La Dos y sale esto.
Han pasado un par de décadas desde que el huracán australiano de Los Rompecorazones llegara a España, y como no podía ser de otra manera, la fiebre de los remakes y los reboots no le ha sido ajena. Netflix ha estrenado la nueva versión de la serie, con un aire renovado y nuevos personajes, y si te gustan las tramas de instituto como, por ejemplo, Sex Education, esta te va a gustar.
¿Qué es lo que vamos a poder ver en Los Rompecorazones? Pues los temas que les preocupan a los adolescentes: el amor, el racismo, las drogas o los problemas familiares, y todo a raíz de la amistad entre dos chicas, Harper y Amerie, y su idea de crear un mural con los encuentros sexuales de los que han tenido noticia.
Entre los personajes nos encontramos con Sasha, interpretada por Gemma Chua-Tran, y que en la presentación se define como ‘la lesbiana más guay, más sexi y más chic del instituto’. La serie, de la que hemos visto varios episodios, da lo que promete, es bastante entretenida, y mira, pues te la recomendamos.
Después de algunos meses de espera, el pasado viernes Netflix estrenó Revancha ya, Do revenge en el original, una película que nos cautivó desde la primera de las chopocientas veces que hemos visto su trailer. Por resumir un poco, dos chicas que han visto su reputación echada a los caballos por diferentes motivos deciden hacerse un Extraños en un tren y exponer a las personas que han expuesto a la otra. El resultado es bastante guay, la verdad.
Cosas que sí
Las actrices
Camila Mendes y Maya Hawke están perfectas en sus papeles. No soy capaz de imaginarme otras actrices siendo tan, pero tan insoportables y tan, pero tan malas y admirables a la vez. Drea y Eleanor son la cara más visible de un elenco estupendamente escogido, con rostros conocidos y otros que van a dar mucho que hablar, como Talia Ryder. Mención especial para Sophie Turner, que no puede estar más graciosa.
La estética
Entre Heathers y Hitchcock, la película se mueve con comodidad entre el color pastel y el negro de su comedia. visualmente es super atractiva, y no hay momento en el que no puedas pausarla y hacerte un poster con la escena. Si en la trama no tuviera tanto peso el asunto de las redes sociales, podría pasar por una película de los noventa. Y eso, si está bien hecho, es un punto muy a favor.
Las canciones
La estética noventera se acompaña de una banda sonora a la altura. Suenan Garbage, Hole y Meredith Brooks, pero también la canción favorita de Belén Esteban de Rosalía, Le tigre, Robyn y Olivia Rodrigo. Un poco la playlist que haríais entre tu hermana mayor y tú, pequeña croqueta. Tienes aquí el link a Spotify.
El final
Parece que no… ¡pero al final sí! Creo que nos vamos mereciendo más y más finales felices, y para mi que las dos chicas de la peli acaben dándose el lotazo en el parque, lo es. Se hace de rogar, y casi estaba tirándole cosas a la tele, pero AFORTUNADAMENTE la Virgen de la croqueta nos ha dado este regalito.
Cosas que no
Casi, casi, parece que justifican a una bully
Estoy un poco cansada de ser como soy, pero en el útimo tercio de la película, cuando se desvela que el plan es hundir a Drea Torres por hacer circular un rumor sobre Eleanor, y toda la narrativa cambia y se convierte en ‘lesbiana loca intenta hacerle la vida imposible a una pobre chica que era un poco homófoba y lamentable pero que ha cambiado’ no me estaba creyendo lo que estaba viendo. ¿Soy hipersensible o eso está un poco feo? Está más que claro que las personas cometen errores subsanables y que pueden cambiar a mejor, pero justo eso me pareció un giro construído para epatar, pero con mal tino. ¿Glorificar y hacernos sentir pena por una bully? Lo que me faltaba a estas alturas. Pero la trama, en otro twist más, hace que nos olvidemos porque el malo… es más malo.
Hace no tantos años, hablar de que una mujer con pareja femenina, o incluso sola, pudiera llegar a ser madre de manera sencilla era imposible. Por no hablar, claro, de posponer la fecha de maternidad: el reloj apremia y es implacable. De hecho, esta es la base de, no sé, cientos de novelas, series y películas: corre, hija mía, que tienes que ser madre y no llegas. Ay, señor.
Afortunadamente, la ciencia ha avanzado mucho en ámbitos que nos son familiares y tangibles, no solamente en cosas que se nos escapan y suenan complicadísimas. La investigación se ha desarrollado con seguridad y precisión, y ahora las clínicas, y en especial las que cuentan con las últimas tecnologías como IVI, ofrecen las mayores garantías a las mujeres que se acercan para formar su familia. ¡Viva la ciencia!
En los últimos años, como os digo, la técnica está ayudando a crear nuevos modelos de familia, bien con dos mamás, o una madre soltera como la que nos contaba su experiencia hace unos meses, con tratamientos de Reproducción Asistida como la inseminación artificial, la fecundación in vitro, la ovodonación o FIV Genetic. ¿Te contamos un par?
La Inseminación Artificial es una técnica que habrás visto en Biología de 3º de la ESO y que consiste en colocar en el interior del útero de la mujer una muestra seleccionada de semen previamente preparada. Es una técnica super antigua, ya existen registros desde finales del siglo XVIII. Como te puedes imaginar, ese procedimiento rudimentario que tanto se parece al experimento de Tina y Bette en el 1×01 poco tiene que ver con la actualidad, pero sigue siendo una de las opciones más escogidas por parejas en todo el mundo por su sencillez y eficacia. Es, en muchos casos, un primer acercamiento a las técnicas de reproducción asistida.
Por último, el FIV Genetic se ha desvelado como una opción novedosa y muy ventajosa frente a la fecundación in vitro convencional, con una impresionante tasa de éxito del 64% y que disminuye las probabilidades de tener que recurrir a varios ciclos de reproducción asistida. Esto, amigas, es el futuro, y lo mejor es que lo podemos disfrutar desde el presente.
¿Quién iba a pensar hace pocas décadas que las mujeres íbamos a poder tener tantas opciones a la hora de convertirnos en madres?
Lydia Tár está considerada como una de las mejores compositoras y directoras de orquesta vivas, y es además la primera mujer directora de una gran orquesta alemana. Esta está a pocos días de uno de los momentos más importantes de su vida, cuando se grabe la sinfonía que la llevará a los libros de historia.
Además del interés que supone ver a Cate Blanchett croqueteando junto a la alemana Nina Hoss, TÁR supone la vuelta a la dirección de Todd Field, quien no estrena una película desde hace 16 años. La cinta se estrenará en las salas de cine de Estados Unidos el próximo 7 de octubre, mientras que en las españolas no lo hará hasta el 20 de enero del año que viene, de la mano de Universal Pictures. Ponte la alarma, que tenemos una cita
Euphoria se ha convertido por derecho propio en todo un acontecimiento en lo audiovisual. Tiene cientos de miles de fans acérrimos, y por eso cada movimiento que se produce tanto en la producción como en la propia serie se convierte en noticia al instante. La última nos entristece un poco, ya que hemos sabido que la actriz Barbie Ferreira, que da vida a Kat Hernandez en la ficción de HBO, ha anunciado en redes que no estará en la nueva temporada.
Después de cuatro años dando vida a Kat, el personaje más especial y enigmático, tengo que despedirme con lágrimas en los ojos. Espero que muchos de vosotros os hayáis podido ver reflejados en ella como yo he hecho y que os haya hecho felices ver su viaje hasta convertirse en la persona que es hoy. He puesto todo mi cuidado y amor en ella y espero que lo hayáis podido sentir. Te quiero, Katherine Hernandez.
¿La razón de esta salida? Hay rumores que dicen que la actriz ha tenido algún que otro encontronazo con Sam Levinson, el creador de la serie, y que eso ha supuesto su marcha. Es cierto que en la segunda temporada su personaje había tenido menos peso que en la primera, y eso ha podido enfadar a la actriz. Desde la cadena niegan que haya ningún mal rollo en el set, pero es que también qué van a decir. Veremos qué trama de despedida le dan al personaje de Kat. Y, mientras tanto, felicitamos a la novia de la actriz, Ellen Puckett, porque ahora va a tener más tiempo para hacer la croqueta con ella.
No me gusta mucho la expresión ‘salir del armario’ porque implica que se ha estado escondida y, bueno, no conozco tanto a Jena Malone (no confundir con Jena Marooney), pero tampoco encuentro una expresión que esté tan extendida como esta para decir que la actriz ha contado de manera pública cual es su orientación sexual y algunas de las etiquetas que usa para sí misma. Así que supongo que me sabréis perdonar. El caso es que, como os cuento, Jena Malone, a quien conoceréis sobre todo por su papel en Los juegos del hambre pero también en algunas otras cosillas como Sucker Punch o The neon demon, ha utilizado su cuenta de Instagram para hacer una danza al sol y contar en el texto lo siguiente.
Supongo que me sentí como si fuera un hombre heterosexual en el cuerpo de una mujer. Visualicé sus deseos y los coloqué sobre mí. Pero esto, nunca fue la totalidad de la historia que estaba destinada a mí. Sé que he estado aprendiendo una nueva forma de contarlo. Usar palabras para guiarme, no para definirme. Que mi identidad sexual tiene más que enseñarme y decirme. Encontrar palabras que se sientan más adecuadas para explorar en mi historia. Pansexualidad. Sapiosexualidad. Poliamor. Un espectro más completo de comprensión que mi historia me exige. Y lo estoy honrando hoy con este pequeño y suave tramo de baile. Amo a los humanos. Así que ahí está ❤️❤️🏳️🌈🏳️🌈❤️❤️
Para las que necesitéis algo de ayuda con los términos, una persona pansexual es aquella que siente atracción por su género y todos los demás. Alguien sapiosexual es quien siente atracción por alguien a un nivel intelectual, no solamente físico. Y, por último, alguien poliamoroso es quien no solamente tiene una relación estable con una sola persona sino con varias. Existe mucha controversia sobre estas etiquetas pero, eh, quien soy yo para decirle a alguien como tiene que definirse. Me resulta más wtf el bailecillo la verdad.
Hace unos días, Showtime confirmó la fecha de vuelta de la tercera temporada de The L word: Generation Q. La cadena ha decidido que nuestro día de reyes este año caiga el 18 de noviembre, y no podemos dejar de contar los días que quedan. Para entonces hará más de un año desde los últimos episodios de la serie, y no podemos dejar de preguntarnos qué podemos esperar de la tercera temporada de The L word: Generation Q. Además de croqueteo a tope, claro.
Last call, emitido el 11 de octubre del año pasado, dejaba muchas cuestiones en el aire. Después de una segunda temporada bastante más consistente que la primera, y con unas tramas capaces de sorprender, en el último par de episodios las cosas se aceleraron, listas para dejarnos con las ganas. Veíamos, por ejemplo, a Pippa Pascal acudiendo sola al estreno de una exposición. Ella esperaba ir con Bette, pero, ¿dónde estaba la antigua Decana de la facultad de artes? En mitad de una conversación con Tina, una charla que ella le había reclamado antes de la boda de esta con Carrie.
¿Donde hubo fuego quedan rescoldos, o es simplemente que Bette no soporta ver a Tina con otra persona, y tiene que boicotear todo a su alrededor? ¿Veremos una reconciliación, la enésima de TiBette? Según nos daba la pista la imagen del guión del primer episodio de la tercera temporada, el cold opening, es decir, el fragmento de episodio que va antes de los créditos, las tendrá como protagonistas. ¿Tenemos que suponer que la trama comenzará justo donde lo dejaron, sin saltos temporales?
Por otro lado, Dani, una de las favoritas del público en esta nueva tanda de episodios, se enfrentaba en la pasada temporada a dos cuestiones. La primera, saber si estaba preparada para tener una relación con Gigi, algo que parece ser que culminaba de manera positiva. La otra, el papel que tendría en la causa judicial abierta contra su padre. La última vez que la vimos fue siendo detenida por desacato. ¿Veremos una trama carcelaria como tuvimos con Helena Peabody, o será simplemente algo para darle emoción a la serie y quedará en agua de borrajas?
Shane, un personaje que a lo largo de las ocho temporadas, para mi gusto, ha tenido siempre la misma trama (amor -compromiso – huída), también tendía que hacerle frente a un dilema. ¿Cambiaba toda su vida por acompañar a Tess a Las Vegas, o por el contrario hacía un Shane McShane y se iba sin mirar atrás? Veremos.
En cuando a Alice, para no tener en esta temporada una relación con una mujer, las cosas iban bastante rapidito: después de cinco minutos con Tom, la persona que le estaba ayudando a escribir su libro, encontraba un anillo de compromiso en la chaqueta de este. Me sorprendería muchísimo que ese enlace llegara a algo, pero chica, yo qué sé, hay cosas que a veces no sabes de donde salen.
Y, por fin, la para mi gusto trama más meh, que incluye a Finn y su deseo de rehabilitarse de las drogas y el alcohol para poder estar con Sophie. Si mi radar no falla, se rehabilitará y serán felices, que ya les toca.
Todo esto, que no es poco, es lo que sabemos seguro que nos espera. Pero seguro que hay más sorpresas, comenzando por los personajes. Está confirmado que la cantante Kehlani será actriz invitada, y también que Rosana Arquette volverá a encarnar a Cheri Jaffe, la pérfida Cheri Jaffe que siempre ronda por ahí dispuesta a sacar a Shane del guacal. Tic tac, ya falta poco.
Ha vuelto Juego de tronos. Bueno, no exactamente, pero desde luego ha vuelto la ambientación, las historias y… las ganas. La casa del dragón, la nueva serie de David Benioff y D.B. Weiss basada en los libros de George R.R. Martin ha despertado muchísimo interés, con diez millones de espectadores la noche de su estreno, y también ha hecho levantar la ceja a las espectadoras croquetas. Porque sí, nosotras también hemos visto la tensión entre Rhaenyra Targaryen y Alicent Hightower.
Ellas son las dos protagonistas más jóvenes de la historia, la hija del rey y la hija de la mano del rey. Al comenzar el episodio, ninguna de las dos sabe la que se le avecina una hora después, y viven su amistad adolescente sin preocupaciones, sin pensar en nada más que en disfrutar la compañía la una de la otra. Las dos actrices que las interpretan, Milly Alcock y Emily Carey tienen muy claro cómo querían interpretarlas, y que había gestos que podían ser interpretados de una manera más allá de la amistad. En palabras de Carey:
Definitivamente es algo de lo que éramos conscientes, algo que mencionamos con Clare Kilner, una de las directoras, nuestra directora, con quien trabajamos como la versión más joven de los personajes. Fue algo de lo que me di cuenta de inmediato cuando leí el guión, como mujer queer, pensé, hey, están un poco enamoradas. Pero creo que algo con lo que jugamos es la cercanía de chicas jóvenes como esa. Creo que cualquier mujer podría pensar en la mejor amiga que tuvo a los 14 años, y es una relación y una cercanía como ninguna otra en la que se cruza la línea entre lo platónico y lo romántico
¿Habrá algo más allá de lo que hemos visto? Por un lado, ojalá, pero por otro, la actriz contesta: Alicent realmente no tiene elección en nada, ya sea hombre, mujer, qué hombre, en absoluto. Y es que el trono de hierro es mucho trono. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos en La casa del dragón.
En 2011 se estrenó American Horror Story, la primera aproximación de Ryan Murphy al género del terror. Yo caí en su trampa porque 1. Popular y Nip Tuck son series que otra cosa no, pero es imposible que te dejen indiferente y 2. en ese momento estaba saliendo con una chica que era muy fan y, como mandan las normas de las relaciones lésbicas a distancia, había que ver una serie a la vez y comentarla y todo esto. Desde entonces mantengo una relación de amor-odio con todo lo que hace este señor. Y es que, básicamente, me encantan las premisas pero la ejecución siempre, siempre me decepciona.
Esto es exactamente y para sorpresa de nadie lo que ha ocurrido con la última temporada de American horror stories, que he medio visto de fondo mientras trajaba, pero sobre todo con el episodio 2×04, que es el que muestra una pareja de chicas. Estamos en 1757, donde la viruela devasta una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra. Un hombre llamado Thomas (Cody Fern) y su hijo pequeño Edward (Ian Sharkey) están de duelo por la pérdida de la matriarca de su familia, Rachel, después de haber enterrado también a dos de las hermanas de Edward. Como en las historias de terror clásicas, entra en juego un fanático, el nuevo Pastor, interpretado por Seth Gabel, que es también el que sirve de gancho para presentarnos a una de las protagonistas, Celeste, una antigua vaquera (no como John Wayne, una vaquera de tener vacas) que cree que está ungida por San Lázaro y es capaz de curar la viruela. Cabe decir que Celeste tiene el cuerpo lleno de pústulas, y, creedme, no es algo que pase desapercibido para el espectador.
En el pueblo tenemos a otra vaquera, Delilah (Addison Timlin), una mujer extraordinariamente avanzada a su tiempo, que tiene teorías científicas propias que no se alejan demasiado de la realidad y, además, es croqueta porque las más listas siempre son croquetas. Cuando Celeste tiene que huir porque el Pastor se empeña en que es impura y mentirosa, algo que hace para tapar que él acudió a su casa buscando sexo, ella se refugia en la vaquería de Delilah. Por un grio de guión bastante gratuito, no nos engañemos, las dos mujeres se enamoran y juntas llegan a la conclusión de que la viruela de la prostituta la ha contraído por trabajar con vacas, y que eso hace que no se infecte con la viruela humana, mucho más letal.
Dos mujeres descubriendo el amor y las vacunas. No me digáis que no es bonito.
Por supuesto, el resto del pueblo prefiere seguir el dictado del Pastor, que consiste en comer corazones de personas muertas. Ah, good old canibalism. Caos, destrucción, niños endemoniados, y… las dos acaban muertas.
No querría yo caer en la queja continua de que, joder, siempre que hay una pareja de mujeres entre un 50 y un 100% de la misma acaba en el hoyo, pero es que ya estamos muy lejos de la línea que hace esto medio aceptable. Que ya, que en esta historia muere hasta el apuntador, pero las lesbianas también. Como casualmente en todas las historias de Murphy, en las que las mujeres LGBT caen como moscas de mil maneras diferentes. Estoy aburridísima de que a todas se les de el mismo final, y aunque sé que es mentira y volveré a caer en sus tramposas redes, yo he terminado con Ryan Murphy. Al menos, de momento.