En los 90 se acuñó el término top model para referirse a ese grupo de, específicamente, cinco modelos que aparte de trabajar en las pasarelas tenían influencia sobre la sociedad. Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Elle Macpherson, Linda Evangelista, NaomiCampbell y Stephanie Seymour traspasaron la barrera de las portadas de revistas y se convirtieron en auténticos iconos, en símbolos de una era. Ellas fueron las primeras, pero detrás vinieron montones de modelos que, a menor escala porque a una superior es imposible, son referentes en el mundo de la imagen. Y una de ellas es Casey Legler.
Casey, de origen francés, tiene el honor de ser la primera mujer que únicamente posa y desfila con ropa masculina. Con 35 años, una edad más que considerable para entrar en el mundo de la moda, ella lo hizo por la puerta grande, firmando con la agencia Ford, una de las grandes. Desde entonces es una constante en las sesiones con los fotógrafos más importantes, pero además, Casey es una ferviente luchadora por los derechos LGBT, que son los suyos propios, ya que ella se identifica como lesbiana.
La vida de Casey ha sido un constante pinball, un errar sin encontrar un hogar. En 1996 compitió en natación en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Después de eso, trabajó en un supermercado, en una zapatería, como botones, y mil trabajos más. Decidió entonces volver a la universidad, para no terminarla jamás, ya que decidió reinventarse como artista de instalaciones en Nueva York. Fue ahí donde conoció a Siri May, su novia, una abogada australiana especializada en derecho LGBT.
La modelo recuerda perfectamente el momento en que salió del armario con su equipo de natación: Al día siguiente, todo el mundo se levantó de la mesa cuando ella se sentó. Por eso, para luchar contra el desconocimiento, es importante que haya roles tan fuertes, tan comprometidos como Casey Legler, todo un símbolo.