Hace tiempo conociste a esa chica tan especial…
Y desde entonces lo hacéis todo juntas. Porque sois almas gemelas.
Inseparables.
De veras. Nunca habías tenido una conexión así con nadie.
A ella le consientes cosas que no aguantas a otras amigas.
Y siempre que te llama, vas corriendo a su encuentro.
Tú piensas que lo haces porque eres una buena amiga…
Hasta que te asalta la duda: ¿Qué es lo que me pasa?
¿Por qué estoy triste cuando no la veo?
Entonces te das cuenta…
¡Te gusta!
No solo como amiga.
Pero es hetero.
¡La fruta prohibida!
Bueno, da igual. Porque lo vuestro es especial.
SEGURO que ella se siente igual que tú.
Porque está claro que estáis hechas la una para la otra.
O eso pensabas… Hasta que un buen día te dice: “Tengo que contarte algo. Me gusta Paco”.
Ok. Está claro que hay cosas peores…
¿Pero qué fue de vuestro amor?
¿De los besos?
De los juegos.
¡Del perreo!
Porque no te lo estabas imaginando…. ¿VERDAD?
Aparte, no lo entiendes. ¿Qué le ve a Paco?
¡Si no tiene nada!
Además, hasta se parece un poco a ti.
Por no hablar de otros detalles insignificantes…
Y claro, tú sufres. Como Precious.
Como Adéle.
Pero te recuerdas a ti misma una cosa importante: por encima de todo eres su amiga…
¿Cierto?
Y por eso aguantas todos sus berrinches cuando las cosas no funcionan con Paco.
Te dice: “Los hombres son lo peor”.
“No volveré a estar con ninguno. ¡Voy a cambiarme de acera!”
Y tú piensas:
Y también:
Constatas que hay una importante brecha entre lo que ella te dice y lo que tu cerebro procesa:
Pero seamos sinceras…
…tú tampoco le has dicho cómo te sientes. No, exactamente.
Porque piensas que no lo entendería.
No, ella no tiene ni idea de cómo te sientes.
No comprende que besarse con las amigas NO ES LO NORMAL.
O tocarlas tan a la ligera…
O flirtear abiertamente contigo cuando hay chicos delante.
Porque es hetero.
Y eso es lo que hacen algunas heteros.
En realidad, ella no tiene toda la culpa.
Es… lo que les han enseñado.
Pero por fin llega el día en el que decides sincerarte.
A lo mejor le da a lo vuestro una oportunidad.
¡Como en las películas!
Y por fin se lo dices: “Me gustas, no solo como amiga”.
Quizá te pasas un poco en el énfasis.
Pero el mensaje está claro.
Ella se queda en shock, no se lo esperaba.
Aunque eso no cambie las cosas: “Lo siento, pero no”.
Te quedas un poco planchada.
(¡Pues bien que me calentabas!)
Entonces te informa de que el sueño de Paco siempre ha sido hacer un trío.
Ok. Definitivo: no la quieres ver más.
¿Pero a quién vas a engañar? En el fondo la quieres.
Así que os reconciliáis y termináis la cosa con un abrazo.
Aunque sabes que a partir de ahora siempre serás: su amiga, LA LESBIANA.
Oh, bueno…. no pasa nada.
Además, tú no te has llevado la peor parte. Hay cosas peores…
Escrito por Marca de Fábrica y Emma Mars.