Si en la pelirroja de hace dos semanas hablábamos de Julianne Moore (maravillosa) cuál fue mi horror al descubrir que todavía no habíamos cantado alabanzas a una rubia rubísima y guapísima como es su partenaire en Chloe. ¡Vengo a remediar ese error! Croquetas (y croquetos!), la señorita Amanda Seyfried.
Debo admitir que la primera vez que vi a Amanda en Mean Girls (qué otra película sino) no me pareció guapa. Ya está ya lo he dicho. Me pareció que tenía cara como de vaca y cordero a la vez, con esos ojos tan redondos y esos labios tan gruesos. Parece… excesivo. Hasta que la vuelves a ver en Veronica Mars. Y en Chloe. Y dios del cielo bendito, en Jennifer’s Body.
(¿No tenéis calor? Dicen que es otoño en el hemisferio norte, pero yo me estoy abanicando.)
Para cuando llegas a Mamma mia o Los Miserables, Amanda hace explotar mis ovarios, tus ovarios y los de la vecina. Ese exceso de repente es perfecto.
Aunque me encanta que sea tan fan de su perro y de los animales en general, debo admitir que ese hobby suyo de la taxidermia me da escalofríos. Amanda querida, una mujer con esa voz tan fantástica no debería ser aficionada a meter serrín dento de animales muertos.
A la señorita Seyfried podéis seguirla por Twitter e Instagram.