Tras oficiar la friolera de 919 partidos de baloncesto desde que cogiese las riendas del arbitraje el 31 de octubre de 1997, Violet Palmer, la primera árbitra de la NBA, la todopoderosa Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos, cuelga el silbato y se retira de las canchas de basket. Dice adiós al arbitraje a los 52 años y lo hace después de haber entrado en los libros de historia de este deporte, no solo por ser la primera mujer en arbitrar en la liga profesional más importante del mundo, sino también por ser la primera mujer en oficiar unos playoff, los de 2006, y, también, la primera mujer en salir del armario en la élite réferi.
Aunque comenzó su carrera de jueza deportiva en 1997, no fue hasta el año 2007 cuando “finalmente reveló su ‘secreto’ a sus compañeros árbitros” más cercanos: Palmer llevaba, como quien dice, toda su vida saliendo con la estilista de famosos Tanya Stine. Pero sin duda su “gran salida del armario” fue en 2014, cuando el matrimonio igualitario fue legalizado en California, y la árbitra celebró sus nupcias con la mujer con la que ya había compartido su vida y la crianza de tres niños fruto de un matrimonio anterior de Tanya. En una entrevista con VICE, Palmer le quita importancia a la situación:
Siendo honestos, siempre estuve fuera del armario. Simplemente no lo mencioné nunca públicamente porque nadie me preguntó públicamente. Y una vez conseguí hacerme un hueco en la liga y ganar apoyos en ella, sentí que podría decirlo libremente y que a nadie le importaría.
Con casi 20 años de carrera a sus espaldas desde ese primer encuentro entre los Vancouver Grizzlies y los Dallas Mavericks, y habiendo roto una barrera en el masculino mundo del baloncesto y más concretamente en el de la NBA, donde reconoce que ha habido momentos en los que los entrenadores o los jugadores no sabían muy bien si discutir con ella como lo habrían hecho con un árbitro, Palmer dice adiós al arbitraje con el gran sabor de boca de haber demostrado saber lo que estaba haciendo en la cancha, y, además, haberlo hecho bien.
Despertó pasiones y cólera a su paso por el Festival de Cannes el pasado mes de mayo, y se llevó calificativos como “depravada” y “obscena” por parte de The Washington Times o “pueril” y “ofensiva” del mastodonte New York Times. The Neon Demon, la última película del realizador Nicolas Winding Refn, no disgustó a la crítica de Afterellen Tosha Rachelle Taylor, y a la vez es distinguida con el dudoso honor de ser la película “más ofensiva del año” para The Telegrah. ¿Por qué? Porque para el diario británico “contiene la peor escena del año y bastantes candidatas a la segunda peor”.
En esta cinta de “suspense psicológico”, Jesse (Elle Fanning) es una aspirante a modelo que se muda a Los Ángeles, donde es reclutada por un magnate de la moda (Alessandro Nivola) como su musa. Al entrar en la industria se encuentra con que su vitalidad y juventud son devoradas por un grupo de mujeres obsesionadas con la belleza, las cuales van a utilizar cualquier medio para conseguir lo que ella tiene. The Neon Demon no solo fracasa estrepitosamente en su teórico intento de servir como crítica a la industria de, digamos, la belleza profesional, sino que retrata una escena de sexo lésbico necrófilo que se lleva la Palma, pero no la de Oro que ansiaría Refn, sino la de peor escena y más gratuita del año.
La involucrada en esa subtrama es Ruby (interpretada por Jane Malone), una maquilladora mortuoria que desde el principio se siente atraída por la joven Jesse. En la morgue, Ruby desfogará su deseo sexual tras ser rechazada por Jesse con un cadáver que físicamente recuerda a la aspirante a modelo, encarnando así los fondos más bajos del ser humano que guían la acción del filme, y sobrepasando los límites de la provocación presentando a una Ruby que es una amenaza casi carnívora para Jesse. Una joyita de película, vaya.
¿YA? Bueno, pues ya sabemos quién será la susodicha: la bioingeniera y experta en el combate mano a mano Alex Danvers (Chyler Leigh) explorará su sexualidad en esta temporada con la nueva incorporación de la serie, el personaje de DC Maggie Sawyer, a quien dará vida Floriana Lima.
Maggie Sawyer se enganchará a la trama de Supergirl en el tercer episodios, y las productoras ya han hablado para Den of Geek de lo que supondrá su incorporación a la ficción. Así responden a la pregunta concreta de si el nuevo fichaje tendrá un romance en la serie:
Sarah Schechter: Lo que es importante para nosotras en Supergirl es que todas las mujeres del show son realmente fuertes. Quiero decir, es importante en todos nuestros shows, y creo que puedes verlo en todos ellos, en Arrow, Flash y Legends. Supergirl, al igual que si tienes un gran villano, eso eleva a tu héroe, si tienes a una mujer fuerte, quieres rodearla de otras mujeres fuertes. Maggie es una especia de sospechosa, terrenal, no es un superhéroe. Es una heroína ordinaria de la vida real.
Ali Adler: Es una heroína en vida. Creo que lo que mola de esa temporada es que podemos tener una oportunidad de explorar más la vida personal de la gente. El año pasado fue la búsqueda de su éxito personal. Se convirtió en una increíble superheroína. Se convirtió en una heroína en el trabajo y consiguió un ascenso. Ahora todos el mundo está siendo explorado de tras de la escena de sus vidas profesionales. Creo que es realmente guay para empezar la próxima temporada.
Lo que se llama irse por los cerros de Úbeda, pero en fin: Maggie Sawyer llegará para trastocar los esquemas de Alex Danvers, y la cadena The CW ya ha lanzado las primeras imágenes promocionales para demostrarlo:
En solamente 4 años ha conseguido unas cifras que marean: 4.7 millones de seguidores en Instagram, 2.4 millones en Twitter y 7.3 millones de suscriptores en Youtube. Eva Gutowski, con sus consejos para la vida diaria y sus trucos de belleza y moda, se ha convertido así en una de las youtubers más seguidas. Y, además, Eva se identifica como bisexual, lo que la sitúa a la cabeza del ranking de mujeres LGBT en Youtube.
Además de su canal principal, My life as Eva, también ha aparecido en otros como Teen Vogue, Seventeen y I Love Makeup, además de haber hecho giras por Estados Unidos. El secreto del éxito en Youtube, según ella misma afirma, es hacer videos naturales que conecten con la audiencia.
En septiembre de este mismo año, tras la ruptura con su novio, Eva salió del armario como bisexual en, claro, sus cuentas sociales.
I am ready for myself to fall in love with someone, no matter who they end up being, and have been since I was 12. Boy or girl.
Además de en Wonder Woman, estos los últimos meses, Gal Gadot ha estado haciendo también otras cositas como la mujer trabajadora que es. Una de estas cositas es la película Las apariencias engañan, donde Jon Hamm y ella fingen ser la típica y perfecta pareja de los suburbios norteamericanos. Pero como bien dice el título, las apariencias engañan y no todo es lo que parece. En realidad, son agentes gubernamentales encubiertos trabajando para desmantelar una trama de espionaje internacional en la que sus vecinos, Isla Fischer y Zach Galifiankis, se verán envueltos sin comerlo ni beberlo.
Vuestro interés en la película, si es que sabíais de su existencia, debía estar a la altura del mío y tener las mismas dimensiones que las que tiene Gal Gaddot…
… hasta ahora. Porque han sacado un nuevo tráiler que ha disparado todas nuestras alarmas croquetas.
¿Sabes cuando repites una cosa tantas veces que, al final, no sientes ni frío ni calor y ya ni te enfadas? Pues así estoy yo después de conocer la última ocurrencia de los guionistas de cierta serie. Una serie, además, que siempre he admirado porque me parecía que era valiente, que estaba bien hecha, y que además estéticamente era preciosa. ¿Cual? Después de los minutos musicales te lo digo, y así procuro no espoilear a nadie.
Pongo esta canción porque me gusta mucho y porque algo tengo que poner.
Pese a que hace tiempo que no hablábamos de ella, Masters of sex es una de esas series que hemos seguido con atención desde sus inicios. La temática era interesante, y además tenía un personaje lésbico, Betty, que nos molaba un montón. De todo el elenco era, sin duda, la más moderna y la más avanzada de la época: primero prostituta, después secretaria, y viviendo como le daba la gana, contando con las limitaciones de la época.
En un determinado momento, Betty conoce a Helen (Sarah Silverman), y deciden empezar una relación marcada por la clandestinidad. Ambas están fuera del armario para un grupo reducidísimo de gente muy cercana, pero eso no les impedía vivir en la intimidad de su casa como el resto de parejas. Con la ayuda de un amigo gay, Helen se queda embarazada, y parecía que todo iba a irles fenomenal pese a las adversidades.
En el episodio de la semana pasada conocíamos a la familia de Helen, a sus padres, unos padres que rechazaban rotundamente la homosexualidad de su hija, con cero predisposición a tener una relación con ella mientras conviviera con otra mujer. Ese episodio nos dejó un poco chafadas, sintiendo que ellas dos se merecían algo mejor, y más con un niño en camino.
Pero el último emitido ha sido un escándalo mayúsculo: no sólo Helen ha muerto en el parto, sino que su familia se ha llevado al bebé, dejando a Betty sola y con un dolor tremendo por haber perdido a las dos personas que más quería.
Si alguien lo entiende, que me lo explique. Masters of sex no se distingue por ser una ficción que mate alegremente a sus personajes. No es Juego de tronos, no es ciencia ficción espacial, no está ambientada en tiempos de guerra. No suele morir nadie. Tampoco tiene un tinte excesivamente dramático, sus personajes sufren reveses vitales perfectamente superables y bastante cotidianos. Pero, al parecer, los guionistas han tenido a bien acabar así con Helen porque, oye, total qué más da.
La creadora ha hecho unas declaraciones a Entertainment Weekly que, pues bueno, pues ok.
Lo queríamos mostrar en última instancia era que Betty y Helen eran mujeres profundas con un compromiso la una con la otra. Estaban intentando hacer algo en una época en la que no había guías para eso. [A partir de ahora] vamos a mostrar cómo Betty subvierte un sistema que no tiene más que obstáculos y que encuentra un modo de acabar con la familia más rara imaginable
¿Queréis que juguemos a ser Aramís Fuster? Predigo que Betty se va a casar con el amigo gay y así va a poder criar a su hijo. La fiesta de la imaginación.
Lo habitual para el mes de octubre hubiese sido hacer un programa sobre “Cosas que Asustan”, pero hemos preferido desmarcarnos y hablar de videojuegos y el cyberbullying. Aunque, pensándolo bien, son cosas que asustan bastante.
Décima entrega del programa, titulada Gamer Grrrl, en la que contamos con la colaboración de nuestra experta en el tema: Suzie.
Hablamos de En la Vida Real, un cómic sobre un juego multijugador masivo que trata también temas sociales.
Saltamos a hablar de la polémica de Todas Gamers y enlazamos con el cyberbullying a través de dos pelis.
La primera: Cyberbully, una película de ABC Family. Si tenéis curiosidad está disponible en Netflix.
La segunda: mismo nombre, distinta película. Con carácter británico y Maisie Williams (sí, Arya Stark de Juego de Tronos).
Y acabamos hablando de Hackers. Sí, Hackers, esa película de Angelina Jolie, tan noventera y tan de nuestro rollo. Además, Suzie nos lanza unas recomendaciones de juegos sobre hackers, siguiendo con la temática.
Así que ya sabéis, si queréis dar miedo de verdad este Halloween: ¡Escuchadnos y coger ideas! De aquí se sale sabiendo piratear toda la red eléctrica de Nueva York*
(*No, lo cierto es que no)
También encontraréis las noticias de las últimas semanas, destacando la bisexualidad de Wonder Woman, el Inktober o la propuesta de leer autoras femeninas en octubre.
Si queréis opinar, comentar o decirnos cualquier cosa -además de aquí mismo en los comentarios- podéis encontrarnos:
El pasado viernes 14 de octubre tuve la suerte de asistir al primer concierto de Fifth Harmony en Barcelona. Se trataba de uno de los primeros conciertos del tour 7/27 en Europa. A pesar de mi edad, no he ido a muchos conciertos y en este caso iba en calidad de acompañante… por eso creo que mi crónica será lo más objetiva posible.
Yo tenía una entrada en pista por la que pagué casi 32 euros sin contar impuestos. Aparentemente nada mal, ¡si no fuera porque tuve que hacer una cola de horas! Nuestra idea era estar cerca del escenario para poder ver algo, así que el viernes por la mañana madrugamos y fuimos directas al Sant Jordi Club. A pesar de que nos perdimos, que el GPS del móvil no estaba muy fino y que las indicaciones dejan mucho que desear, llegamos sobre las 13 y nos colocamos en nuestra cola, que ya era bastante larga (tendríamos a unas 100 o 200 personas por delante).
De las horas de espera me quedo con este tweet, que refleja perfectamente el panorama:
I love el fandom. En la cola de Barcelona para Fifth Harmony, el 70% somos lesbianas, 25% gays y un 5% heteros y padres. #727TourBarcelona
Y es que, en efecto, aquello era como un bar de tapas: había croquetas de todo tipo. Durante las nueve horas de espera no dejé de ver banderas gays a diestro y siniestro. De hecho, recuerdo una que tenía dibujado el sol y la luna que representan a Camila y a Lauren respectivamente. Se nota que Camren acaparaba la atención de los fans: cientos de personas vestían camisetas de “Jauregui 96” y “Cabello 97”. Si no fuera porque sabía de lo que iba, habría pensado que estaban luciendo su messenger para ligar en ese entorno tan bolleril.
Lo más destacable de todo fue el ambiente. Los que esperábamos no sabíamos dónde estaban las Fifth Harmony, pero en cuanto oímos los gritos de los primeros de la cola… todos a correr y a pegarse a las vallas. Descubrimos que las chicas habían venido a Barcelona en autobús… pues todos esperando a que salieran. Un ratito después, Camila se asomaba desde detrás de un autobús que estaba dentro del recinto, arrancando gritos ensordecedores a los fans.
A medida que avanzaba la tarde aquello se iba llenando… ni siquiera se veía el final de la cola. Si alguna de vosotras quiere animarse con otro concierto del estilo, le recomiendo que vaya acompañada o haga amiguis en la cola. Entre otras cosas porque el baño estaba a quince minutos andando desde la cola, pues había que rodear todo el edificio e ir al estadio olímpico. Una metedura de pata por parte del Sant Jordi Club, ¡será que no tendrán baños allí dentro! Vamos, que entre el cuarto de hora de ida y el de vuelta te has quedado sin sitio.
Sobre las siete y media de la tarde nos apelotonamos para ir entrando en el recinto. El espacio no era demasiado grande y estábamos todos apretados, para qué negarlo. En la misma pista había un puesto con merchandising del grupo y otro con comida y bebida. Pero claro, arriésgate tú a comer algo y que te quiten tu sitio en la pista.
Mientras nuestras Fifth Harmony se hacían de rogar entre bastidores, los teloneros intentaron amenizar aquellos momentos de ansia viva. El primero fue Aleem, un jovencito con un estilo que me pareció un poco cursi. Luego nos animó a conocerle en persona, a lo que una chica a mi derecha respondió: “¡CARIÑO, SOMOS TODAS BOLLERAS!”. Pues sí.
La otra telonera fue Camryn (cualquier parecido a Camren es pura coincidencia). Esto ya nos gustó más quizá porque era una mujer muy muy atractiva con el pelo azul. Su música fue más cañera y nos hizo bailar y saltar para ir calentando.
Eran las 21:22 exactamente cuando las luces se apagaron, la música paró y se encendió la pantalla. Reprodujeron un vídeo en el que aparecían las chicas en sus primeras actuaciones y varias imágenes de un aeropuerto. El tema del viaje nos acompañaría durante todo el concierto, desde el despegue hasta el aterrizaje…
La primera canción fue That’s My Girl y las cinco hicieron su primera aparición vestidas con bodies militares. Mis vídeos son estupendos, pero las fotos no tanto. Aquí se ve mejor:
Todas, todas la tenemos delante y nos morimos. Las demás no nos dejaron indiferentes, cada una tiene su encanto. Además, las cinco hablaron un rato durante algún momento del concierto. Camila, Lauren y Ally hablaron en castellano, levantando miles de aplausos del público.
Camila dijo que le enamoraba nuestro acento y que le encantaba Barcelona. ¡Y que quizá tendría que venirse aquí a vivir!
Cuando le tocó a Dinah se emocionó y lloró alegando que tocar en Barcelona era un sueño y que estaba muy feliz por todo el cariño que estaba recibiendo. Todo esto poco antes de cantar Brave, Honest, Beautiful.
A That’s My Girl le siguió Miss Movin’ On, la canción del primer vídeo musical del grupo. Los fans, nostálgicos, se alegraron mucho al escucharla. Las Fifth Harmony cogieron carrerilla y empezaron con fuerza, incluyendo algunas canciones de su anterior álbum, Reflection, como Sledgehammer, Reflection, This is How We Roll, We Know y BO$$.
La escenografía no se quedó atrás: en el escenario habían colocado una estructura con dos escaleras a los lados y varias gradas. En This is How We Roll las chicas lanzaron pelotas hinchables gigantes que fueron rebotando entre los fans.
Como es obvio, también cantaron algunas del tour 7/27: Scared of Happy, Write On Me, I Lied, No Way, Dope, Squeeze, Not That Kinda Girl, All In My Head (Flex), Gonna Get Better y Voicemail. Todas las coreografías fueron increíbles, pero destaco Squeeze, donde bailaron con paraguas, y All In My Head (Flex), con movimientos hipnóticos acompañados de abanicos gigantes de plumas rojas.
Durante el concierto hubo un cambio de vestuario. Los focos se volvieron rojos y colocaron unas sillas en el escenario. A mi lado, una pareja de croquetas se daba el morreo de su vida, anticipando lo que íbamos a ver a continuación. Enseguida volvieron las chicas, haciendo el baile más sensual de todo el concierto: Big Bad Wolf.
Las últimas canciones fueron Worth It (Reflection) y Work from Home (7/27), las cuales acaban de alcanzar más de un billón de reproducciones en YouTube. La puesta en escena no fue para menos: bailes sexis, movimientos de escándalo y unas sonrisas que nos quitaron a todos el aliento.
En el concierto no vimos momentos Camren, lo cual nos apenó mucho a mí y a todas las croquetas. Lo que sí hubo: algunas miraditas cómplices y sonrisas inocentes. Desgraciadamente no pude capturarlo en vídeo porque no me quedaba espacio en el móvil para más spam de Fifth Harmony, aunque podréis verlo en las redes sociales.
No obstante, SABEMOS que Lauren y Camila fueron en el mismo vuelo hasta Portugal, su próximo destino. Aquí pruebas:
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PERO no estaban juntas en el avión, qué pena. Camila estaba sentada entre su madre y Ashlee, la guitarrista. Y hasta donde yo sé, los aviones agrupan los asientos de tres en tres.
En definitiva: el del viernes fue un concierto en el que tanto Fifth Harmony como el público lo dieron todo. Las chicas se sintieron muy acogidas por sus fans, pero no tanto las croquetas que esperábamos Camren.
El sábado pasado terminé de manera totalmente inesperada viendo Showgirls por primera vez en mi vida. ¿Es Showgirls una película de culto o una bazofia de proporciones bíblicas? Ni idea, sólo sé que de tan mala que es, resulta buenísima.
Es absurda. Horrorosa. Cutre. Hortera. Decadente. Inintencionadamente hilarante. Y tremendamente maravillosa precisamente por eso. Showgirls me causa una profunda fascinación. Es un cóctel en el que se mezcla a una exagerada y sexualizada Elizabeth Berkley como Nomi, una chica que escapa de su pasado y termina como stripper en Las Vegas mientras busca hacerse un hueco en el mundo del espectáculo, y que tanto te hace unos movimientos de cadera que, si valoráis las vuestras, no intentaréis imitar en casa, como da patadas giratorias según lo requiera la situación, un incesante desfile de tetas, un dramatismo omnipresente más propio de una telenovela venezolana que de Hollywood, horribles números de baile que, esta vez sí, cualquiera puede hacer en su casa con mejor resultado, mucha sensualidad low cost, y una total falta de consciencia de todo lo anterior.
Paul Verhoeven, director también de Instinto Básico, y Joe Eszterhas, el guionista, tenían en mente hacer un drama de los buenos, de esos que trascienden de la propia historia y se extrapola a cuestiones más universales, ya sabéis, de esos que pasan a los anales de la historia cinematográfica. A los anales de la historia cinematográfica Showgirls ha pasado, pero por todas las razones equivocadas: Por sus quince nominaciones a los Razzie, de las que, injustamente, sólo se ha llevado siete, por haber puesto punto y final a la carrera de todo aquel que participó en ella, y por ser una chapuza de principio a fin. Resulta increíble, y es lo que la hace alucinante, que alguien pensara que la gente estaría dispuesta a levantarse del sofá de su casa y pagar dinero, el que fuera, por verla.
Pero como con todo, hay quien considera Showgirls una película de culto por incomprendida y están dispuestos a defenderlo a capa y espada. Los #TeamPaul creen que era consciente en todo momento de lo que estaba haciendo, que hasta la interpretación de Nomi era deliberada y que su intención inicial era la de parodiar y satirizar… algo, aunque no saben muy bien el qué. Eve Sedgwick, una teorista queer, argumenta que es una metáfora sobre el armario y la homosexualidad. Nomi oculta un secreto que algunos comienzan a intuir. Conocer el armario implica que hay que estar o haber estado en él, por eso Sedgwick considera que todos aquellos que comienzan a sospechar eso que Nomi no quiere que se sepa es porque, a su manera, y de forma figurada, son como ella.
Sea una obra de arte o un truño, lo que está claro es que Showgirls es toda una experiencia. Vedla por vosotras mismas y juzgad.
La 21 edición del LesGaiCineMad llevará, entre el 27 de octubre y el 13 de noviembre, un total de 69 cortometrajes de temática LGTB a las sedes madrileñas del festival. Ya hemos repasado algunas de las apuestas lésbicas en el apartado de cortometrajes de ficción, y hoy traemos otras producciones, documentales y experimentales, de la nueva edición de la muestra:
“Diversxs”, de Afioco Gnecco y Jorge Garrido
Producción de 2016 de Afiocco Gnecco y Jorge Garrido que ganó el premio al mejor corto documental en el CINHOMO de Valladolid porque es una obra que “refleja y se dirige a nuestra realidad más cercana. Son jóvenes que lanzan un mensaje de tolerancia a otros jóvenes y a la sociedad en general”.
Según el jurado, “cada persona es vista en este documental como un todo único que se pone en valor individual y socialmente. Atiende a la pluralidad y a la variedad de opciones vitales no solo en el aspecto sexual, sino también en lo referente a lo corporal y personal”.
“Kittens”, de Zhanna Ozirna
Kittens es un corto ucraniano de la directora Zhanna Ozirna que retrata la vida de dos chicas en un apartamento de Lviv, uno de los centros académicos más importantes de Ucrania. Las protagonistas conversan casualmente de su futuro en común, en una sociedad en la que los sueños sobre el futuro se tropiezan con las normas sociales irrompibles y las costumbres.
La conversación se convierte en una cuestión global en esta producción documental de ocho minutos: ¿podemos darnos el lujo, al menos, de la libertad en nuestras vidas privadas sin tener que sustituirlo por los animales domésticos?
“Primavera Rosa en México”, de Mario de la Torre
Serie documental del director español Mario de la Torre, que recoge la pluralidad geográfica y temática de los problemas del colectivo LGTB en el mundo, adaptándose a la situación particular de cada país. Tomando como referencia los acontecimientos que surgieron en 2010 con la revolución árabe, nace el primer episodio de Hacia una Primavera Rosa.
La serie sigue diferentes sociedades que, bajo variopintos marcos culturales, tienen un objetivo común: la lucha por los Derechos Humanos y un grito a favor de la libertad sexual. Primavera Rosa en México es la tercera parte de la saga, que comenzó con un capítulo desarrollado íntegramente en Túnez y con una segunda entrega, Primavera Rosa en el Kremilin, que examinó la situación de las personas LGTB en Rusia.
“Evaporación”, de Indra Villaseñor Amador
Indra Villaseñor Amador dirige este corto experimental de poco más de tres minutos protagonizado por Danae Reynaud y Sara Juárez. Esta producción mexicana de 2016 retrata a dos amigas que visitan un baño de vapor femenino. La atmósfera acalorada y sus cuerpos desnudos les provocan un “ligero despertar sexual lésbico”.
“Lovedoll”, de Debora Zanatta y Estevan de la Fuente
Otra de las apuestas experimentales de la 21 edición del LesGaiCineMad. El corto brasileño Lovedoll, de doce minutos, recrea las fantasías homoeróticas de Paula, una joven que vive sola en un apartamento y que, mientras está viendo la televisión, recibe un extraño paquete del cartero. Una muñeca hinchable, con la que experimentará poco a poco y a través de accesorios sexuales, sus fantasías al amparo de la soledad de su casa.