Ya está aquí, ya llegó, por fin terminó la espera, y blabla: Faking it, la serie de MTV que ha conquistado nuestros croquetocorazones ha vuelto a la programación. Podemos dejar de mirar esos gifs y videos de Amy, porque por fin tenemos nuevas imágenes para ver. Si no recordáis donde nos quedamos al final de la temporada pasada, podéis echarle un vistazo a nuestro último recap, o simplemente recordar que Amy se había acostado con Liam, que Karma lo sabía y, claro, estaba muy enfadada, y que había un sueño raruno en el que las dos se acostaban. ¿Comenzamos?
El episodio empieza con Karma y Liam enrollándose en el coche, lo típico que todas hemos venido a ver en esta serie #no. Liam se pone tierno y le dice a Karma que la quiere, y ella le espeta que a ver, Liam Booker, slow down, porque sólo somos amigos con beneficios.
Alguien debería recordarle a Karma que no tiene los cristales tintados, pero no seré yo. Cambio de escenario, y nos vamos a casa de Amy y Lauren, donde nuestra rubísima protagonista está compartiendo con su madre las dudas típicas que hemos tenido todas cuando nos hemos acostado con el novio de nuestra mejor amiga. La madre le dice que bueno, que igual no es buena idea que se vaya con ellos al instituto, y Amy insiste en que está todo perdonado y bien. Aham.
Una situación comodísima. Amy, la próxima vez vete en bici. En el coche hablan de cosas normales, como de que las dos perdieron la virginidad con Liam y que, eh, it’s fine, y que como somos personas maduras y nuevas y todo eso, pues que no pasa nada. Eso si, el colgante que teníamos a medias ya no importa tanto, porque somos adultas.
La normalidad hecha viaje en coche. En el instituto, Shane y su guapísimo y fuera del armario novio luchador están paseando cogidos de la mano como una pareja de tortolitos cualquiera, cuando, al llegar a la puerta, se encuentran con un control. Desde el asuntillo aquel de las drogas que vendían los padres de Karma, la junta escolar se ha puesto un poco quisquillosa con el tráfico de estupefacientes, y el nuevo director que reemplaza a Penélope no quiere nada psicotrópico en las aulas.
De repente (la linea temporal no es algo que esté muy definido en esta serie), nos vamos a casa de Karma. Amy le quiere devolver su copia de 50 sombras de Grey, y ve con asombro cómo su amiga está empaquetando sus cosas. Es ahí cuando entra en escena Félix, a quien Karma presenta como su nuevo mejor amigo gay. Le ha faltado añadir que ha surgido de la nada.
La rivalidad entre Shane y Lauren sigue patente, y más cuando el chico se sienta en uno de los sitios reservados de Lauren. La gota que colma el vaso: Shane va a encabezar la decimoséptima (por ejemplo) revolución del instituto, la lucha por los derechos de los estudiantes y las normas absurdas que quieren imponer entre Lauren y el nuevo director, aquellas que dictan que, si se quiere mantener la plaza de parking y las taquillas con puertas (!?) tienen que firmar unas cosillas, dejar sus huellas digitales, y someterse a tests de drogas. De entregar a sus primogénitos no dicen nada, pero vendrá seguramente en la letra pequeña. Y es aquí cuando, en plena protesta de Shane, vemos unos guiños al primer episodio que nos han hecho mucha gracia:
Amen, bro!
Liam va en pleno horario escolar a hacer la estancia en la empresa familiar. ¿Cuanto rato libre tienen entre clase y clase? ¿Ocho horas? De verdad que no entiendo el sistema educativo estadounidense. Ahí conoce a Zita, otra interna que está ahí medio obligada, hasta que pueda pagar la nueva batería Tesla de su padre. En Austin son todos muy ecofriendly. Los dos se hacen, como no puede ser de otra manera, medio amiguetes, tal es el atractivo de Liam, y ella le da unos consejitos para su vida amorosa, que pasan por olvidarse de Karma, ya que ella cree que jamás podrá recobrar su confianza después de haberse acostado con su mejor amiga. Que levante la mano la que crea, como yo, que lo que quiere es acostarse ella misma con Liam.
¿Yo? ¿Con Liam?
De vuelta al Instituto (tienen un giratiempo, no encuentro otra explicación), Amy confronta a Felix porque está segura de que tiene un secreto, y que está engañando a Karma al decirle que es gay. Si ella supiera… El caso es que mientras está desplegando sus armas de seducción, Karma irrumpe en la habitación, intenta seguir con la farsa y tal, pero parece que Felix no está por la labor, así que karma abre su corazón a la que fue y sigue siendo su mejor amiga forever and ever, y le cuenta la verdad: Que desde que detuvieron a sus padres no tienen ni un centavo, y que han tenido que alquilar su casa a la familia de Felix. Además y por si fuera poco, ha perdido su mitad del collar de la amistad. Pero pero pero como Amy es AMOR, le dice que ni se preocupe, que comparten el suyo. Ladeamos la cabeza y decimos “Aaaaaaaw”.
¡Pero mírala qué contenta está! No es para menos, viendo que, aunque se haya comportado como una imbécil celosa un poco mal, Amy sigue estando ahí no importa lo que pase.
Más tarde, Liam, ajeno a todo esto porque su amiga con beneficios no ha tenido tiempo de explicarle nada, aparece en la ventana de Karma para abrir su corazón, y… Sorpresa, Karma no vive ahí. Ni un triste whatsapp le ha mandado, oye. Y, en un giro inesperado de los acontecimientos, descubrimos que el padre de Felix es… El terrible y maligno nuevo director. *Música dramática*
Pues esto es lo que ha dado de sí la vuelta de Faking it. Un episodio que no desvela nada nuevo, pero que sirve para refrescarnos la memoria acerca de las tramas anteriores, y que abre timidamente las nuevas. Como siempre, ¡los comentarios son vuestros para lo que queráis!